El profesor y analista internacional, Juan Gabriel Tokatlian, plantea en el capítulo dos de su último libro “Consejos no solicitados sobre política internacional” que América Latina es una región fragmentada, pero (aún) relevante. Una afirmación e inquietud que amerita una profunda reflexión sobre la historia y la actualidad, que le abre al lector una serie de interrogantes sobre el devenir regional. Ahora bien, lo regional entendido desde el manejo de lo público se lleva adelante y se trabaja en múltiples dimensiones de la política exterior, y una de ellas, es la defensa.

En la última Directiva de Política de Defensa Nacional (DPDN), publicada mediante el decreto 457/2021, se reafirmó un posicionamiento estratégico defensivo, cooperativo y autónomo. El aspecto cooperativo está vinculado con la cooperación y las medidas del fomento de la confianza con otros países, especialmente los de la región. Y en ese marco resulta fundamental consolidar a Sudamérica como zona de paz y transitar el camino hacia la conformación de un espacio subregional en materia de defensa.

Se está llevando a cabo en la provincia de Mendoza la XVI Conferencia de Ministros de Defensa de la Américas (CMDA), donde nuestro país es anfitrión y ejerce la secretaría pro tempore. La CMDA fue creada en 1995 y se percibe como el foro de diálogo y debate más importante en materia de defensa del continente, dado que reúne a los ministros y ministras de defensa o sus equivalentes de América. Es la segunda vez que la Argentina ejerce la secretaría pro témpore, y para este último período 2022-2024, fue elegida durante la XV conferencia celebrada en la ciudad de Brasilia, donde (por el cuadro de COVID que presentaba el ex ministro de defensa, Jorge Taiana, que imposibilitó su presencia), tuve el honor de encabezar la delegación argentina por ser entonces el secretario de Asuntos Internacionales para la Defensa.

Este foro permite escuchar de primera mano las agendas, prioridades, problemas y desafíos que muchos de los países del continente, y particularmente de la región, tienen en materia de defensa, más allá de los grupos de trabajo establecidos. Permite tomar un contacto directo con los protagonistas que llevan adelante las normativas, alcances y directivas, en tanto a qué pueden y qué no pueden hacer con sus políticas de defensa y sus Fuerzas Armadas. Pero además puede ser un ámbito adecuado para fijar posturas que sirvan a los respectivos intereses nacionales, al entendimiento colectivo y la solidaridad continental.

Por ejemplo, en el marco de la XV conferencia del año 2022 dimos a conocer, entre otras cosas, el avance de las políticas de género en las Fuerzas Armadas Argentinas; la puesta en marcha del Comando Conjunto Marítimo para el cumplimiento e intervención en las tareas de vigilancia y control, y de búsqueda y rescate en los espacios marítimos en la zona económica exclusiva y aguas internacionales; el proceso de reequipamiento y modernización del instrumento militar argentino a través del Fondo Nacional de la Defensa; el impulso de la industria para la defensa nacional, y manifestamos nuestra reivindicación del ejercicio de soberanía de las Islas Malvinas, Sandwich y Georgias del Sur.

Un asunto clave para los intereses nacionales a plantear en la próxima conferencia, y sobre todo teniendo en cuenta la calidad de ser país anfitrión, es cómo la Argentina y sus Fuerzas Armadas se han visto perjudicadas por la política de limitación tecnológica y controles de exportación de componentes estratégicos que el Reino Unido de Gran Bretaña impone a nuestro país desde el conflicto bélico de 1982. Esta medida unilateral que limita el desarrollo tecnológico de las capacidades militares argentinas, y restringe la importación de material sensible, impacta no solo en los sistemas de armas más estratégicos (que tengan componentes británicos), sino que además impide la posibilidad de transferencia de tecnologías y achica la posibilidad de ampliar la interoperabilidad con otras fuerzas de la región y el continente.

Este foro sirve para plantear estos problemas, darlos a conocer en primera persona y trabajar en iniciativas regionales y continentales para profundizar la cooperación y presionar al Reino Unido de Gran Bretaña a desistir de semejante embargo, que se ejerce fuera tiempo y de realidad y que ha causado daño a nuestra política de defensa. ¿Estará pensando el gobierno en sostener un reclamo así en la conferencia de Mendoza? En nuestra gestión (2019-2023) hemos planteado este problema en distintas oportunidades, sobre todo ante el gobierno de los Estados Unidos de América visto su alianza estratégica con el Reino Unido de Gran Bretaña y su interés para que la Argentina continúe operando sistemas de armadas occidentales.

En relación a esto, es clave destacar el debate interno en el gobierno de los Estados Unidos de América sobre este asunto (país con quien la administración de Javier Milei ha declarado su alineamiento irrestricto). Y a modo de ejemplo, será útil para la delegación argentina recordar que fue el senador nacional por el Estado de Arizona, Mark E. Kelly (demócrata y ex astronauta), que en la audiencia para considerar a la General Laura Richardson como Comandante del Comando Sur, planteó al embargo británico como un “problema” visto que la guerra comenzó y terminó cuando él estaba en la escuela secundaria. Es decir, anacrónico e inconducente.

Vivimos en un continente de grandes extensiones territoriales entre los dos océanos más importantes del mundo: el Atlántico y el Pacífico; y contamos con reservas de recursos estratégicos renovables y no renovables. Coexistimos con asimetrías económicas, tecnológicas y productivas, y convivimos sin conflictos armados entre nuestros países donde se expresan diversidades políticas y culturales. Dar a conocer en estos foros iniciativas bilaterales y multilaterales de cooperación en materia de defensa con otros países, con resultados comprobables, son un buen elemento para transmitir experiencias y lecciones aprendidas. Algunos ejemplos son: el sostenimiento entre las Armadas de Argentina y de Chile para patrullar conjuntamente las aguas del extremo sur del continente en el paso interoceánico a través de la Patrulla Austral Naval Combinada (PANC); la Fuerza de Paz Conjunta Combinada “Cruz del Sur” (única en la región) entre Argentina y Chile; los ejercicios combinados con otras Fuerzas Armadas especialmente de la región y del continente que contribuyen a las medidas del fomento de la confianza, la interoperabilidad y el adiestramiento; y el compromiso regional en el despliegue de operaciones de mantenimiento de la paz bajo el mandato de las Naciones Unidas.

Por último, de notable importancia resulta plantear, alertar y denunciar en este foro la militarización en el Atlántico Sur por parte de las Fuerzas Armadas del Reino Unido de Gran Bretaña a través de los ejercicios militares y su desproporcionado despliegue de personal militar y sistemas de armas en nuestras Islas Malvinas, que representan una clara amenaza para nuestro país. Como antecedente es de destacar que la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó una resolución que revitaliza el foro de la “Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur” (ZPCAS) y destaca su función para aumentar la interacción, la coordinación y la cooperación entre sus Estados miembros. En este foro se condena la presencia militar británica en el Atlántico Sur y se reafirma la importancia de no permitir la presencia de armas nucleares en dicha zona, cuestión que hemos planteado en la última XV CMDA.

A su vez, es fundamental sostener en conferencias multilaterales como la que se reunirá en Mendoza la tradición de no dejar de reclamar por el ejercicio de la soberanía de las Islas Malvinas, Sandwich, Georgias del Sur y espacios marítimos circundantes. Tradición y política de Estado que el actual gobierno nacional descuida.

Son tiempos donde el mundo transita por circunstancias sostenidas de inestabilidad, inseguridad, incertidumbre e injusticia social. Convivimos en un mundo tensionado, que se reconfigura a la velocidad de los cambios de la evolución tecnológica y que está marcado por la transición del poder, enfrentamientos y conflictos, la competitividad comercial, las disputas geopolíticas, étnicas y religiosas. Son tiempos donde resulta fundamental estrechar la cooperación regional y continental, defendiendo los intereses nacionales y darle más relevancia y unidad a una región que tiene mucho para ofrecer de lo que el mundo necesita.

*Ex secretario de asuntos internacionales para la defensa