El paso de Mauricio Macri por la presidencia dejará una catástrofe social. El rebrote del hambre -que esta semana se expresó en las calles y en los próximos días resonará en el Congreso- es la síntesis más brutal del desastre provocado por la gestión macrista. Pero las peores consecuencias están por venir: el derrumbe de la economía afectó especialmente a niños, niñas y adolescentes. O sea, el futuro del país.
La Encuesta de Hogares del Indec grafica el drama: 49,6% de los niños de hasta 14 años son pobres, y un 11,3% son indigentes que no llegan a completar la canasta básica alimentaria. Dicho en personas: hay unos seis millones de pibes y pibas con problemas de nutrición.
La ciencia determinó hace rato que la mala alimentación en los primeros años de vida acarrea serios problemas para el desarrollo y sus efectos se arrastran a la vida adulta. Por esa razón, la ley obliga al Estado a procurar que los niños reciban los nutrientes fundamentales, además de garantizar una eficiente cobertura de salud y educación.
No es lo que hizo el gobierno de Macri.
Según un informe elaborado por el Centro CEPA, a partir de 2016 las políticas destinadas a la protección de la niñez y adolescencia experimentaron un acelerado proceso regresivo que incluyó el vaciamiento o, directamente, la destrucción de programas de cobertura. Algunos ejemplos:
*Se redujo fuerte el presupuesto de los programas del Ministerio de Desarrollo Social. Entre 2015 y 2018, el Programa de Atención a la Madre y el Niño disminuyó en términos reales 80%, el Programa de Acciones para la promoción y protección integral de los derechos de niños niñas y adolescentes 12%, y el programa de Políticas Federales para la Promoción de los Derechos de Niños y Adolescentes cayó un 12 por ciento.
*El Programa Qunita fue dado de baja en 2016 a partir de un informe de la Secretaría de Salud que indicaba que algunos de los elementos entregados en los kits no eran seguros. En lugar de reemplazar los elementos, se decidió discontinuar la entrega de productos para la madre y el bebé que, a precios de mercado, tienen un valor de $ 10.335. En términos de la Asignación por Embarazo (AUE), representa 3,9 meses del beneficio.
*El programa Conectar Igualdad fue dado de baja definitivamente en 2018 luego de que año a año se fuera reduciendo sistemáticamente la cantidad de unidades repartidas.
*La política en vacunación sufrió reducciones y ajustes. En agosto de 2018 el entonces Ministerio de Salud decidió, por caso, posponer por tiempo indeterminado una de la última de las dosis de refuerzo de la vacuna contra la meningitis correspondiente a los 11 años, dejando sin cobertura a 750.000 niños ese año.
*La actual canasta de precios cuidados sólo incluye 4 leches fluidas en el conjunto de Productos Esenciales (2 descremadas y 2 enteras en versión sachet y UAT o larga vida) de segundas marcas. En 2015 la canasta incluía 7 leches fluidas en sachet y UAT y una deslactosada tanto de primeras como de segundas marcas. En la canasta de 2019 hay solamente 1 leche en polvo, cuando en 2015 había 3.
*Durante la campaña presidencial de 2015, Mauricio Macri se comprometió a construir “los 3000 jardines de infantes que faltan”, pero luego de asumir cambió el compromiso por la construcción de 10 mil aulas. Se verificó, además, la subejecución del programa de Construcción y Mejora de Jardines de infantes. Entre 2017 y 2018 se ejecutó apenas 33% del monto presupuestado para el período, mientras que para 2019 se redujo 58% en términos nominales, por lo que la reducción en términos reales será mucho mayor. En relación a la construcción de aulas, Cepa estimó que el presupuesto ejecutado alcanzó apenas para construir 236 aulas (61.362 metros cuadrados), un 2% de lo comprometido.
Datos duros que detallan el principal desafío de la Argentina post Macri: devolverle el futuro a millones de pibes y pibas. Y al país.
Así estamos.
Total normalidad.