Hasta la llegada de Cambiemos al poder, la Cancillería Argentina ya había desclasificado 6000 documentos durante la última dictadura, a partir del trabajo de la Comisión para el Relevamiento de Documentación sobre Violaciones a los Derechos Humanos, integrada por tres investigadores del CELS y tres funcionarios del servicio exterior, bajo la coordinación del entonces secretario de Culto, Guillermo Oliveri.
Las piezas siguen en internet en el sitio <www.desclasificacion.cancilleria.gob.ar>, donde se pueda apreciar, entre otros documentos que siguen inadvertidos para la prensa (salvo para el diario salvadoreño El Faro) la cooperación entre la dictadura argentina y el gobierno de El Salvador.
Entre los documentos, hay uno del 15 de octubre de 1979, donde se revelan las conversaciones dentro de la embajada argentina «con el nuncio apostólico» para «elevar de viva voz al Vaticano un informe sobre las actividades del arzobispo salvadoreño Oscar Arnulfo Romero».
El sacerdote tercermundista fue asesinado cinco meses después de un disparo en el corazón, durante una homilía dentro de su Iglesia. Allí lo esperaba «el oficial militar argentino Emilio Antonio Mendoza», del Batallón 601 de Inteligencia del Ejército Argentino. Romero, cuyo crimen sigue impune, fue canonizado por Bergoglio, luego de que destrabara dentro de la Santa Sede una solicitud presentada en 1993 y la pusiera en manos de la Congregación para la causa de los Santos.
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