El Seabed Constructor, el sofisticado buque contratado para buscar al ARA San Juan, luego de casi diez meses de ocultamientos y desinformación por parte del Ministerio de Defensa y de la Armada y de sortear la torpeza de una primera fallida licitación, llegó ayer por la tarde al punto del golfo San Jorge, donde se produjo la última comunicación con el submarino desaparecido el 15 de noviembre del año pasado, en el que viajaban 44 tripulantes. Según las proyecciones de la empresa Ocean Infinity, encargada de la búsqueda, se espera que los primeros resultados se comuniquen dentro de una semana.
Oscar Aguad, titular de la cartera de Defensa, recorrió las instalaciones del buque antes de que zarpara, el viernes, desde el puerto de Comodoro Rivadavia. «Después de haber probado con otras tecnologías, esta es una búsqueda netamente científica. Tenemos muchas expectativas de poder encontrar al ARA San Juan», dijo el ministro, y agregó: «Vamos a estar comunicados permanentemente con el barco, y se va a brindar información oficial».
Con buenas condiciones –viento del oeste al noroeste a 30 kilómetros por hora y olas de 1,6 metros– para comenzar las prospecciones, a bordo del Seabed, de bandera noruega, viajan en calidad de veedores cuatro familiares de submarinistas: Silvina Krawczyk (hermana de la teniente de navío Eliana Krawczyk, la unica mujer de la tripulación del San Juan), Luis Tagliapietra (padre del teniente de corbeta Alejandro Tagliapietra y uno de los abogados querellantes en la causa que investiga la desaparición), José Luis Castillo (hermano del cabo principal Enrique Castillo) y Fernando Arjona (hermano del cabo principal Alberto Arjona).También viajan observadores de la Armada.
El Seabed Constructor posee ocho drones subacuáticos que pueden operar a una profundidad de 6000 metros, además de ocho minisubmarinos no tripulados que harán la prospección en el lecho marino. El tiempo mínimo operativo de búsqueda anunciado es de 60 días, sin que se hayan impuesto a la empresa restricciones en cuanto al límite del área de búsqueda.
Ocean Infinity –una empresa de origen estadounidense que ya participó en la búsqueda infructuosa del vuelo 370 de Malaysia Airlines desaparecido en marzo de 2014 (ver recuadro)– obtuvo la licitación de la búsqueda ofertando un presupuesto de 7,5 millones de dólares, que sólo cobrará si encuentra al San Juan.
Hacía más de cinco meses, cuando el 2 de abril pasado el buque oceanográfico ruso Yantar abandonó la zona de operaciones, que la búsqueda efectiva del submarino había sido abandonada, sin los recursos tecnológicos necesarios para llevarla adelante. En ese lapso, la desesperación de los familiares los llevó a encadenarse a las rejas de la Plaza de Mayo, donde montaron una carpa en reclamo de que el gobierno reactivara la búsqueda de sus seres queridos.
Desde la Armada aclararon que, desde abril, corbetas, destructores y otros medios de superficie fueron utilizados para la detección de una serie de 17 contactos submarinos, y que esa información fue transferida a los técnicos de Ocean Infinity para que investiguen si se corresponden con los restos del submarino. «