La votación en la Cámara Baja que fracasó en el intento de reunir los dos tercios que se necesitaban para expulsar de Diputados a Julio De Vido dejó un sabor amargo en los dos bloques opositores que apuestan a construir un peronismo post kirchnerista. Tanto el Bloque Justicialista como el Frente Renovador exhibieron grietas en su interior sobre un asunto al que habían integrado a su agenda, tal vez en busca de la porción del electorado que todavía considera a la corrupción como un eje clave a la hora de votar.
En el Bloque Justicialista que preside el randazzista Oscar Romero quedaron evidenciadas posiciones contrarias en la votación de la exclusión de De Vido. Uno de los diputados de esa bancada, que votó a favor de la exclusión de De Vido, analizó en diálogo con Tiempo que el gobierno impuso el tema en la agenda por la fuerza de la mayoría, condicionado por la campaña electoral.
Romero, que ayer hizo un acto en Junín para sumar votos al precandidato a senador Florencio Randazzo, se ausentó en la votación. Es que las zigzagueantes declaraciones del exministro de Transporte con respecto a lo que la Cámara de Diputados debía hacer ante la situación judicial del exministro, marcaron la partición de aguas del Bloque Justicialista.
Randazzo había declarado que su excompañero de Gabinete, y ahora diputado del Frente para la Victoria, debía renunciar a los fueros, luego de que el fiscal Carlos Stornelli así lo pidiera. «No estoy de acuerdo con los fueros. No estoy de acuerdo con que ex funcionarios públicos tengan privilegios para ser investigados», argumentó primero. Pero luego, cuando ya se daba por descontado que Cambiemos no llegaba con los números, sostuvo que «expulsar a De Vido del Congreso sería un antecedente peligroso».
De este modo, fueron siete los diputados ausentes y cinco los que votaron en contra de la expulsión, mientras que el excompañero de Gobierno de De Vido, Diego Bossio, votó a favor, al igual que los tres salteños Pablo Kosiner, Evita Isa y Javier David. «Es un tema vinculado a las convicciones, por eso dimos libertad de acción», justificó una fuente del espacio a este diario. Y aclararon que esta dispersión de posiciones no tiene consecuencias mayores hacia adentro del bloque, al que lo sigue uniendo «la agenda».
En tanto, el massismo quedó atrapado otra vez dentro de la grieta. No pudo imponer su agenda propia basada en temas económicos, ya que Cambiemos no lo dejó incluir en la sesión dos proyectos de quita de IVA en las tarifas y en alimentos de la canasta básica. A la vez, de la promesa de denuncia penal que agitó el massismo luego de que la macrista Silvia Lospenatto leyera un mail privado de su líder en plena sesión, poco quedó, ya que hasta el momento no se formuló ningún planteo en la Justicia y sus dirigentes dejaron de hablar del tema.
Si bien la baja de los precios y la quita de impuestos al consumo seguirán siendo parte de la agenda de campaña del massismo, en el Frente Renovador perciben que la lucha contra la corrupción todavía constituye un eje para captar votantes desilusionados del gobierno pero que no quieren votar al kirchnerismo. Acaso obligados por el acuerdo con Margarita Stolbizer y su rol como integrante de la fórmula para senador por el Frente 1 País, es que seguirán insistiendo en la quita de los fueros parlamentarios, en particular para sus propios precandidatos, quienes exhiben la firma ante escribano de la renuncia al beneficio constitucional en caso de investigación judicial.
Tanto para el massismo como para el bloque Justicialista, así como para el gobierno, el tema no está terminado. Todos apuestan a que de los cinco procesamientos que pesan contra el exministro de Planificación, en especial el de la masacre de Once, se produzcan novedades durante este año, y así, una nueva oportunidad para imponer el debate otra vez en la Cámara Baja. «