El gobierno conserva su base electoral a pesar de los más de seis meses de pandemia. Los consultores Analía del Franco, Hilario Moreno y Ricardo Rouvier coincidieron en que Alberto Fernández perdió parte del altísimo apoyo que había conquistado con el comienzo de la cuarentena, pero en las últimas semanas esa caída se estabilizó. Bajó el optimismo en la población, pero la aparición de Mauricio Macri le da aire al oficialismo.
Analía del Franco (Analía del Franco Consultores) explicó que la imagen de gestión de gobierno se estabilizó en los últimos 20 días entre el 48 y 50% de positiva. “Hay una sensación de que veníamos bien y ahora no se entiende qué pasa. ¿Para qué sirvió la cuarentena? El gobierno logró acondicionar la estructura sanitaria y eso lo ponderan opositores y adherentes. Todo el mundo fue atendido y eso es lo que más se valora, no tanto los contagios”, explicó.
La consultora señaló que “sigue habiendo un respeto por la cuestión de la pandemia. Existe una condena a la gente que no se cuida. Cuando se les pregunta por qué podría haber un desborde, la mayoría dice que es porque la gente se relajó, hay una condena social al incumplimiento de la cuarentena”. En ese aspecto también destacó un “aprendizaje”: “Muchos piensan que el Estado hizo un proceso de sensibilización para que cada uno sepa lo que tiene que hacer”, agregó.
Del Franco aclaró que no registra “una ola de anticuaerentena”, pero sí “hay cansancio, irritación pero no negación de la realidad. Existe la necesidad de mantener una vida lo más parecida a la vieja normalidad”.
Esta irritación mezclada con la crisis económica se tradujo en una caída del optimismo frente a lo que puede suceder en 2021. “Hay pocos optimistas, están alrededor del 35%. Las preocupaciones se refieren sobre todo a lo económico. Lo que predomina en este momento en el humor social es la incertidumbre y la bronca. Los que se ubican en la oposición tienen más bronca y en los afines prevalece más la incertidumbre, que igual está en todos los sectores sociales. Es algo lógico por la situación de pandemia”, comentó.
Del Franco explicó que la oposición “está muy dura y muy presente, y parece que esta situación de crisis ocurriera solo en la Argentina. Sería altamente negativo que se internalice. Hubo muchas acciones del gobierno en obras públicas, como relacionarse más directamente con los sectores económicos. Se ve a un gobierno activo y es algo que mejoró en el último mes”, cerró.
Hilario Moreno (Dicen) coincide en que el 80% de aprobación que había conseguido el gobierno al principio de la cuarentena se licuó y Alberto Fernández volvió al 50% de apoyo, un número muy similar al obtenido en las elecciones de octubre de 2019.
Para el consultor “se volvió un poco a una situación de grieta: están los que apoyan y los que se oponen, pero no está claro que los opositores queden nucleados en Juntos por el Cambio” como sí sucede con los adherentes del oficialismo. Eso se debe en gran parte a la aparición de Macri. Si bien Horacio Rodríguez Larreta está en el tope de imagen positiva entre la dirigencia política con el 60%, el expresidente se encuentra en el extremo opuesto con el 30%. Cristina Kirchner está cerca del 40% y Alberto Fernández en torno al 50 por ciento.
“Hay que ver en qué termina la buena imagen de Rodríguez Larreta, porque buena parte de los que opinan son votantes peronistas”, señaló Moreno.
¿Por qué cayó el apoyo al gobierno? Para el consultor esa baja tiene que ver con los efectos de la pandemia, tanto sanitarios como económicos. Moreno arriesgó tres explicaciones posibles “que no son antagónicas” para sintetizar por qué volvió “la grieta” a la política nacional. “La primera es que la grieta es inevitable porque es social, Alberto no iba a poder saldarla y no había que tenderle la mano a Larreta. La segunda tiene que ver con la ‘mala praxis’: había cierta posibilidad de buscar el centro político pero no se le habló bien a ese segmento de la población porque no se identificaron sus demandas”, analizó. La tercera posibilidad es que “en este contexto económico sea imposible saldar la grieta. Para poder ganarse a los del centro, Alberto necesita resultados para mostrar y por ahora no los tiene”.
Para Moreno, “hay una combinación de cada cosa. Se parte de una situación ideológica identitaria, pero con un gobierno nuevo y un macrismo muy golpeado, parecía existir una chance de superar la grieta. Tal vez no se logró por una cuestión de resultados políticos, de explicarle a la gente por qué tenía que quedarse en la casa. Faltó una épica, de poder explicar por qué se hacía lo que se hacía”, dijo.
“Veo un acierto estratégico en la cuestión del centro, de no buscar solo a los duros. Con el Frente de Todos, CFK y Alberto rompieron la ecuación de ‘kirchnerismo multiplicado por algo siempre da kirchnerismo’. Es acertada la idea, pero es difícil materializarla. Empezó a fracasar con los resultados de la cuarentena, hay problemas con los precios y el poder adquisitivo. Sobre ese electorado del medio el gobierno tiene más dudas que certezas y no logró llegarle, tal vez porque ese electorado es una especie de ideal abstracto. Está pero no se sabe quién es”, aseguró.
Ricardo Rouvier (Rouvier Consultores) cree que al gobierno le falta “hacer goles” como la renegociación de la deuda porque en el día a día está complicado. “En principio, las expectativas económicas no son positivas si bien la lógica indica que una vez terminada la pandemia las cosas deberían mejorar. Pero no se sabe cuándo va a terminar, esa incertidumbre se traslada al comportamiento económico”, le dijo a Tiempo.
Sobre la posibilidad de terminar con la grieta, Rouvier piensa que la foto de Axel Kicillof, Alberto Fernández y Rodríguez Larreta sentados en la mesa “es una imagen fuerte, con gran impacto, muy bien recibida, pero nadie puede mostrar esa imagen porque hay especulaciones políticas. Hay un gobierno de coalición y cuando no tenés resultados los jugadores empiezan a pelearse entre ellos. Si tuvieras resultados, la figura de Alberto haría callar a muchos. Hay un estímulo a que no se consigan resultados y eso favorece una diversidad de opiniones internas respecto de cómo hacer las cosas y ayuda a que la imagen presidencial no se consolide”, consideró. «