Entre las noches de la Navidad y el Año Nuevo de 1979, el director de la Esma, Contralmirante Ricardo Supisich, apareció de improviso en el sótano del Casino de Oficiales donde estaban encerrados los detenidos desaparecidos de ese centro. Estaba borracho y se dirigió a los prisioneros: «Señoras y señores, felices fiestas, dijo. Muchos de los destinatarios del saludo del genocida fueron más tarde arrojados al mar en los vuelos de la muerte. Ese episodio volvió este fin de año nuevamente a la memoria de los integrantes de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos que este lunes denunciaron que funcionarios de la Secretaría de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural realizaron una fiesta en una oficina de la ex Esma, que quedó registrado en un video filmado con un celular que luego se viralizó, en la que se los veía bajo los efectos etílicos, denunciaron.
Los sobrevivientes repudiaron el hecho y lo consideraron un nuevo ataque a la memoria y a la historia del pueblo argentino. También pidieron la renuncia del titular de DD.HH, Claudio Avruj. Con un breve un comunicado, la Secretaría anunció la separación de la funcionaria «por comportamiento impropio.
La denuncia de la AEDD fue hecha pública en un comunicado con el título SI CAIGO YO, CAEN TODOS, que hace referencia a otro episodio: la amenaza que un funcionario de la Secretaría de DDHH habría realizado a los empleados que participaron en la fiesta luego de que se difundiera el video por las redes sociales.
Las filmaciones son más de una. Todas fueron realizadas por teléfonos celulares y en ellas se ve a una mujer rubia bailando, a la que fuentes de ese espacio, identificaron como Karina Nuñez, responsable del área administrativa de la Secretaria. Los Sobrevivientes hicieron referencia a uno de esos videos que, dijeron, mostró los efectos etílicos que produjo la celebración sobre los funcionarios de dicha Secretaría, que hasta se animaron a bailar sobre las mesas.
Hoy los funcionarios del gobierno que niega el genocidio, que pretende imponer una vez más la política de los dos demonios, bailan alegres y borrachos en el Centro Clandestino de detención donde miles de compañeros sufrieron las peores torturas, denunció la AEDD.
Y exigió el cese de actividades ajenas al funcionamiento de la ex Esma; la separación de la máxima autoridad del organismo que organizó esa fiesta: el secretario Claudio Avruj, y otras reivindicaciones de ese espacio, como el retiro de oficinas públicas del predio, entre otras.
Por su parte, poco después de la denuncia pública, la SDH informó en un escueto comunicado oficial que después de observar a través de un video difundido en redes sociales a una funcionaria manteniendo un comportamiento impropio de este Espacio de Memoria durante los festejos de fin de año del sector en que se desempeña, el secretario Claudio Avruj le solicitó la renuncia inmediata a su cargo, la cual fue presentada en el día de la fecha.
El anuncio remarcó que la medida se adoptó porque el Espacio Memoria y Derechos Humanos (ex Esma) es un ámbito que, por su trágica y dolorosa historia, debe ser motivo de reflexión y respeto por parte de toda la sociedad, y que en virtud de ello los funcionarios que se desempeñan en el mismo deben guardar, más que nadie, el debido decoro en el ejercicio de sus funciones».
Recuerdo del horror
Es sabido y conocido el fervor» hacia las bebidas alcohólicas que manifestaron siempre los marinos, forman parte del acervo histórico de los navegantes, explicaron los ex Detenidos en el comunicado, en el que recordaron que en las noches de fin de año, entre el 24 de diciembre y 31 de diciembre de 1979, Supisich se presentó visiblemente borracho ante los prisioneros.
Con grilletes en los pies, algunos esposados, otros todavía encapuchados, vivimos con espanto esa imagen en la que el señor de nuestra vida y nuestra muerte podía tomar una decisión según el dolor de cabeza que le produjese la ingesta de tanto alcohol, recordaron. Y reclamaron: La historia, si no aprendemos de ella, suele repetirse, al principio como tragedia y luego como farsa.