En la madrugada del viernes 3 de febrero, la Bonaerense rodeó el segundo piso del acceso 62 del Monoblock 17 de la Villa Carlos Gardel, en El Palomar, partido de Morón. Buscaban a Félix Peña, de 35 años, acusado de intentar matar a dos policías en 2003. Lo encontraron y fue detenido.
Lo llamativo es que durante todo este tiempo el sospechoso permaneció en su casa y en el mismo barrio donde habría cometido el hecho. Los investigadores jamás fueron a capturarlo. La desidia tuvo su punto máximo en febrero del año pasado, cuando el prófugo fue contratado por el Municipio de Morón comandado por Ramiro Tagliaferro, el ex marido de la gobernadora María Eugenia Vidal.
El tragicómico paso de comedias no termina ahí. Al darse cuenta de que algo no andaba bien con el prontuario del muchacho, quien además de estar prófugo tenía una condena anterior por tenencia de arma de guerra, la municipalidad lo echó el 31 de enero.
Recién unas horas más tarde, el abogado Nicolás Mizrahi, director de Coordinación Legal y Normativa de Morón, puso en conocimiento a la UFI Nº 4 de Morón, que estaba en turno, de que Peña tenía cuestiones que resolver en la causa 3749, a cargo del Juzgado de Garantías 3.
Este diario pudo saber que desde la fiscalía se mostraron molestos con la gestión local porque lejos de colaborar con la justicia, lo despidieron, dándole la oportunidad de volver a fugarse. Da la sensación de que quisieron desentenderse y no quedar pegados, se quejó una calificada fuente judicial.
Según consta en la denuncia del Municipio, Peña tenía el legajo 264.878 y había sido contratado en la categoría obrero I de 48 horas por semana en la secretaría de Obras Públicas. A través de un decreto del intendente, se incorporó como planta temporaria a partir del 11 de febrero del año pasado. Luego, el decreto fue refrendado en 11 oportunidades.
El caso
Sobre las espaldas de Peña pesaba un pedido de captura desde el 16 de mayo de 2003. Está acusado de haber sido parte de una banda de al menos cuatro delincuentes que el 9 de febrero de ese año, a las 16, interceptó a un auto con fines de robo en Villegas y Marconi, en las inmediaciones de la Gardel. El asalto fue advertido por los agentes Luis Sánchez y Ariel Méndez quienes comenzaron a perseguirlos. Méndez se llevó la peor parte al recibir un balazo en el pecho.
Según relató Sánchez en su momento en sede judicial, durante la carrera, a su compañero Méndez se le desabrochó el chaleco antibalas y todo fue tan rápido que no tuvo ni tiempo de volvérselo a colocar, con tan mala fortuna de recibir el impacto en esa zona del cuerpo. La víctima fue intervenida y sobrevivió.
La causa abierta contra Peña, dos de sus hermanos y otro cómplice más está caratulada como resistencia a la autoridad en concurso ideal con homicidio criminis causae en grado de tentativa agravado por la condición de funcionario policial y el uso de arma de fuego para uso civil.
De ladrones a narcos
Este diario pudo reconstruir que los Peña son una familia numerosa dentro del barrio Presidente Sarmiento, que comprende los Monoblocks y las viviendas del Plan Federal llevado adelante durante el kirchnerismo.
Investigadores consultados por Tiempo, que siguen de cerca lo que pasa en el barrio, precisaron que varios de los integrantes del clan Peña tienen frondosos antecedentes penales por robos, pero desde hace cerca de una década a esta parte, se volcaron al negocio de la venta de drogas, al igual que otras familias del barrio con quienes se disputan el territorio.