La abogada Giselle Robles, presentó ante el juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, un manuscrito que atribuyó a su ex cliente, el financista Leonardo Fariña, quien reconoció que fue parte de una “operación político mediática” contra Lázaro Báez, que tenía por objetivo producir un “golpe blando para erosionar la figura” de la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner. “Es fácil, yo soy un perejil, Báez también, pero la cercanía de Báez con Néstor Kirchner generaba por conexidad un ataque a la presidenta. Yo fui el medio de esos extremos”.
Ese documento fue redactado cuando Fariña estaba en prisión y tenía por objetivo mejorar su situación procesal. “Yo a fines de 2011 tomé la errada decisión de formar parte de una operación político mediática contra del señor Báez, a la que accedí por una millonaria deuda que su empresa tenía para con mi persona. (…) Esta operación constaba de realizar una serie de declaraciones públicas contra el señor Báez a cambio de protección jurídica y mediática”, se lee en el supuesto manuscrito del ex agente financiero.
Esa confesión es anterior y contradictoria con la que prestó luego, el 8 de abril de 2016 ante el juez federal Sebastián Casanello, en la que describió presuntas acciones ilegales de Lázaro Báez en las que él mismo participó para disimular y darle apariencia legal a fondos provenientes supuestamente de la corrupción. Fariña dio dos versiones antagónicas sobre los mismos hechos; consultado por Tiempo, afirmó que dijo la verdad cuando se arrepintió ante Casanello y poco después obtuvo la excarcelación.
En aquel escrito, Fariña consideraba sobre su situación de cárcel: “Queda más que claro que mi detención no procede a una cuestión jurídica. A las personas no se les avisa que van a ser detenidos dos meses antes”.
Fariña fue detenido después de que un informe del programa Periodismo Para Todos, que conducía Jorge Lanata, mostrara una cámara oculta en la que describía mecanismos de lavado de dinero mediante la creación de empresas off shore y circuitos para sacar fondos provenientes de la corrupción afuera del país.
“Lo que yo hice con Lanata fue una operación mediática que fue minuciosamente planificada, organizada y ejecutada con parte de mi anterior defensa con la producción de PPT y agentes y sectores que manejaban la inteligencia de este país”, se lee en el documento. En ese contexto, Fariña dijo: “Agentes de la ex secretaría de inteligencia me utilizaron a los fines de concretar un impacto institucional, una especie de golpe blando para erosionar la figura presidencial”.
“Hoy Lanata trabaja para ellos. Lo entiendo, le pagarán muy bien, en cierta manera comete el error que yo cometí, pero yo me di cuenta mediante un golpe durísimo contra la pared como son los 15 meses que llevo preso, que hay cosas que el dinero no lo vale”.
Fariña sostiene que la verdad sobre lo ocurrido es la que relató cuando fue incorporado al programa de protección de testigos e imputados, después de declarar ante Casanello. Y que la prueba de ello es que los datos que brindó en esa declaración (que, según su ex abogada Robles, fue guionada mientras estaba en prisión) fueron comprobados con el devenir de la investigación.
También podés leer:
Quiénes fueron los autores y cómo armaron el libreto de Fariña contra CFK- https://t.co/uVlkElQTWj pic.twitter.com/rNxPQLFH7n
— Tiempo Argentino (@tiempoarg) April 16, 2019