El primer discurso de Alberto Fernández fue por video, desde Argentina, ante una sala de conferencias de la ONU semivacía. El texto que fue elaborado durante el fin de semana por Cancillería recogió los ejes planteados por el presidente durante la campaña electoral, con el plus del agravamiento de las condiciones sociales que produjo la pandemia en todos los países. “Nadie se salva solo”, repitió Fernández en un recinto en el que alguno de los líderes que lo precedieron, como Donald Trump o Jair Bolsonaro decidieron no transitar el mismo camino, al señalar enemigos externos e internos.
Desde Cancillería relataron a Tiempo que se le propuso al presidente un discurso que incluyera los ejes que diseñan la política exterior que se sintetizó en la frase de “nadie se salva solo”, pronunciada por el Papa Francisco. Su mención prepadémica, pero incluso más aplicable ahora, provino de la lapicera de Gustavo Béliz. Pero la redacción general estuvo a cargo del Ministerio de Relaciones Exteriores que preparó los ejes y luego “Alberto le dio su toque”.
Por eso el presidente enfatizó el llamamiento a la cooperación internacional que se profundizó con la búsqueda de la vacuna de manera pública y global. Y marcó la propuesta de prioridades establecida en el país para su otorgamiento. “Es una convocatoria a todas las naciones para que en el marco de la pandemia se fortalezcan los estados y sus sistemas de salud pública”, detallaron funcionarios del área.
Fernández retomó la línea histórica que fundó Néstor Kirchner en 2003 cuando se presentó como parte de la generación que es hija y nieta de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. Y 17 años después reivindicó el proceso de memoria, verdad y justicia que atravesó el país. Pero se le agregaron dos ejes nuevos, hijos de un tiempo nuevo: los derechos de las mujeres y disidencias y los derechos ambientales, bajo el concepto de que “tampoco salvamos solos al planeta, entendido como casa común”.
La cuestión Malvinas es tema que este gobierno expuso de manera apartada, para destacar su importancia. Durante los años macristas, Argentina había desacelerado su reclamo ante el Reino Unido. Eso derivó en el relajamiento de los controles oceánicos. En el orden nacional este año el gobierno envió tres proyectos de ley para recuperar el terreno perdido en materia de demanda diplomática. Fueron la protección de la plataforma continental con sus nuevos límites y de sus recursos pesqueros, con la aplicación de severas multas para los barcos que sean capturados y la creación de un Consejo Nacional Asesor de Políticas sobre Malvinas.
En tanto, en el orden internacional se volvió a realizar un reclamo ante el comité de Descolonización de las Naciones Unidas donde obtuvo el respaldo.
Otro párrafo aparte se llevó la mención sobre el “endeudamiento tóxico” que hizo el gobierno anterior con los acreedores privados, pero también con el FMI, organismo con el que tiene que sentarse a renegociar el ya caducado acuerdo stand by. Fuentes oficiales criticaron la “economía de Macri que generó un circuito vicioso de endeudamiento y fuga”. Analizaron que las consecuencias de la pandemia en la situación personal de la gente y su economía “hacen olvidar la verdadera causa que es el daño que se produjo en la economía por el arrastre de la pandemia económica”.