Según el medio UOL de Brasil, al menos 30 militantes bolsonaristas prófugos de la justicia de su país abandonaron sus lugares de residencia en Argentina tras el comienzo de las detenciones realizadas en las últimas semanas en respuesta a pedidos de extradición. El nuevo destino del exilio de la ultraderecha brasileña sería el EEUU de Donald Trump, pero con paso previo por Perú y Colombia.

La investigación de UOL asegura que existen en actividad dos rutas para los fugitivos que intentan llegar a territorio norteamericano. Por Chile, cruzaron el desierto de Atacama e ingresaron a Perú por el puesto fronterizo de Santa Rosa, de allí hasta Lima y luego a Colombia. Y por Bolivia, el cruce lo realizaron por Jujuy, llegaron a Perú por Desaguadero, continuaron hasta Lima y allí también a Colombia, donde habría mayores probabilidades de ser aceptados por las autoridades migratorias de EEUU.

Según consigna el artículo de UOL firmado por Eduardo Militão, el jefe de Interpol en Perú y coronel de la Policía Nacional, José Luís Quiroz, consultó registros migratorios e identificó a cuatro prófugos provenientes de Argentina que ingresaron al país entre el 19 y 24 de noviembre, días después de que Argentina comenzara las detenciones de bolsonaristas.

A pesar de tener órdenes de arresto en Brasil y Argentina, en Perú no fueron detenidos porque no figuran en la lista roja de Interpol, afirmó el coronel Quiroz. Siempre según la pesquisa de UOL, Para el uniformado peruano es probable que todavía haya brasileños en tierras incaicas, pero consideró: «A veces, en la frontera, los controles son muy débiles».

Desilusión bolsonarista con Milei

La justicia argentina recibió más de 60 pedidos de extradición de ciudadanos brasileños con condena firme y libró órdenes de detención. El juzgado federal a cargo de Daniel Rafecas pasó el listado al ministerio de Seguridad de la Nación, a cargo de Patricia Bullrich, que había declarado ante CNN Brasil que las fuerzas federales colaborarían en la captura de los prófugos señalados.

Al menos cuatro de los prófugos fueron detenidos ya y esperan en prisión el avance del proceso de extradición, trámite que puede extenderse durante meses. El primero de ellos, Joelton Gusmao de Oliveira, ciudadano brasileño de 47 años, detenido el jueves 14 de noviembre en la ciudad de La Plata, fue visitado recientemente por Eduardo Bolsonaro, hijo del ex presidente Jair Messias Bolsonaro, en la cárcel. El diputado que representa a San Pablo por el Partido Liberal hizo la visita junto a su par libertaria argentina, María Celeste Ponce.

Como viene relatando este medio desde la primera mitad de 2024, con el comienzo del gobierno de Javier Milei un número sin determinar de ciudadanos brasileños cruzaron la frontera de manera ilegal y se instalaron en localidades del AMBA y La Plata. Lo hicieron a partir de la lectura de que el mandato libertario los protegería de las penas que pesaban sobre ellos y ellas por su participación en los hechos del 8 de enero.

La desilusión respecto de Milei por parte de las y los condenados comienza a crecer, luego de que el gobierno argentino primero accediera a colaborar con Brasil para ubicar a los prófugos -en el marco de convenios bilaterales preexistentes- y luego al comenzar los arrestos. En la cosmovisión del bolsonarismo fanático que decidió exiliarse en Argentina, la sola presencia de Milei en el Ejecutivo los eximiría de cualquier peligro.

Sin embargo, desde el principio en Casa Rosada fueron extremadamente cautos sobre el tema. Desde el entorno presidencial mismo se afirmó que al respecto seguirían respetándose los tiempos y decisiones de la justicia.

Primer detenido por los pedidos de extradición a Brasil.
Foto: Prensa Policia de la Provincia de Buenos Aires

En paralelo, la Comisión Nacional para los Refugiados, organismo que evalúa y adjudica asilos políticos en Argentina, respondió el 28 de noviembre a un pedido de información pública realizado por Tiempo sobre tales solicitudes por parte de ciudadanos y ciudadanas de Brasil. En 2024, 194 personas de ese país presentaron pedidos ante Conare, pero ninguno fue aceptado.

La bronca ante lo que entienden como una traición por parte de Milei se hizo patente en la reciente reunión del CPAC, la semana pasada en el Hilton de Puerto Madero. Tanto Jair como Eduardo Bolsonaro exigieron de formas más o menos directas al gobierno argentino que proteja a su tropa prófuga, autopercibidos víctimas de lawfare por parte del juez supremo Alexandre De Moraes.

Lula y Milei, una relación en constante conflicto.

Algunos de los golpistas con perfil más público estuvieron presentes en el evento conservador internacional que protagonizó el mileísmo y ante las palabras de Eduardo Bolsonaro, que pidió amnistía para todos los vinculados al intento de golpe y asesinato de Lula, hicieron sonar la mayor ovación en la enorme sala de convenciones del Hilton.

Fuentes de la Dirección Nacional de Migraciones, organismo que engloba a la Conare -aunque se trata de un organismo independiente, en teoría, del Ejecutivo nacional- insistieron sobre que el gobierno libertario se sostendrá fuera de toma de decisiones sobre este conflicto. La relación Milei – Lula todo el tiempo puede complicarse, a pesar de que Argentina y Brasil comparten una profunda relación comercial y mutua dependencia.

Los chispazos en el G20 de Río de Janeiro y la reciente Cumbre del Mercosur alientan las especulaciones sobre la necesidad de no seguir extremando las relaciones diplomáticas. Nadie quiere que un grupo de fanáticos ultraderechistas en fuga desde hace más de un año corten los pocos hilos que sostienen una bilateralidad de por sí dañada por la retórica anarcocapitalista.