El AMBA, semi cerrado y con la estadística diaria de casos de Covid 19 en subida. El resto del país, incluso las regiones en fases más avanzadas, frenado. Por ahora, Alberto Fernández apenas pronunció el anuncio del anuncio. “La semana entrante vamos a plantearle a la sociedad más de 60 medidas que pretenden un futuro más definido para salir de esta crisis que la pandemia nos ha impuesto”, adelantó este viernes. Pero, según evaluaron y le comunicaron altos funcionarios de su gabinete, para llevar adelante el tan anunciado plan de reactivación económica pospandemia es necesario atacar las causas históricas de la falta de federalismo en el país. Y allí apuntan.
No son medidas de coyuntura paliativa, como el plan de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP) cuya continuidad fue anunciada esta semana. Son políticas estructurales destinadas a cambiar la regionalización unitaria de la matriz productiva. El anuncio tomará los lineamientos de un todavía preliminar documento final, elaborado en base a necesidades y propuestas recabadas en diálogo con los gobernadores y los ministros de Interior, Eduardo de Pedro; de Economía, Martín Guzmán; y de Producción, Matías Kulfas; y centralizados en jefatura de Gabinete. Este paper señala con especial crudeza las consecuencias de la concentración habitacional y productiva del territorio nacional.
Si bien el federalismo y la descentralización fueron algunos de los ejes más mentados por el propio Fernández durante la campaña, esos objetivos chocaron de frente contra la pandemia y pusieron de manifiesto de manera extrema las desigualdades geográficas y productivas.
La búsqueda de apoyo político es central para encarar transformaciones que se pretenden profundas. Por eso, Santiago Cafiero y De Pedro se encontraron ya con 14 gobernadores, y esta semana terminarán de reunirse con los diez restantes. Al poder institucional, Fernández planteó sumar también el académico -a través de las universidades nacionales- y el sectorial: sindicatos y organizaciones sociales y cámaras empresariales.
Según afirman en Casa Rosada, la inversión estatal estará en función de las actividades productivas no especulativas. El desarrollo tecnológico e industrial será prioridad y habrá cambios en los derechos de exportación y en la estructura impositiva. Entre las medidas más concretas se encuentra la creación de rutas e hidrovías para facilitar el transporte de la producción hacia Chile y acceder al Pacífico.
También se está planificando la instalación de polos tecnológicos productivos en distintas provincias. Y en función de esos nuevos enclaves, se diseñarán desarrollos habitacionales que, tal como se adelantó en estas páginas, están incluidos en el lanzamiento del nuevo Plan Procrear. Eso será acompañado por los programas de micro obra pública en los barrios del plan Argentina Hace de Obra Pública.
Es que la circulación del Covid está directamente relacionada al hacinamiento urbano. Según los informes del Ministerio de Interior, en las ciudades con menos de 2000 habitantes, la cantidad de contagiados no supera el 2 por ciento. En cambio, en las urbes de 500 mil habitantes o más, la media sube al 24 por ciento.
El análisis demográfico que hacen en Interior es que los pueblos y ciudades menos habitadas sufren la falta de servicios y de oportunidades productivas, pero en este contexto son las menos perjudicadas por la pandemia. Por eso se proponen procesos de relocalización poblacional para poder atomizar el entramado productivo y comercial y así despegarse del puerto de Buenos Aires.
“Nuestra historia muestra que eso no va a ocurrir naturalmente. Si no hacemos un esfuerzo especial, vamos a seguir conviviendo con la concentración que nos acompaña desde el principio de nuestro desarrollo moderno”, analizan.
Todavía no hay fecha para el anuncio porque está supeditado a la altura de la curva de contagios de Covid. “Hay que aplanar la curva para poder empinar la economía”, les responde Cecilia Todesca, la vicejefa de Gabinete, a todos los que insisten en saber la fecha.