El fiscal del “Triple Crimen de General Rodríguez”, Juan Bidone, reconoció ante la Justicia que un agente de la AFI le presentó al falso abogado Marcelo D’Alessio en 2016, y que colaboró con él aportándole información sobre distintas causas, entre ellas la de supuestos sobreprecios en la importación de gas licuado y la denominada “mafia de los contenedores”.
Bidone se presentó el 21 de febrero pasado ante la fiscal federal porteña Alejandra Mangano en una declaración testimonial en la que reconoció que fue él –inadvertidamente, según dijo- quien le proporcionó a D’Alessio los datos de entradas y salidas del país del productor agropecuario Pedro Etchebest. Esa información fue utilizada por D’Alessio en el supuesto intento de extorsión, invocando el nombre del fiscal Carlos Stornelli, para no involucrarlo en la causa de las fotocopias de los cuadernos. Entre el momento en que Bidone admitió en Comodoro Py 2002 su relación y las características de ese vínculo con D’Alessio, y el allanamiento a su casa y su fiscalía, pasaron 15 días.
“Conocí a Marcelo D’Alessio hacia fines de 2016, me lo presentó Rolando Barreiro, que trabajaba en la AFI (su padre también había trabajado en la Agencia). Barreiro también trabajó conmigo en la investigación del Triple Crimen, en la que intervine como fiscal. Me presentó a D’Alessio como una persona que podría brindar información sobre ese caso como de las empresas vinculadas, datos que luego resultaron de utilidad”, admitió Bidone, hoy separado de la división de investigación de delitos complejos del Ministerio Público Fiscal bonaerense.
¿Quién es el supuesto agente de inteligencia Rolando Barreiro?
Su nombre aparece en otros dos expedientes en los que está complicado D’Alessio. En el procesamiento que le dictó el juez Luis Rodríguez por presunta extorsión a un empresario llamado Gabriel Traficante en la causa de la “mafia de los contenedores” y en la que estalló en Dolores por la denuncia de Etchebest.
En la causa de Rodríguez, el empresario Traficante describió que se reunió con D’Alessio en cercanías del Departamento Central de Policía en noviembre de 2016. “Me informa que había gente muy poderosa que ‘me caminó’ y tiene información mía, pero que no me preocupara porque el que dirigía todo era un amigo suyo, un tal Rolo Barreiro y que me podía ayudar”.
En la que lleva el juez Alejo Ramos Padilla, fue identificado por al menos dos testigos, quienes dijeron que junto con otro supuesto agente de inteligencia, “Andrés”, les exigió 50 mil dólares por borrar fotos y videos presuntamente comprometedores para un familiar preso.
La relación del fiscal con D’Alessio
Bidone reconoció que utilizó información que le proporcionó D’Alessio para algunas de sus investigaciones. “La información que brindaba D’Alessio era de tipo informal, brindaba datos de personas o números de teléfonos y luego yo realizaba los requerimientos que debía efectuar al respecto. Desde un principio señaló dedicarse entre otras cosas a investigaciones preliminares relacionadas con narcotráfico, que después eran informadas a la DEA o la NSA (Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos, ndr). Se jactaba de trabajar con organismos de seguridad como la AFI, con jueces, con fiscales e incluso con personas del Ministerio de Seguridad de la Nación, a quienes les llevaba -incluso- alguno de sus proyectos relacionados con temas de narcotráfico”.
El fiscal del “Triple crimen” formuló, en ese contexto, una declaración rayana en la autoincriminación: “Los fiscales solemos recurrir a información informal que luego constatamos por las vías pertinentes”
Bidone declaró que D’Alessio “investigaba cuestiones relacionadas con la ‘mafia de los contenedores de la aduana’ y eso era uno de los tópicos que presentaban un fuerte vínculo con la efedrina”. Pero diversificaba su labor: “Me mostró el tema de la provisión de chalecos antibalas vencidos o apócrifos en la provincia de Buenos Aires y se vio interesado en que se investigara el caso”.
Bidone confirmó indirectamente también los vínculos de D’Alessio con periodistas: “Esos comentarios que me hacía sobre las investigaciones en las que colaboraba tomaban enseguida impacto mediático, lo que me daba la pauta que los actos que proporcionaba tenían asidero cierto y relevancia”.
“D’Alessio me pasaba datos de personas, como documentos de identidad o números telefónicos, para que realizara una consulta en la base de Migraciones y eventualmente obtuviera un listado de llamadas como una línea de investigación para el avance de la causa. Yo las realizaba con la clave asignada a mi fiscalía”. En ese contexto, el falso abogado se contactó con el fiscal de Mercedes “a fines de diciembre de 2018”, fecha coincidente con el comienzo de las presiones sobre el empresario Etchebest. Anunció que tenía información sobre una causa que involucraba al ex funcionario Roberto Baratta. “Me dijo que para poder avanzar con este tema necesitaba investigar a una persona que para él estaba estrechamente vinculada con Baratta. Me pasó un número de DNI y un teléfono para que yo solicitara información a Migraciones y a la empresa de Telefonía. Realicé la consulta en Migraciones y se la pasé sin mirarla, y solicité el listado de llamadas a través de un secretario de la fiscalía. (…) Días pasados, analizando los distintos listados de llamadas obrantes en ese legajo fiscal reservado advertí que uno de ellos, específicamente el número telefónico que me había pedido D’Alessio, correspondía a Pedro Etchebest”.
“Me sentí absolutamente defraudado por esta persona”, remató.