Una entrevista concedida por el ministro de Justicia, Germán Garavano, a El Destape Radio desató la indignación de Elisa Carrió, una de las socias políticas del PRO en Cambiemos, y una advertencia bajo la forma de mensaje en la red social Twitter:
“Estos dichos de Garavano son una vergüenza para la República y la división de poderes. Puede estar emparentado también con la impunidad de Menem en la Cámara de Casación. Si esto es así es pasible de juicio político”, se despachó.
¿Qué enojó tanto a la diputada? La opinión del ministro acerca de la aplicación abusiva de la figura de prisión preventiva, en la causa de los cuadernos: “Nunca es bueno que se pida la detención o se detenga preventivamente a un expresidente», dijo el funcionario, a la situación puntual de Cristina Kirchner, tras el procesamiento dictado por el juez Claudio Bonadio.
Fue un día complejo para la legisladora, porque casi en simultáneo, debió bajar su postulación como presidenta de la comisión bicameral permanente de seguimiento y control del Ministerio Público. Fue luego de confirmar que el peronismo no le daría el quórum para desempeñar ese rol. “Quiero expresar que bajo ninguna circunstancia deseo presidir la Comisión, dada la calidad y actitud de los legisladores del PJ que la integran”, dijo la chaqueña al presentar su renuncia indeclinable a la candidatura.
Pero la amenaza de un juicio político al ministro de Justicia por sus dichos sobre la prisión preventiva a Cristina Kirchner superó la pelea previsible con la oposición.
Garavano, al igual que sostienen varios juristas, como el radical Ricardo Gil Lavedra, también integrante de la coalición gobernante, consideró que «no hay elementos para pensar que (la ex mandataria) pueda fugarse o entorpecer la causa».
Y fue más allá. En diálogo con el programa de radio Crónica Anunciada consideró que «hay un uso errático y excesivo de la prisión preventiva, nunca es una buena herramienta, lo ideal es que las causas lleguen a juicio oral rápidamente».
«Los fueros sólo implican que una persona no pueda ser arrestada, y en este caso, si hay que elevar a juicio, no parece bueno el desafuero y la detención siendo que se pueden brindar explicaciones en el marco del juicio oral», agregó.
La política judicial es una de las áreas sobre las que Carrió suele ejercer cierta influencia dentro de Cambiemos.
Sus opiniones personales tienen destinatarios no sólo en los tribunales, sino también dentro del grupo de operadores judiciales del Gobierno. Un caso recurrente es el de la fuerte presión que ejerció durante los últimos meses contra el ex titular de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, quien recientemente vio frustrado su intento de ser reelegido al frente del máximo Tribunal y –tras un cambio en las alianzas internas dentro del cuerpo- fue desplazado en ese cargo por Carlos Rosenkrantz.