El día 4 de octubre, muy temprano por la mañana, se inició un operativo de desalojo a cargo de distintas fuerzas de seguridad en Lof Lafken Winkul Mapu en la zona de Villa Mascardi, a unos treinta kilómetros de Bariloche, en Río Negro.
Es temprano para evaluar la magnitud y consecuencias del procedimiento, que conoceremos mejor en los próximos días. Pero hay que ensayar un análisis sobre el proceso que ha desembocado en la conformación del Comando Unificado de Seguridad Zona Villa Mascardi.
Y resulta interesante preguntarse no tanto por los mapuche y sus conductas, sino por la sociedad no mapuche y sus acciones.
La comunidad Lafken Winkul Mapu, instalada en 2017, sufrió repetidas intervenciones policiales y desalojos. Como está ubicada dentro de un Parque Nacional, actúan las fuerzas federales y no la policía de Río Negro. En una de estas intervenciones fue asesinado Rafael Nahuel a manos de la Prefectura Naval en noviembre de 2017.
Algunos sectores de la sociedad no mapuche, identificados fuertemente con la idea de “propiedad privada”, se sintieron interpelados por la recuperación territorial. Se inició así un proceso de movilización que incluyó manifestaciones, caravanas automotrices, banderazos y declaraciones públicas altisonantes. En Setiembre de 2020 una movilización que intentaba llegar por la ruta 40 hasta Lafken Winkul Mapu fue detenida por la policía porque algunos de sus participantes exhibían armas de fuego por las redes sociales, incitando a un desalojo por mano propia.
El Ministerio de Seguridad, con Sabina Frederic a la cabeza, asumió la estrategia de coordinar mesas de diálogo con Lafken y con otras comunidades en conflicto. No sirvieron para resolver los problemas de fondo, pero pusieron en suspenso las respuestas represivas.
Fue cuando Patricia Bullrich tomó el guante. Comenzó a participar de reuniones con los “vecinos afectados” y en abril de 2021 aterrizó en Bariloche con otros referentes del PRO para participar de un encuentro “Por la paz, la justicia y contra la violencia extrema en la Patagonia”.
A partir de ese momento la respuesta de los sectores propietarios fue logrando mayor consistencia y articulación. Se organizó un frente de dueños, abogados y referentes políticos locales contra las “usurpaciones mapuche”. Tal ejercicio culminó con la fundación del Consenso Bariloche, un organismo que enarbola las banderas de la propiedad y la meritocracia y agita los fantasmas del secesionismo, el terrorismo y la delincuencia mapuche.
Este armado político-social se ocupó también de proveer asistencia jurídica a los supuestos propietarios de distintos predios en conflicto en toda la provincia. Lo que comenzó en parajes periféricos como Carri-Laufquen (cerca de Ing. Jacobacci) se trasladó a la zona que hoy ocupa el centro de los acontecimientos. Testimonio de ello es el juicio a los miembros y acompañantes del lof Buenuleo (que se inició de nuevo luego de sobreseídos los imputados) o la defensa de Martín Feilberg, acusado por el asesinato de Elías Garay en lof Quemquemtrew, El Bolsón, en 2021.
Consenso Bariloche organizó dos foros de discusión, uno en 2021 y otro este año. El primero tuvo gran trascendencia y participación de encumbrados funcionarios, como la Gobernadora de Río Negro, Arabela Carreras y el entonces Ministro de Seguridad del Chubut, Federico Massoni. El segundo se hizo durante setiembre y pasó con mas pena que gloria debido a que la plana política provincial canceló su presencia a último momento.
Pocos días después se instaló al lado de Lafken Winkul Mapu una casilla de Gendarmería. La casilla fue atacada el 27 de setiembre. El 2 de octubre una nueva caravana de vecinos, encabezada por Patricia Bullrich, que previamente había presentado una denuncia penal, se dirigió a Mascardi y fue nuevamente detenida por la policía. Finalmente, luego de indagaciones judiciales, apenas 12 horas después de creado el Comando Unificado de Seguridad y con fundamento en el ataque de la casilla, se ordenó el desalojo del día 4 de octubre.
Las problemáticas de los pueblos originarios en Argentina no han tenido soluciones concretas en el período abierto desde 1983 a la fecha. En los casos patagónicos, tierras antes desmerecidas se han revalorizado y comenzado a ser vistas con otros ojos por múltiples actores. Lo de Mascardi es el síntoma de tensiones muy profundas que no han sido abordadas en sus causas. Y como parte del asunto se ha constituido un bloque político y social de inspiración propietaria, articulado por el principal partido de la oposición y con amplia llegada a la arena de debate nacional. Ni en la historia larga ni en la historia corta se trata de hechos aislados.
Y tenemos que destacar que estos conflictos no pueden ni deben ser tramitados con un recrudecimiento punitivo. Esa es la apuesta que ya ensayó el gobierno nacional anterior en la zona y no ha dejado buenos frutos. Sólo muertos, heridos, detenidos y hasta un desaparecido.
Miguel
5 October 2022 - 08:47
Bebés de pecho estos terroristas. Encima cuentan con la complicidad del gobierno. Vergonzoso