Cuando posaron para las fotos y emularon a Los Bealtes en Abbey Road, buscaron mostrar que pueden ser una combinación electoral competitiva dentro de Juntos por el Cambio y que están dispuestos a tomar toda la distancia posible del expresidente Mauricio Macri. Horacio Rodríguez Larreta y Gerardo Morales habían planificado reunirse en Mar del Plata a principios de este año para mostrar el nivel de coincidencias que vienen tejiendo desde hace dos años. Intentarán diferenciarse de los sectores más duros de la coalición de derecha en materia económica y política. Será dentro de los dos principales partidos de JxC. El alcalde porteño tensará dentro del PRO y el gobernador jujeño lo hará en la UCR, el partido que preside y que reunirá a sus principales dirigentes el próximo lunes en la misma ciudad balnearia.
La reunión tuvo dos capítulos, pero en ninguno hubo una mujer. El primero estuvo dirigido al marketing político y a mostrar al alcalde lejos del escándalo que le opacó el arranque del año electoral donde definirá el futuro de su carrera política. Las filtraciones de presuntos chats entre el ministro de Seguridad y Justicia, en uso de licencia, Marcelo D’Alessandro, con operadores de la Corte y con concesionarios del gobierno porteño finalmente originaron que el funcionario diera un paso al costado por dos meses. El caso está por ahora encapsulado en la primera semana del año, pero el mayor temor que se respira en la sede de Uspallata es que la filtración sea la segunda de una saga que crezca y se meta en el medio de la campaña electoral con el correr de los meses. El radicalismo sigue en silencio y en el Comité Nacional dicen que eligen creer en las explicaciones del ministro. «Si se confirma que son ciertas, mas allá de la ilegalidad de la filtración, estamos ante algo muy grave», confiaron en la UCR para explicar la cautela.
La escena marplatense elegida por el porteño y el jujeño fue una caminata por la ciudad que gobierna el dirigente macrista y exjuez federal Guillermo Montenegro. Rodríguez Larreta llegó acompañado por su exvicejefe y actual precandidato a gobernador bonaerense, el diputado nacional Diego Santilli. Morales estuvo flanqueado por el senador Martín Lousteau, que lidera el radicalismo porteño y peleará este año por la sucesión de Rodríguez Larreta en la CABA. El alcalde le ha garantizado al dirigente radical que habrá primarias, pero considera que la Ciudad es un territorio del PRO y no de la UCR. Sin embargo, el encuentro estuvo dirigido a deslizar la posibilidad de evitar las PASO con fórmulas cruzadas entre dirigentes del PRO y de la UCR que compartan coincidencias políticas y económicas, «no sólo electorales o definidas por un antikirchnerismo cerril», según contó un alto funcionario porteño a Tiempo.
Morales, como jefe de la UCR, aceptó que la foto de cuatro incluyera a Santilli, en vez del titular del comité radical de la Provincia de Buenos Aires, Maximiliano Abad. Según contó un comensal que participó del encuentro, la mayoría se vio el viernes en un asado realizado en Pinamar, organizado a pedido de Rodríguez Larreta. Ahí también estuvo Santilli y el jefe del bloque de la UCR en Diputados, Mario Negri.
Los larretistas le habrían anticipado la movida a Abad como parte del acuerdo en desarrollo, donde no hay un respaldo unánime del radicalismo al acercamiento con Rodríguez Larreta. Ese punto será parte de la reunión que este lunes encabezará Morales en Mar del Plata con los principales dirigentes nacionales de la UCR, donde Abad será el anfitrión.
Luego de la recorrida, la foto y el cafecito, llegó el segundo capítulo, el plato fuerte de la agenda. Allí no estuvo Santilli, pero participaron Larreta, Morales y Lousteau, junto a al exministro de Economía, Hernán Lacunza y al economista Eduardo Levy Yeyati, los dos principales referentes en la materia del larretismo y del radicalismo. Estuvieron acompañados por una decena de economistas y exfuncionarios de la era Cambiemos. El encuentro duró tres horas y apuntó a definir un plan económico, que será parte de la plataforma que eventuales candidatos como Larreta o Morales podrían defender como sustento de sus precandidaturas.
Cerca de Morales detallaron a Tiempo las prioridades de la negociación electoral que llevan adelante con el PRO. «Primero el programa, después la responsabilidad de Gobierno y por último las fórmulas. Lo ideal sería que tengamos fórmulas cruzadas para garantizar los acuerdos previos de los partidos, pero lo concreto es que los candidatos tienen que garantizar cada uno de los acuerdos», confió una autoridad de la UCR. «Un programa es un acuerdo de partidos y la responsabilidad de cada uno en un futuro gobierno de coalición, no como fue hasta 2019: un gobierno del PRO donde la UCR sólo participaba de la vida parlamentaria», remarcó.
Los detalles todavía no se conocen, pero trabajan en tres aspectos. El primero es un «programa de estabilización», que implica una batería de medidas en materia «fiscal, monetaria y financiera». El segundo es un «programa de desarrollo» con regímenes para micro y pequeñas empresas y planes de «inversión, simplificación y desregulación, apertura e integración comercial». La tercera pieza es la hoja política para cerrar los acuerdos dentro de la coalición y definir los proyectos de ley que enviarán al Congreso. La primera experiencia la hicieron el 22 de diciembre en la Cámara de Diputados. Rodríguez Larreta y Morales, entre otros, participaron de la presentación de un proyecto de ley que modifica el sistema de multas por trabajo no registrado o mal registrado. El alcalde se había comprometido a realizarlo en el último coloquio empresarial de IDEA.
«El problema no es cómo devaluar, porque eso es fácil, sino cómo aplicar un plan de estabilizacion sin una crisis social. -se justificó uno de los participantes de las negociaciones entre radicales y larretistas- En términos politicos lo que vamos a buscar es estabilizar, recuperar la confianza en el sistema institucional que permita volver a tener certidumbre para las inversiones y hacer un plan de desarrollo en cinco áreas: agro-industria, minería, energía, biotecnología e industria del conocimiento», aseguró el dirigente radical.
En cada frente los radicales pronostican una diferenciación directa con el macrismo. En el gobierno porteño coinciden que una definición programática es el método más acertado para marcarle la cancha a Macri y a la titular del partido, Patricia Bullrich, que hacen campaña sobre la idea de un «shock» abrupto en los primeros días de un eventual gobierno de JxC encabezado por ellos. Rodríguez Larreta fue moldeando su discurso, pero en estos últimos seis meses, signados por una meseta en las encuestas, también suscribió la idea de cambios drásticos en 90 días. Las definiciones económicas no sólo están orientadas a ordenar la interna sino también a dar señales a un establishment que les reclama unidad y menos peleas públicas.
«Ahi hay un cierre», evaluó un dirigente que responde a Bullrich. Asume que la señal de Mar del Plata es un desafío político e ideológico, pero anticipa que la jefa del partido continuará con su campaña a partir del 16 de enero, cuando estará en La Feliz junto al titular del bloque macrista en Diputados, Cristian Ritondo, que construye su precandidatura a gobernador bonaerense para competir con Santilli. «Ella está muy bien con (el senador y exgobernador mendocino Alfredo) Cornejo y seguirá ese camino», contestaron cerca de la exministra de Seguridad para demostrar que el eje ultraliberal no sólo atraviesa al PRO sino también a la UCR, con el creciente acercamiento entre Bullrich y el extitular del partido centenario. «Esto marca una nueva distancia de Horacio con Mauricio», especularon en el bullrichismo, donde no descartan las fórmulas cruzadas, pero como parte de una interna donde se concrete una contienda entre dos orientaciones de derecha que son transversales a los dos mayores partidos de JxC.