La nominación del ministro de Salud capitalino, Fernán Quirós, como precandidato larretista a jefe de Gobierno porteño sucedió en pleno arranque del Mundial, cuando la opinión pública ya estaba concentrada en el desempeño de la selección nacional de fútbol y su accidentado estreno con Arabia Saudita. El lanzamiento que eligió el alcalde porteño Horacio Rodríguez Larreta para uno de sus funcionarios preferidos fue de baja intensidad, pero no quedó perdido en la fruición futbolera. La precandidatura estaba originalmente pensada para marzo del año que viene, pero los tiempos se aceleraron como producto de la necesidad y la urgencia de la interna porteña. El escenario cambió drásticamente por el exintendente de Vicente López y ministro de Gobierno capitalino, Jorge Macri. Decidió reorientar sus cañones electorales y se proclamó como precandidato a alcalde.
Para el larretismo la traición tuvo un agravante: se lanzó con el respaldo manifiesto de la titular del PRO y exministra de Seguridad, Patricia Bullrich, es decir, con el aval directo de su primo, el expresidente Mauricio Macri, transformado desde el año pasado en el mayor antagonista que tiene Rodríguez Larreta dentro y fuera de la Ciudad de Buenos Aires. Todo el enroque no fue casual: transcurrió cuando el fundador del PRO ya estaba sumergido en el despliegue qatarí que le impone su rol como presidente de la Fundación FIFA, un cargo que, según sus detractores macristas, le costó carísimo.
Aún así, la nominación formal de Quirós tampoco rompió la medianía del tono que elige el alcalde para comunicar. Le alcanzó para dejar en claro que el larretismo está dispuesto a impulsar a más de un candidato propio y que puede adelantar el desembarco de su bala de plata con un semestre de anticipación. Lo hizo ante un escenario incómodo e inesperado que pasó a segundo plano gracias al fútbol, porque la decisión de instalar a Quirós no sólo desnudó que hay más candidatos de los tolerables para retener la Ciudad. Si nadie se baja, deberán medirse por una interna partidaria previa del PRO porteño para definir al precandidato del partido amarillo que luego debería competir en las PASO de JxC para elegir la fórmula final.
«Puede haber una interna previa, ¿por qué no?», dijo el primo Jorge este sábado con una expresión que disparó todo tipo de lecturas dentro del partido amarillo.
La opción de una interna partidaria es considerada un disparate entre los armadores del larretismo, aunque admiten que ese escenario “iba a aparecer” apenas pusieran a prueba el plan Quirós. “No hay ninguna posibilidad de que haya una interna previa a las PASO. Si hay competencia será en las primarias y si no se baja alguno de los precandidatos del macrismo, entonces habrán dos competidores del PRO en las PASO porteñas”, atajaron, cerca de Larreta ante las consultas de este diario.
Las expresiones de los sectores internos del PRO capitalino demuestran que no hay una salida común ante la multiplicidad de competidores. Para el larretismo hay una sola salida para evitar esos riesgos: que el primo Jorge se baje y deje de ser la punta de lanza del expresidente. Cerca del exintendente por ahora no aparecieron señales en ese sentido sino todo lo contrario. Algunos arriesgan que nada cambiará hasta que el expresidente vuelva de Qatar.
Quirós se sumó, antes de tiempo, a una disputa donde ya hay tres aspirantes que lo están esperando para debilitarlo. La primera es la ministra de Educación capitalina, Soledad Acuña, que también fue impulsada por Rodríguez Larreta, pero su imagen se desgañita luego del último giro que protagonizó para contener la fuga de opiniones por ultraderecha durante el último conflicto estudiantil. Ante las críticas contra su jefe político y la caída en las encuestas, la ministra profundizó las acusaciones y defendió las persecuciones contra los estudiantes porteños que se movilizaron contra su gestión.
También están en competencia el senador nacional de la UCR y exministro de CFK, Martín Lousteau, y el ministro Jorge Macri, que se mueve con el auspicio de su primo y está seguro del peso que tendrá el apellido familiar en la coyuntura electoral de la Ciudad. Sin embargo, este sábado fue el primo Jorge el que activó la alarma ante la presencia de Quirós. Y planteó la interna abierta como una debilidad funcional al panperonismo.
Las palabras de Jorge fueron interpretadas en el larretismo como su primera señal de fragilidad ante el juego que eligió. «Me gusta la competencia, siempre saca lo mejor de mí. Pero no deberíamos pensar, porque sería un error, que vamos a ir a la elección divididos en el PRO porque eso sería funcional a que nos gane otro candidato», dijo en declaraciones radiales. «Si nosotros llegáramos a la elección con varios candidatos, estamos siendo funcionales a esa división», advirtió, sin mencionar a Lousteau. «La competencia no me preocupa. Sí me importa que el PRO siga siendo la columna vertebral de JxC en la Ciudad, que sigan las transformaciones que comenzaron con Mauricio y siguen con Horacio y que en esta Ciudad siga gobernando nuestro espacio», insistió Macri para reavivar la crítica que mantiene contra el pacto de Rodríguez Larreta con el radicalismo porteño para meter a Lousteau en la carrera.
Cerca del alcalde porteño celebran que con la irrupción anticipada de Quirós se redujeron sensiblemente los márgenes políticos de Bullrich y de los primos Macri para acusar a Larreta de entregarle la Ciudad al radicalismo. Son lecturas que mitigan la dispersión de competidores en un momento donde el jefe porteño no termina de nacionalizarse, aunque sigue fortaleciendo la carrera de su exvicejefe, Diego Santilli, como candidato a gobernador bonaerense. En el mayor distrito electoral hay, por lo menos, seis competidores, y el escenario de JxC cada vez se parece más al porteño, en una duplicación de debilidades que la Mesa Nacional de la coalición opositora no termina de ordenar, ni siquiera con Macri en Qatar.
Lejos de las advertencias del primo Jorge, que seguirá hablando de la presunta funcionalidad de tantos candidatos porteños, en la sede capitalina reivindican a Quirós y niegan que sea un candidato poco competitivo. “Horacio no lo lanza a Fernán para bajar a Jorge sino que sacó a un candidato mejor que Acuña, que supera el 50% de imagen positiva y tiene menos del 20% de negativa. Ningún político tiene esa imagen y por eso lo jugamos porque es una alternativa real”, celebraron en la sede de Parque de los Patricios, donde prefieren destacar el peso del ministro en las encuestas y minimizar la poca cintura que tiene para hablar de otra cosa que no sea la cuestión sanitaria. Casi la misma dificultad que tiene Acuña y una dimensión directamente proporcional a la que padece Rodríguez Larreta, que sigue sus recorridas por el interior, pero no logra nacionalizarse. «
Néstor Sucunza
27 November 2022 - 21:27
Seee, se puede oler la tensión en la imagen ... todos tensionados están, se les nota en los rostros.