“El problema de la concentración mediática en la Argentina como en América Latina es gravísimo y la pandemia solo lo pone en evidencia”, explica Damián Loreti, doctor en Comunicación y Profesor Titular de derecho a la información de la UBA . “El tema es qué medidas van a tomarse de aquí en adelante”, señala en diálogo con Tiempo.
“La UNESCO se está manifestando preocupada por los problemas de sustentabilidad de los medios. Si los Estados no atienden a procesos de desconcentración el resultado va a ser uno y podemos imaginarlo. Pero si favorecen instancias de pluralismo y diversidad entonces las cosas pueden ser distintas. Y no hablamos solamente de poner plata. También se trata del desarrollo de medios públicos y sin fines de lucro; de la producción local e independiente en radiodifusión, en gráfica y en soportes digitales. Eso impacta en variados aspectos, entre ellos en el acceso a contenidos informativos y culturales. Pero también es una forma de afrontar la cuestión de las llamadas fake news (u hoy de la Infodemia sobre la que advierte la OMS) más allá de como un asunto de responsabilidad penal de los que lo hacen. Yo creo que es sobre todo un problema de pluralismo. Porque no se trata de que alguien se sienta afectado haga una demanda, sino de que existan posibilidades ciertas de acceder a información verificable. Porque en Inglaterra cuando se discutió el Brexit no había nadie afectado porque se hablara mal de él personalmente pero se ha reconocido públicamente que las afirmaciones dichas eran mentira flagrante y eso incidió en la votación. También en el referéndum por los acuerdos de paz en Colombia. Y es público el reconocimiento de la vinculación de Facebook con Cambridge Analytica en la elección argentina de 2015, entre otras. Y a eso se contesta con más pluralismo y más diversidad, inclusive al interior de los medios. No es solo un problema de derecho penal”, agrega el único candidato argentino al rol de Relator Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
«La razón de ser de la regulación de los medios de comunicación, de acuerdo al derecho internacional de los derechos humanos, es la garantía del pluralismo y la diversidad. Entender esto como una garantía de alcance universal sin excepción no sólo es importante en un contexto de gran concentración, sino que es una condición intrínseca al calidad del estado de la democracia”, añade. «Los modos de corregir estos déficit estructurales en el derecho comparado tienen varias herramientas y la pauta de publicidad oficial no aparece como única», aclara. «Esto se hace con otras medidas tales como fondos de fomento al pluralismo, equiparación de tasas o de asimetrías impositivas que perjudican a las entidades sin fines de lucro», ejemplifica. Muchas de estas medidas aparecen listadas en la propuesta de la Iniciativa Pluralismo y Diversidad, de la que es uno de los impulsores, y que ya circula tanto en los despachos legislativos como en las oficinas de los distintos actores a cargo de políticas públicas del Poder Ejecutivo. Será cuestión de que aquellos que hoy fueron elegidos para gobernar asuman el desafío de corregir las asimetrías existentes para sentar las bases de un sistema informativo a tono con las necesidades de nuestra democracia. «