Dolores Etchevere, la hermana mujer de la dinastía entrerriana envuelta en una disputa familiar que trascendió a la arena institucional, declaró hoy ante el fiscal federal Federico Delgado que en 2018 denunció ante la Oficina Anticorrupción por irregularidades en el ejercicio de la función pública y violencia de género a su hermano, el entonces ministro de Agroindustria del gobierno de Cambiemos Luis Miguel Etchevehere. Pero la entonces titular de la OA, Laura Alonso, no la atendió; la derivó a funcionarios de segunda línea, y su denuncia quedó en la nada.
Dolores Etchevehere declaró hoy durante casi tres horas ante el fiscal, quien tiene derivada por el juez federal Daniel Rafecas una denuncia por los presuntos delitos de “coacción y tráfico de influencias”, que además incluyen malos tratos intrafamiliares rayanos en la violencia de género.
La hermana mujer de los Etchevehere describió una suerte de calvario que vivió en los últimos 11 años y explicó que esa situación de “destrato” y “ninguneo” que padeció se potenció cuando su hermano Luis Miguel asumió como ministro de Mauricio Macri, a fines de octubre de 2017.
En ese contexto, rebeló las supuestas maniobras que urdió el resto de la familia para presionarla para que aceptara condiciones leoninas a cambio de auxilios económicos para su delicada situación personal, al cuidado de sus hijos.
Esas presiones – indicó – incluían aceptar por escrito la resignación de parte de lo que le correspondía por herencia y, además, desistir de acciones judiciales que había entablado contra sus hermanos y denuncias por presunta corrupción que habían derivado en otros expedientes, la mayoría de ellos tramitando ante el Poder Judicial de Entre Ríos.
Dolores Etchevehere realizó una descripción genérica y global del conflicto familiar y describió las amenazas que dice haber recibido de sus hermanos.
Por videoconferencia a través del sistema informático Zoom, la mujer acompañada por Juan Grabois y otro abogado – prometió para los próximos días el aporte de pruebas sobre sus dichos: emails, mensajes de Whatsapp, la documentación que le pedía que suscribiera en su propio perjuicio y detalles de encuentros y reuniones, por sí y por terceros, con la parte de la familia con la que está enfrentada.
La situación en Entre Ríos está, de momento, en un statu quo, a la espera de la fijación de una fecha de audiencia en la Cámara de Apelaciones de Paraná sobre la apelación de los hermanos varones Etchevehere sobre el fallo del juez Raúl Flores, quien rechazó el desalojo compulsivo de la estancia Las Margaritas, donde actualmente se encuentra Dolores Etchevehere con campesinos que acompañan a Grabois.
El juez Flores rechazó la recusación en su contra y esa situación también deberá ser revisada por la Cámara de Apelaciones.
En el contexto de las propuestas del magistrado, los abogados de la mujer formularon una “propuesta de convivencia”, que todavía no recibió respuesta, ni judicial, ni de sus hermanos.