Los padres de Micaela García, la joven militante del Movimiento Evita víctima del brutal femicidio que conmueve a todo el país, visiblemente conmovidos por el dolor, hablaron con los medios de comunicación en la puerta de la Jefatura Departamental de Gualeguay rodeados de varios centenares de vecinos reunidos para brindarles su apoyo y solidaridad.
A través de sus palabras mostraron una admirable entereza, su padre Néstor García dijo: «Tengo una tranquilidad rara, porque sé que Micaela nos va a seguir guiando. El dolor no tiene que impedir que uno esté agradecido a la gente. El dolor no nos sirve para nada; nos tiene que servir para cambiar la sociedad.»
Su breve declaración no dejó de hacer referencia al compromiso militante de Micaela, compromiso político, por los Derechos Humanos, por los derechos de las mujeres, con el propio barrio en el que vivía: «Yo le voy a cumplir los sueños a Micaela. Con Andrea (la madre) vamos a laburar el doble para que sea realidad el país que ella soñaba; yo sé muy bien cuál era», expresó conmovido. Inmediatamente pasó a describir el compromiso de su hija: «Tenía un corazón de oro. Vivía para las otras personas. La veíamos poco porque estaba siempre en el barrio, organizando torneos para los que no tienen nada; haciendo tortas fritas para repartir.»
No dejó de aludir a la responsabilidad de la justicia en aclarar este caso y rechazar de plano cualquier intento de justicia por mano propia: Micaela no hubiese hecho justicia por mano propia, ella trabajó por los derechos de todos y lo vamos a seguir haciendo nosotros, está más viva que nunca en nosotros y lo seguirá estando. Además reivindicó el trabajo del fiscal y la policía en la resolución del caso: El dolor no tiene que impedir que uno esté agradecido de la gente, la policía y el fiscal, y agregó: «De por vida voy a estar agradecido a esta gente. El fiscal estuvo para todos; no sé si dormía dos horas por día. Y me cambió el concepto que tenía de la Policía.»