Gimena Fuertes
Desde Rosario
Si bien cada año los encuentros de mujeres son distintos, Rosario es sede del primero que se realiza bajo la administración nacional macrista. Esto convirtió al encuentro en una caja de resonancia de los efectos del ajuste. Pero también en una instancia de intercambio de resistencia y organización contra las políticas de vaciamiento de los programas sociales, los despidos, el tarifazo y la inflación que, según se denunció en el documento de apertura, golpea de manera diferencial en las mujeres.
El blanco principal de las críticas es Fabiana Túñez, la funcionaria que puso Mauricio Macri al frente del Consejo Nacional de las Mujeres. En el Presupuesto nacional que se está discutiendo en el Congreso no figura con cuánto dinero contará el ente a partir del año que viene para defender los derechos de las mujeres.
Las críticas contra la gestión macrista en relación a cuestiones de género se hicieron sentir en la propia organización del evento en territorio rosarino. Se gestionaron 20 mil viandas de comida para las participantes que no se pudieran costear el refrigerio durante los tres días del encuentro. Mientras la propia comisión organizadora aportó 10 mil viandas, el gobierno de Santa Fe gestionó otras 20 mil y Nación no tardó en enviar 10 mil más.
La comisión Ni Una Menos se reunió para encarar estrategias contra el vaciamiento del área que conduce Túñez.
Por su parte, en los talleres de organización sindical estallaron las críticas contra la gestión macrista por la desarticulación del programa Ellas Hacen, destinado a brindar capacitación laboral. En ese mismo espacio, las militantes de la ATE denunciaron el desmantelamiento de los programas de salud sexual y reproductiva, que perjudicó a las beneficiarias y dejó trabajadores en la calle.
Los encuentros son espacios abiertos. Pero la mayoría de las participantes vienen organizadas en distintas fuerzas políticas de todos los colores, menos el amarillo.
La UCR ha participado en forma orgánica, pero ningún representante de Cambiemos se hizo presente por las calles rosarinas, que sí fueron tomadas por el recién nacido Frente de mujeres contra Macri, que ya había participado en los dos ruidazos contra el tarifazo; en la marcha federal de septiembre.
El documento de apertura se leyó al mediodía en el Monumeto a Bandera, ante el atento silencio de miles de mujeres. Allí se denunciaron los 150 mil despidos entre los que se cuentan «miles de mujeres». «A esta situación inaceptable se le suman los efectos de la inflación, que más allá de los trucos y malabares que las mujeres hacemos para llegar a fin de mes, golpea implacablemente las economías familiares. En la cadena del ajuste somos miles de nosotras las más perjudicadas porque somos sostenes de hogar y de familias, y debemos afrontar solas los costos de estos ataques. Y como si esto fuera poco, se suman los tarifazos de luz, gas y agua, con aumentos altísimos, mientras nuestros salarios no aumentaron más de un 30% respecto del año pasado.»
Evangelina Codoni, una de las organizadoras de este año, destacó el esfuerzo que se hizo para llegar a un documento consensuado entre las 200 mujeres que cada año se cargan la organización al hombro. Destacó el reclamo por la libertad de todos los presos y procesados por luchar, aunque no se hizo mención explícita a Milagro Sala, algo que habían reclamado las organizaciones kirchenistas.
Por lo pronto, no se sabe todavía qué ciudad será la elegida para recibir al movimiento el año que viene, ya que hasta el cierre de esta edición no se habían recibido propuestas. Sin embargo, entre algunas organizaciones, sonaba fuerte un punto central del país que nunca fue sede: la ciudad de Buenos Aires, distrito que vio nacer a Mauricio Macri como figura política. «
Ni Una Menos en América Latina
En paralelo a los talleres se realizaron diversas actividades, como la Asamblea Ni Una Menos 3 de junio regional, con miras a replicar la protesta en 2017 en la mayor cantidad de países de América Latina, debido a que entienden que «la democracia está en peligro en todo el continente». La preocupación de este espacio, cuya conformación contó con kirchneristas, trostquistas, anarquistas y autonomistas, se centró en las premisas «punitivistas» del plan Nacional de erradicación de la violencia, que propone tobilleras para los agresores, entre otras políticas. Asimismo destacaron el funcionamiento del feminismo organizado ante el caso de Belén a quien este año se logró sacar de la cárcel, acusada por abortar. Por último se propuso conformar una mesa Nacional de Ni Una Menos, para trabajar en conjunto contra la violencia machista.