El nuevo ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación, Daniel Filmus, regresó esta semana a un ámbito que ya conoce. Dirigió esa cartera entre 2003 y 2007 cuando estaba integrada junto con Educación durante el gobierno de Néstor Kirchner. Tras los cambios de Gabinete, toma la posta que dejó Roberto Salvarezza con el objetivo de poner la “ciencia al servicio de la transformación de la matriz productiva hacia un país industrial”. Tiempo habló con el sociólogo sobre su trabajo en el Ministerio y del presente de la coalición gobernante.
–¿Los cambios de Gabinete se pueden leer como un relanzamiento del gobierno?
-Sí, en cierto sentido tiene que ver con la recuperación de los objetivos planteados en la campaña y la puesta en marcha con mayor fuerza y empuje. Mucho más cerca de lo territorial, de las angustias y dolores cotidianos de nuestra gente.
-Ingresaron funcionarios que ya tienen un recorrido amplio en la gestión de gobierno. ¿Cuál es la razón?
-En una situación tan dolorosa y tan difícil que está viviendo el pueblo argentino, Alberto y Cristina tomaron la decisión en función de ministros que por su experiencia no tengan que pasar todo el proceso de aprendizaje para que los resultados se empiecen a ver. Todos tuvimos cargos importantes. Volver a encontrarme con los ministros de las provincias es un reencuentro porque ya habíamos trabajado juntos. Es mucho más fácil, sino, en lugar de darnos más fuerzas y generar mejores condiciones tenés un tiempo de espera hasta poder encauzar el ritmo, es difícil. Acá nos subimos a un auto en movimiento que lo que hay que hacer es acelerar, no frenar para volver a arrancar.
-La crítica mediática y de la oposición es que Cristina Fernández impuso sus preferencias
-Soy testigo personal de que los cambios fueron totalmente acordados y permitieron salir con una mirada común de una situación de debate de una semana. Estos cambios reflejan la composición de la coalición del Frente de Todos que nos permitió ganar en el 2019. Todos estamos convencidos, como dijo Alberto, de que la condición sine qua non para mejorar la vida de los argentinos es que nos mantengamos unidos.
-¿Cómo tiene que funcionar la coalición en estos dos años?
-Debiera funcionar coincidiendo en el programa por el cual fuimos elegidos: transformar el país en dirección de una sociedad más justa. Puede ser que haya miradas que reflejen distintas velocidades en esa transformación, pero todos en la misma dirección
-¿Se puede remontar el resultado de las PASO?
-Sí, estamos convencidos de que sí, por eso trabajamos. Pero nosotros, los ministros que acompañamos a Alberto y Cristina, no estamos acá para ganar una elección. Estamos para transformar un país donde el crecimiento y el desarrollo sean instrumentos de mejora de las condiciones de vida de nuestra gente y de mayor justicia social. De ninguna manera encaramos el trabajo con un criterio electoral, y menos en un área como Ciencia y Tecnología, que es un área cuyo efecto se ve a mediano y largo plazo. Como dijo el presidente la noche de la elección, no hay que enojarse con los electores sino con uno mismo que no supo interpretar totalmente las necesidades de la gente. Por eso, en la reunión de Gabinete, se decidió poner en marcha mucha presencia política en el territorio para resolver aquello que no se pudo resolver.
-¿Cuáles son los objetivos del Ministerio?
-Asumo en un Ministerio cuya orientación conducida por Salvarezza comparto totalmente. Tenemos tres cuestiones centrales. La primera es colocar la ciencia, la tecnología y la innovación al servicio de la transformación de un modelo productivo de país, la transformación de la matriz productiva hacia una industrial, capaz de agregar valor. En contraste con el modelo de país primario que nos dejó el macrismo. La segunda es federalizar al aparato científico tecnológico en un país en el que el 89% de la ciencia está concentrada en la zona centro y donde hay provincias en las que prácticamente la investigación científica no existe. Un esfuerzo muy grande va a ser llevar científicos a capacitar y dotar de recursos a las provincias donde no los hay. Además de focalizar las investigaciones para generar las condiciones para la industrialización de los productos primarios en el propio lugar de origen. En tercer lugar, queremos crear una política de Estado, tratar de trazar las líneas para que no haya más vaivenes ni retrocesos como pasó en el macrismo, sino que se determinen políticas de mediano y largo plazo. Una base ha sido la aprobación por unanimidad de la Ley de Financiamiento que va a permitir en 10 años pasar del 0.28% del PBI al 1% a nivel nacional. Con eso, el presupuesto 2022 aumenta de 8000 millones a 23.000 millones de pesos. Eso te da un horizonte de certeza respecto al incremento de la ciencia.
-¿Qué ministerio dejó el macrismo?
-Fui ministro de Educación, Ciencia y Tecnología hasta 2007, la salida coincidió con la creación de Cristina de un Ministerio específico. La paradoja es que después de 8 años de fortalecimiento de ese Ministerio, el gobierno de Macri lo degradó y la inversión en tecnología cayó el 40 por ciento. El trabajo principal de 2019 fue la recomposición salarial y de condiciones de trabajo.
-El Conicet alcanzó un récord histórico de 12 mil investigadores. ¿Cuál es la política de becas?
-Anunciamos el ingreso de 820 investigadores y llegamos a 12.195 becarios activos. En la última convocatoria, otorgamos 2791 becas en total, 1701 doctorales, 378 de finalización de doctorado y 712 postdoctorales. Muchos de ellos con articulación con distintos organismos del Estado. Hay un programa muy sustantivo de incorporación de doctores en otros organismos, los que salen de las becas: ¿A dónde van? No todos pueden entrar al Conicet, entonces hay un programa de apoyo para que puedan ir a otros organismos.
-¿Hay planes para el desarrollo autónomo como satélites o energía nuclear?
-Sí, Argentina tiene prioridades elaboradas en el programa Argentina 2030, donde todo el tema de la transición energética ocupa un lugar central. También a través del trabajo conjunto con Matías Kulfas y la ley de economía del conocimiento, que tiene que ver con el software y la informática. Concebimos el tema científico no solo desde el lado de las ciencias duras sino también de las ciencias sociales, y en ese contexto, el trabajo respecto del tema de la pobreza y la seguridad va a ocupar un lugar muy importante.
-¿Cuál fue la importancia del desarrollo científico durante la pandemia?
-La primera conclusión es que la desigualdad a nivel del acceso al conocimiento de la ciencia y la tecnología en el mundo pasó a ser tan importante que inclusive es una desigualdad respecto a la posibilidad de vivir o morir. Algunos países monopolizaron la vacuna y van por la tercera dosis, y hay otros donde recién fue vacunado el 2% de la población. Por otro lado, el reconocimiento que la sociedad argentina debe a sus científicos e investigadores también en esta situación de pandemia, porque al llamado del Estado para que focalicen su trabajo respecto del Covid, respondieron con enorme entereza y dedicación. Desde el kit de detección del Covid, pasando por el barbijo, hasta los proyectos respecto de la vacuna argentina, muestran la fortaleza de la ciencia argentina. Estamos con un proyecto para la creación de un centro nacional de vacunas. «