Dentro de un mes concluye el período de sesiones ordinarias del Congreso y hay un proyecto de estímulos para las inversiones agropecuarias, impulsado por un amplio arco opositor, que podría quedar varado hasta el año que viene. Se trata del Régimen de Inversión para el Desarrollo Agroindustrial (RIDA), una iniciativa que comenzó a ser  pensada hace cinco años, antes de la pandemia, y ahora, en manos de otros legisladores, ya tiene despacho de mayoría en la comisión de Agricultura y Ganadería, a partir de un proyecto que en 2024 fue impulsado por el radical Atilio Benedetti, junto a Miguel Ángel Pichetto, de Encuentro Federal. La iniciativa también cuenta con el apoyo del bloque de Unión por la Patria, a través del legislador y exministro de Agricultura Luis Basterra. Impulsa una serie de beneficios fiscales por cinco años con la opción de renovarlos por otro quinquenio.

Atilio Benedetti, diputado del bloque de la UCR e impulsor del proyecto

El proyecto tiene despacho de la Comisión de Agricultura y Ganadería desde el 9 de octubre, pero todavía no tiene dictamen, porque todavía tiene que ser tratado por la Comisión de Presupuesto y Hacienda, que desde septiembre está enfocada en el debate del proyecto de Presupuesto 2025. Benedetti no sólo es uno de los autores del proyecto del RIDA. Es empresario agropecuario de Entre Ríos y preside la comisión de Agricultura, que en su última reunión demostró el nivel de coincidencias que tienen los bloques opositores, desde el radicalismo y EF, hasta el apoyo con disidencias de Unión por la Patria. El PRO se mostró más distante por las dudas respecto al costo fiscal de los beneficios y, a través de la santafesina Germana Figueroa Casas, pidió un estudio de la Oficina de Presupuesto del Congreso.

Durante el debate, Basterra, en representación del bloque peronista, le recordó a la diputada macrista que «su amigo», el exlegislador del PRO, Pablo Torello, jamás había pedido analizar el costo fiscal. Torello ya no está en la Cámara Baja, pero hace cinco años fue el impulsor de uno de los primeros regímenes de incentivos para inversiones agroindustriales. Otro similar fue impulsado por el peronista Marcelo Cassaretto, que ya no forma parte de la Cámara. Tanto Torello como Cassaretto fueron mencionados como los autores de los «primos hermanos» del texto ya tiene despacho de comisión desde el 9 de octubre.

Benedetti forma parte de uno de los tres bloques del radicalismo. Integra el espacio orgánico, que preside Rodrigo De Loredo, es decir, uno de los conglomerados radicales que más negocia con el Ejecutivo. «Este Congreso aprobó un programa de incentivos para el desarrollo de grandes inversiones, pero el sector agropecuario sigue con una pesada carga, como las retenciones, pero no tiene otros estímulos y es el antecedente que pretende llevar algunas herramientas de estimulo para el sector agropecuario y agroindustrial», sostuvo el dirigente radical. Al igual que buena parte del empresariado esta absolutamente en contra de las retenciones, sigue reclamandole al Gobierno que las anule, pero al mismo tiempo impulsa una serie de incentivos que son impulsados por el fisco.

«Lo venimos reclamando hace 8 años. Este proyecto no toca las retenciones, pero promueve estímulos para el desarrollo», detalló el diputado, que regresó a la cámara baja en reemplazo de Rogelio Frigerio, exdiputado que dejó su banca para asumir como gobernador de Entre Ríos. En esa lista de Juntos por el Cambio el segundo puesto correspondía a la UCR, que puso a Benedetti.

Por el peronismo, Basterra pidió algunas modificaciones, como incluir a las micro, pequeñas y medianas empresas. «Para nosotros éste es el camino, a diferencia del rigi, sobre el que tenemos posiciones distintas, a diferencia de las retenciones, este proyecto ha sido trabajado arduamente. Agradecemos que se hayan incorporado modificaciones aunque entendemos que hay margen para discutir otros puntos a reflexionar. Si se convierte en ley y no lo vetan: para nosotros este proyecto ponía un especial enfasis en promover las economias regionales y priorizar a las mipymes», remarcó el exministro de Agricultura del Frente de Todos.

El despacho de mayoría de Agricultura que pasó a la comisión de Presupuesto permite una «amortización acelerada», para que «las inversiones realizadas puedan  deducirse más rápido en el Impuesto a las Ganancias». Los plazos de amortización dependerán del tipo de inversión y buscarán que las empresas puedan acelerar la recuperación de su inversión.

Para los productores que crían ganado el texto incluye la «valuación de hacienda de invernada», que les permitirá pagar el Impuesto a las Ganancias «cuando el animal esté listo para vender, en lugar de durante su crecimiento, esto permite que paguen impuestos solo cuando realmente obtienen ingresos», explicó Benedetti.

Otro punto es la devolución rápida del IVA, especialmente para compra de maquinaria. La devolución busca mejorar la liquidez y se reduce a tres meses.

También impulsa el otorgamiento de créditos fiscales para inversiones que se realicen en compra de semllas, sanidad ganadera, fertilizantes y genética. El crédito otorgado le permitirá a la empresa usarlo en el pago de Ganancias.

El camino que el RIDA tiene en la comisión de Presupuesto todavía es un enigma. Podría incluirse en la agenda para llegar al recinto antes del 30 de noviembre con la posibilidad de que el Ejecutivo extienda el período hasta diciembre. Si finalmente es tratado en una próxima sesión podría originar una votación similar a las que aprobaron la ley de financiamiento universitario y la de movilidad jubilatoria, dos normas que fueron vetadas por Javier Milei. El presidente prometió este año en la Sociedad Rural que terminará con las retenciones, pero no dijo cuando. Aferrado al déficit cero, Milei podría vetar el RIDA si se transforma en ley, pero podría ponerlo en conflicto con el sector agropecuario que le sigue reclamando que cumpla con su promesa de campaña de anular los derechos de exportación que pagan los empresarios agropecuarios.