El ex titular de Interpol Ronald Noble volvió a desmentir, esta vez por escrito y ante el juez federal Claudio Bonadio, la denuncia del difunto fiscal Alberto Nisman sobre las alertas rojas contra los iraníes acusados de volar la AMIA.
Nisman menciona (en su denuncia) en más de diez oportunidades que fui yo, como secretario general de Interpol, quien impidió que se levantaran las notificaciones rojas en el caso Amia. Le adelanto que mi testimonio no coincidirá con la denuncia. Argentina y sus representantes siempre le expresaron a Interpol que las notificaciones rojas debían mantenerse, explicó Noble mediante una carta de cuatro páginas enviada hoy a Bonadio. El ex titular de la policía internacional se ofreció para declarar por videoconferencia desde Dubai, donde reside y trabaja, para ratificar que nunca estuvo previsto levantar las alertas rojas.
La explicación describe que Interpol recibió en febrero de 2013 una nota firmada por el ministro de Relaciones Exteriores Héctor Timerman donde específicamente requería que se mantuvieran las notificaciones rojas, acompañando una nota protocolar conjunta de Argentina y la República Islámica de Irán que daba cuenta que los países habían firmado un Memorándum. Sólo ese segundo documento fue revelado en algunos medios hasta ahora; la primera parte de la notificación, la que requería que se mantuvieran las notificaciones rojas, fue omitida, según el ex funcionario estadounidense.
Noble reconoció que desde la firma del Memorando con Irán, el gobierno de Teherán «consideró que el punto 7 exigía la remoción de las notificaciones rojas», pero aclaró: «Para evitar toda confusión ordené que se agregara un texto en las mismas notificaciones rojas dejando claro que estas no eran afectadas en su vigencia por la aprobación del Memorándum». Más aun, añadió: «Conversé sobre el tema con el propio fiscal Alberto Nisman».
Noble envió la nota directamente a Bonadio, con copia a la Cámara Federal porteña, que ayer realizó la audiencia previa a resolver si confirmará o revocará los procesamientos y detenciones dispuestos en primera instancia. Esas detenciones abarcan, entre otros, al dirigente piquetero Luis DElía, la prisión domiciliaria de Timerman y la orden de detención que no puede cumplirse por los fueros parlamentarios para la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
«Considero mi deber cooperar con el Sr. Juez para que una declaración mía se agregue rápidamente a esta causa judicial, donde hay personas detenidas provisoriamente», contextualizó Noble. Y desmintió, tal como sugirió Bonadio en su auto de procesamiento de los imputados, que hubiera sido reticente a declarar. El 15 de junio de 2016 me enteré por primera vez que las autoridades argentinas habían preguntado a Interpol por mi dirección. Ese mismo día le envié al Centro de Comando y Coordinación de Interpol que opera todas las horas de todos los días de la semana un email sugiriendo que inmediatamente se provea de mi información de contacto a las autoridades argentinas que lo requerían. Interpol tiene una larga tradición de proteger la inmunidad del secretario general que dificultó la transmisión al Sr. Juez de mi información de contacto.
Lamento que nunca recibí una comunicación del juzgado en los teléfonos y las direcciones de mi oficina en Dubai, información de contacto que está en la web de mi compañía y es de dominio público.
Noble mencionó en la nota al ex fiscal del Tribunal Penal Internacional y acusador adjunto en el juicio a los comandantes de la última dictadura, Luis Moreno Ocampo, con quien confesó una relación profesional de más de 20 años. Moreno Ocampo no es, precisamente, un personaje querido en el despacho de Bonadio.
«Todas mis decisiones como secretario general de Interpol se basaron en mi mandato legal. La negativa a cancelar las notificaciones rojas no fue el resultado de mi actividad personal sino la decisión oficial de Interpol y todos sus integrantes nos limitamos a hacerla cumplir. La Asamblea General de Interpol fue la que aprobó la emisión de las notificaciones rojas del caso Amia y Argentina, ni oficialmente ni extraoficialmente, pidió que se modificaran. Sólo una decisión del juez argentino o de la oficina de Interpol en Buenos Aires con el acuerdo del juez argentino podría dejarlas sin efecto, reiteró Noble.
Y prometió, de cara a su pretensión de declarar ante Bonadio: No voy a ampararme en ninguna inmunidad que provenga de mi cargo como secretario general de Interpol.
«No tengo ninguna razón para querer perjudicar o beneficiar a las personas investigadas en esta causa. Sería un error que el Sr. Juez ponga en duda mi profesionalidad e imparcialidad por el tono informal de mi correspondencia con alguna de las partes, remató.