Finalizó en Roma el tercer Encuentro Mundial de Movimientos Populares de más de 65 países con la presencia del Papa Francisco, quien realizó un discurso atravesado por intensas críticas al actual sistema financiero, los medios de comunicación, la grave situación global de los refugiados, y al sistema terrorista, según sus palabras. La Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) le transmitió sus inquietudes por la situación de los trabajadores excluidos al Sumo Pontífice y logró la aprobación por unanimidad de su moción de exigir la inmediata liberación de Milagra Sala.
Durante los tres días en los que se desarrolló el encuentro, se abordaron diferentes discusiones y debates bajo los ejes históricos del evento y que representan preocupaciones latentes para los movimientos como para el Papa: Tierra, Techo y Trabajo. Trabajadores de diversas ramas de la Economía Popular y oficios participaron del encuentro: Mónica Crespo, cartonera rosarina (Trabajo), Alejandra Díaz, dirigente del barrio Zavaleta (Techo) y Miguel Humbert del Movimiento Campesino Indígena (Tierra). Completaron la delegación argentina Gildo Onorato, de la CTEP, Gumersindo Segundo de la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y Daniel Menéndez de Barrios de Pie.
En el cierre del Encuentro, se presentó al sumo pontífice el documento definitivo donde se volcaron las conclusiones finales que trazan el camino del principal objetivo planteado: actuar tras haber cumplido las instancias de ver y juzgar. Centrados en los ejes históricos del encuentro, Tierra, Techo y Trabajo, y ampliando las perspectivas hacia debates centrados sobre Pueblo y Democracia, Territorio y Naturaleza, y Refugiados y Desplazados, las propuestas del documento entregado a Francisco sintetizan la incorporación de mecanismos de participación de los sectores trabajadores, mujeres, indígenas y el pueblo para saldar la actual crisis de representatividad que atraviesa la democracia en el mundo, hoy más vinculada a la elite corporativa, los grandes bancos y el capital internacional.
El documento final presentado al Papa Francisco también incluye propuestas concretas de acción transformadora que los movimientos sociales asumieron durante el Encuentro. El recuerdo y reivindicación permanente a Berta Cáceres y tantos otros luchadores y luchadoras asesinados, el desarrollo de una nueva perspectiva de democracia participativa, el rechazo a la privatización del agua y a todos los bienes de la humanidad, la prohibición de la manipulación genética de todas las formas de vida, así como la ratificación de avanzar en defensa de la soberanía alimentaria y la reforma agraria popular, la implementación de un salario social universal para todos los trabajadores y trabajadoras y la construcción de una ciudadanía universal con el propósito de ensanchar los vínculos entre los pueblos del mundo.
Los movimientos populares de Argentina propusieron una serie de mociones que fueron aprobadas:
1.- Exigir al gobierno argentino el complimiento de la resolución del Grupo de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias de las Naciones Unidas y la inmediata liberación de Milagro Sala, dirigente social y presa política argentina.
2.- Instamos la inmediata sanción de la Ley de Emergencia Social presentada por las organizaciones sociales argentinas ante el Congreso Nacional la cual contempla el reclamo del salario social universal.
3.- Instamos la aprobación de la Ley de Envases con Inclusión social que contempla la integralidad y sostenibilidad de producción y reciclado de envases en manos de los trabajadores cartoneros, carreros y recicladores.
4.- Exigimos la restitución de la soberanía del Pueblo Argentino y el libre acceso al «Lago Escondido» por el camino del Tacuifí apropiado de facto por el magnate Joe Lewis (Río Negro), el fin del hostigamiento por parte del neonazi austríaco Thomas Prinzhorn a la Comunidad Mapuche Linares (Neuquén), el fin de la impunidad de la banda parapolicial comandada por el empresario Canido (Manaos) contra los campesinos santiagueños y en general la reafirmación de los derechos territoriales de las comunidades campesinas y pueblos originarios de la argentina.
Sobre el final Francisco les pidió a los movimientos populares que se sigan involucrando: Esa idea de las políticas sociales concebidas como una política hacia los pobres pero nunca con los pobres, nunca de los pobres y mucho menos inserta en un proyecto que reunifique a los pueblos a veces me parece una especie de volquete maquillado para contener el descarte del sistema. Cuando ustedes (…) se atreven a cuestionar las macrorelaciones, cuando chillan, cuando gritan, cuando pretenden señalarle al poder un planteo más integral, ahí ya no se los tolera tanto porque se están saliendo del corsé, se están metiendo en el terreno de las grandes decisiones que algunos pretenden monopolizar en pequeñas castas.