«Me hubiera encantado poder estar con ustedes hoy, simplemente para poner en valor la memoria, para seguir reivindicando los valores de verdad y justicia. Pero tuve que venir a Brasilia para trabajar con mi muy querido amigo Lula», dijo Alberto Fernández, en un mensaje que grabó para justificar su ausencia en el acto que este martes encabezaron la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, y el ministro de Economía, y flamante precandidato presidencial, Sergio Massa. El presidente viajó a Brasil para una visita de Estado por los 200 años de la relación bilateral y zafó de las duras críticas que recibió en el hangar de Aeroparque porteño, donde habló Cristina con crudeza.
Mientras el jefe de Estado protagonizaba el recorrido por la capital brasileña, la vicepresidenta lo cuestionaba por la estrategia de impulsar y obsesionarse con las PASO a cualquier costo. Fernández llegó a Brasilia con una comitiva reducida. Viajó acompañado por el canciller Santiago Cafiero, otro de los destinatarios de las críticas. CFK lo señaló, como a la ministra de Desarrollo Social, de estar interesados por un cargo y que aceptaron la unidad cuando les dieron un lugar en las listas.
Scioli regresó el domingo. El primer mensaje de Cristina no llegó ayer a Brasilia, sino ese domingo con un llamado telefónico al embajador, según contó el periodista Pablo Ibañez en el portal DiarioAr. En esa conversación Scioli se enteró de detalles que no conocía y le dijo a la vicepresidenta que «en 30 años nunca había vivido una traición así».
El embajador en Brasilia se cuadró y recibió al Presidente. Se desconoce si hablaron al respecto o si conversó con Cafiero del tema, pero ése fue el clima en la embajada que recibió a Fernández. Para descomprimir las intrigas y las versiones, la Casa Rosada difundió una foto de Fernández y Scioli en una reunión de trabajo.
El segundo mensaje fue lanzado públicamente por Cristina desde Aeroparque. Llegó a los oídos de Alberto en medio de uno de los tramos de la visita de Estado. «Le cambió la cara», contó una fuente diplomática para retratar que ni la importancia de la visita oficial lo pudo sustraer de la coyuntura local. Era imposible: el acto lo mantenía expectante desde que se enteró de su organización y de los participantes.
Los gestos de Lula y las urgencias de Alberto
El paso de Fernández por Brasilia ocurrió en un momento crítico para la contorsión interna que vive el panperonismo antes de las primarias del 13 de agosto. La campaña electoral arrancó con el presidente en el exterior. La tensión local dejó en segundo plano una visita de Estado donde Lula demostró que está empeñado en ayudar a su amigo, pero también enviar señales de cooperación con la Argentina. Van desde los reclamos internacionales para que el FMI no endurezca su posición hasta la carta que firmó la semana pasada junto a otros mandatarios de la región para que el presidente norteamericano Joe Biden haga valer su participación en el directorio del Fondo y evite peores consecuencias económicas para países sobreendeudados como Argentina.
En el vínculo comercial, Lula buscó acelerar la financiación de las exportaciones brasileñas hacia Argentina para evitar la pérdida de reservas del Banco Central. Durante el viaje de Massa a China promovió una reunión con la titular del flamante Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS, Dilma Rousseff, para explorar esa alternativa. La Argentina no es miembro y cualquier asistencia implicaría cambiar el estatuo. La exploración siguió en este viaje a Brasilia, pero continúa sin definiciones concretas. Aparece en el punto 17 de los 90 temas que rubricaron algo para profundizar la relación estratégica entre ambos países. Se sumaron gestos de buena voluntad, como la declaración de Lula con Alberto al lado. «Estoy muy satisfecho de las perspectivas positivas de financiación del BNDES, la exportación de productos para la construcción del gasoducto. Estamos trabajando en la creación de una línea de financiación integral para las exportaciones brasileñas a Argentina», dijo.
Tejidos entre presidente entrante y saliente
No fue una frase al aire. Lo hizo para destacar el resultado más importante de este viaje: se confirmó el financiamiento para la fabricación de los tubos sin costura para la segunda etapa del gasoducto Néstor Kirchner, que unirá la localidad bonaerense de Saliqueló con Río Grande Do Sul, en Brasil para abrir una nueva etapa de exportaciones energéticas. También se acordó el financimaiento de las importaciones argentinas de energía que no se cancelarán en 30 días sino en 180.
La hoja de ruta de los ultimos meses fue definida en el viaje que realizó Lula a Buenos Aires el 23 de enero, en la primera visita que realizó el flamante presidente al exterior. Se habían visto el 1 de enero, durante la asunción presidencial, y este martes cerraron el trabajo que arrancó seis meses atrás.
Volverán a verse el próximo 4 de Julio en Puerto Iguazú para la cumbre semestral de presidentes del Mercosur. En ese momento finalizará la presidencia temporaria de Argentina y pasará a Brasil. La llegada de Lula a la conducción del bloque regional implicará debates sobre la posibilidad de anular la suspensión de Venezuela como miembro pleno y también avanzar en la inclusión de Bolivia. El presidente uruguayo Luis Lacalle Pou se opone a permitir el reingreso venezolano y las decisiones deben tomarse por consenso.
Acuerdo UE – Mercosur: o se firma o se cae
Antes de fin de año los mandatarios volverán a debatir sobre el acuerdo con la Unión Europea, que fue firmado durante la presidencia de Mauricio Macri en 2018, por entonces al frente de la conducción temporaria del Mercosur. Nunca pasó a la segunda etapa de su implementación y parece que seguirá trabado.
Fernández fue recibido por un Lula que recién había llegado de París y Roma. En cuatro días había mantenido reuniones con el papa Jorge Mario Bergoglio, con el presidente italiano, Sergio Mattarella, con la primera ministra Giorgia Meloni y con el presidente francés Emmanuel Macrón.
El acuerdo con la UE está frenado por la resistencia de parlamentos europeos, como el francés. También hay cuestionamientos en los socios del Mercosur. Hace dos semanas pasó por Buenos Aires la presidenta de la UE, Úrsula Von der Leyen, dentro de una gira que incluyó Brasil y Chile. La funcionaria escuchó los mismos cuestionamientos que Lula repitió con sus pares de Italia y Francia.
Son los cruces previos a la III Cumbre UE-CELAC que se realizará el 17 y 18 de julio en Bruselas, Bélgica. «Es importante recordar que necesitamos a la UE y que ellos nos necesitan mucho. Así que es importante que dejemos un poco de lado la arrogancia e intentemos utilizar el sentido común para negociar. Y eso vale para nosotros y vale para ellos», dijo Lula en una rueda de prensa en París. Macrón no puede avanzar porque no tiene mayoría en el parlamento y el Mercosur cuestiona las nuevas exigencias ambientales que sumó la UE en marzo.
«Me parece normal que Francia intente defender su agricultura y puede ser un punto de más dificultad. Deben entender que Brasil no puede abrir la mano en las compras gubernamentales» de material industrial, porque «la posibilidad de fortalecer la industria nacional es cero, y la posibilidad de que pequeños y medianos empresarios produzcan para que el Estado les compre, es cero. Así que no es posible», dijo. Es casi el mismo planteo argentino que escuchó Úrsula, que volvió a Bruselas con más dudas que certezas. Ahora Lula los habría intimado para que cierren el acuerdo y aflojen posiciones antes de fin de año.