Con un entrañable amigo, con quien no cesamos la comunicación electrónica en medio de la cuarentena, repasamos que el progreso humano en el planeta ha sido acompañado de revoluciones, guerras, catástrofes naturales y pandemias. Cuando sea dominada la hecatombe del covid 19, por ejemplo, nadie con sano juicio político será opositor de una presencia estatal eficiente y hegemónica en la salud pública en el mundo.
Revisando en la memoria y en la biblioteca se confirma que las hecatombes históricas han servido de fuente de inspiración a grandes escritores para producir magníficas obras literarias. La revolución rusa de 1917 estuvo precedida de una pléyade de geniales escritores de la segunda mitad del siglo 19 como León Tolstoi , Dostowiebski, Chéjov y varios más, que siguen siendo un capítulo destacado en la literatura universal y trasuntan en sus obras la antesala de un cambio social en la historia rusa. Fueron “literatos bolcheviques” poetas geniales como Maiakovski, Eisenin y novelistas famosos como Gorki y Alex Tolstoi, llamado cariñosamente el camarada conde, por su procedencia aristocrática. El libro “La madre” de Gorki exalta la sublevación obrera y el amor sin límites de una madre, solidaria con la revolución a la que su hijo ha adherido. “Tinieblas y Amanecer de Rusia” fue el título que los editores argentinos dieron en los 50’ a la novela Río de Alex Tolstoi, que en centenares de páginas pinta un fresco de la germinación y estallido de la revolución liderada por Lenin y las vivencias de personajes de distintos sectores sociales de la Rusia de la época. La política y el amor con todas sus complejidades son los rasgos esenciales de la obra.
La revolución china llegó con la extraordinaria novela de André Malraux “La Condición Humana”, sobre el aplastado levantamiento obrero de Shangai, Malraux intuye la evolución del comunismo chino. Lo hace a través de sus personajes que debatían sobre el marxismo considerándolo no un fin en sí mismo sino un medio para sacar a China de su atraso y de la dominación humillante que sobre ella ejercían las potencias coloniales de occidente. El internacionalismo comunista de la época es personificado por Katov, el ruso enviado por el Comintern para ayudar en el levantamiento. Apresado, el internacionalista le cede a un joven , tembloroso por el terror, su pastilla de cianuro y lo sustituye en el padecimiento de morir quemado,, que fue la pena aplicada a los participantes en la acción revolucionaria de Shangai.
La revolución mexicana con sus conflictos entre sectores sociales y psicológicos es abordada por Carlos Fuentes en su novela “La muerte de Artemio Cruz”. En los cuentos de Juan Rulfo conjuntados en el libro “El llano en llamas” aparece la dimensión esencialmente campesina y agrarista de la revolución mexicana iniciada en 1910.
Alejo Carpentier es el inmenso cubano que ya como escritor consagrado representó a la Cuba liderada por Fidel Castro como embajador en París. En pleno desarrollo de la revolución escribió grandes novelas como “El siglo de las luces”, “La consagración de la primavera” y “El recurso del método”. Con Nicolás Guillén el gran poeta negro fueron los literatos más destacados entre los creadores castristas de Cuba en el siglo pasado.
Las pandemias han estado presentes en obras de tres Premios Nobeles de literatura. El alemán Thomas Mann con “Muerte en Venecia”, el francés nacido en Argelia Albert Camus, con “La peste”, y el colombiano Gabriel García Márquez con “El amor en los tiempos del cólera”.
Thomas Mann retrata el enamoramiento de un hombre de edad madura, que ha salido de Alemania para descansar de un ataque depresivo, y se encandiló con un joven de extraordinaria belleza física. Los personajes apenas se ven y nunca cruzan ni tan siquiera un saludo. El enamorado advierte que en Venecia hay una peste ocultada por las autoridades a los turistas y logra convencer a la familia del joven polaco de que se vayan. El amor es más fuerte que su pasión carnal por el joven y ve al objeto de su amor alejarse en una embarcación, poco antes de morir afectado por la pandemia.
En “La peste” Albert Camus resalta la solidaridad de los médicos y las gentes de Orán, en su Argelia natal, ante una peste que mata a miles en el siglo 19, en el marco de la dominación colonial francesa. Junto al sentimiento de solidaridad humana, Camus crea diálogos y situaciones literarias que los filósofos existencialistas de los 50’ usaron para fundamentar algunas de sus tesis sobre el absurdo de la existencia humana.
García Márquez consagra al amor en cualquier tiempo y en cualquier parte, pero tanto más denso cuanto más se acerca la muerte en su novela. Florentino Ariza ha vivido enamorado y rechazado por Fermina Daza toda su vida. Fermina enviuda con la muerte del doctor Urbino y Florentino logra, teniendo ambos más de setenta años, que su amada de siempre comparta días de apasionado amor en un barco que navega por el río Magdalena mientras el cólera y la guerra civil entre liberales y conservadores mata miles de colombianos.
Ahora se vive la era del covid 19. Es una hecatombe social que no se lee en los libros de literatos, de historiadores, sociólogos o cronistas. Se vive diariamente con la tensión que la situación provoca.
¿Como será el mundo post covid 19?. Sólo se puede afirmar que será muy distinto del que se ha vivido hasta ahora.