La ex presidenta Cristina Fernández protagonizó una noche inédita para su historia personal, para la historia del proyecto que encabezó junto a Néstor Kirchner y para la gestación de Unidad Ciudadana, la nueva experiencia política en la que pretende mutar el kirchnerismo. CFK perdió su primera elección como candidata. “No nos alcanzó para superar a nuestros adversarios”, fue la frase que eligió para reconocer que en el escrutinio provisorio su candidatura y la de Jorge Taiana quedaron 4 puntos por debajo de la dupla de Cambiemos. 

Pero su mensaje no se quedó en la fórmula clásica del agradecimiento a los propios por el esfuerzo realizado y en la felicitación a los vencedores (que en este caso no hubo, más bien se subrayó “la enorme concentración de poder” que encarna el macrismo). Cristina se dedicó a explicar lo que significa el nacimiento de Unidad Ciudadana con definiciones cargadas de épica y, en cierta medida, de promesa. 

“No termina nada. Empieza todo. Este es un voto fundacional. Hemos construido un gran proyecto en apenas cuatro meses”, remarcó desde el búnker del gimnasio cubierto de Arsenal de Sarandí.

Otra de las claves del mensaje de CFK fue su reflexión sobre qué tipo de opositores privilegiaron los votantes. Aunque no los mencionó por su nombre, quedó claro que se refería a Sergio Massa y a Florencio Randazzo, los otros candidatos provenientes del justicialismo y que este domingo quedaron relegados a causa de la polarización. 

“Las oposiciones firmes y claras han avanzado en todo el país. La sociedad ha elegido qué modelo de oposición quiere”, subrayó. “Sólo Unidad Ciudadana ha crecido y emerge como la oposición más firme a este gobierno. El resto de las fuerzas (opositoras) no han resistido el avance del oficialismo. Y nosotros sí, hemos crecido”, profundizó luego.

En un discurso que duró sólo nueve  minutos, la ex mandataria y senadora electa envió un guiño a los dirigentes del peronismo de otras provincias que no forman parte de Unidad Ciudadana pero que encarnan, también, una oposición “firme y clara”. En este caso, el reconocimiento y la mano tendida estaban dirigidas, por citar dos casos, al gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá, que logró dar vuelta el resultado de las PASO, o a Gildo Insfrán, artífice de un triunfo muy holgado sobre Cambiemos en Formosa.

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“Unidad Ciudadana será la base, no la totalidad, de la construcción de la alternativa a este gobierno. No estamos solos. En otras provincias, con claros y firmes liderazgos políticos, estarán junto a nosotros”, vaticinó CFK en otro tramo de su mensaje. 

“Una fuerza opositora necesita poder ampliar su base de crecimiento, y para eso es necesario ser generosos, ser inteligentes. Sólo la unidad de quienes creen que otra Argentina es posible podrá gestar lo nuevo. No tenemos que personalizar ni subjetivar la política. Nosotros defendemos un proyecto de país, no de personas”, fue otra de sus definiciones lanzadas para describir el futuro cercano que imagina y la tarea que cree tener por delante.

El llamamiento a los dirigentes opositores a construir una unidad mayor expuso el rol que se reserva para ella, como la primera candidata del espacio opositor con más votos del país. Cristina quiere tener protagonismo en el armado de una suerte de concertación de dirigentes opositores a lo largo del país. 

“Tenemos una gran responsabilidad y la vamos a asumir con abnegación y determinación. Este modelo político y social de ajuste sólo puede traer más pobreza y dolor al pueblo”, aseguró. 

En el discurso no hubo menciones a la palabra “peronismo”, lo que no pasó desapercibido para los dirigentes del justicialismo del Interior que la seguían por TV e incluso para algunos de los presentes en Arsenal.

¿Cómo será la inserción de Unidad Ciudadana en el conglomerado de los pocos dirigentes peronistas, con una mirada más tradicional del PJ, que decidieron oponerse sin medias tintas a Mauricio Macri? ¿Qué pasará con los intendentes del conurbano que en las últimas semanas hicieron algunos guiños hacia el senador rionegrino Miguel Pichetto ante una eventual recomposición justicialista del centro hacia la derecha? ¿Es eso compatible con el ejercicio de una oposición no vacilante frente a Cambiemos?

Las preguntas resuenan en el aire tras el resultado de este domingo: CFK no ganó pero tampoco perdió catastróficamente, como para ser jubilada. Con su intención de liderar lo nuevo intentará tener mucho protagonismo en la inexorable recomposición opositora. Un factor puede contribuir a sus planes: con la derrota de Juan Manuel Urtubey en Salta, el PJ de sesgo conservador se quedó sin figuras con proyección nacional.

La gestación de lo nuevo

Pasadas las 21 empezaron a verse los resultados del escrutinio provisorio en las pantallas de una suerte de video-wall instalado en una de las paredes. La diferencia inicial entre Esteban Bullrich y Cristina Fernández era de 7 puntos. 

El antecedente de las PASO obligaba a ser cauto. El recuerdo en aquella carga sesgada de datos contribuyó a la prudencia que reinaba entre los periodistas y los colaboradores de la campaña de Unidad Ciudadana. Menos de una hora después, el escrutinio provisorio ya había avanzado hasta casi el 60% de las mesas bonaerenses escrutadas: la diferencia se había reducido pero muy poco (era de 6,4%). 

Los números nacionales, en el resto de las provincias y en la CABA, confirmaban el avance y la implantación territorial de la coalición entre el PRO y la UCR que encabeza el presidente Mauricio Macri.

La evolución de la noche justificó la advertencia que Taiana, segundo candidato a senador, había planteado frente a 60 mil personas durante el acto de cierre en Racing. Allí había dicho que Unidad Ciudadana enfrentaba a un bloque de poder que reunía a los tres Estados más grandes de la Argentina (la Nación, la gobernación y la CABA), a la mayoría de los medios de comunicación, el sector financiero, una parte del poder judicial y hasta intereses extranjeros. 

El diagnóstico de Taiana se completó en la noche del domingo con la constatación de que esa nueva coalición social y política está en su mejor momento electoral.

En el búnker de Unidad Ciudadana este tipo de balances se procesaban en silencio: cerca de las 22, por los parlantes empezó a sonar la cumbia “Jurabas tú”, de Los de Fuego. Los jóvenes que esperaban por la aparición de Cristina y del resto de los candidatos estallaron en una ovación. La primera de la jornada. Entonces se pusieron a corear un clásico de la militancia kirchnerista, que respeta el ritmo del tema anterior pero tiene una letra cambiada. “Siempre junto a Cristina/ soy pingüino para toda la vida/ ni el campo, ni Carrió ni Magnetto/ nadie puede con el sentimiento que siento por vos/ soy peroncho desde que nací/ por eso vengo/ por Eva/ por Perón/ junto a Néstor en mi corazón”, cantaron.

El gimnasio cubierto de Arsenal elegido otra vez como búnker se organizó con varios espacios diferenciados: un escenario rodeado de pantallas a LED, un área liberada para que circularan los militantes e invitados especiales, una tribuna montada para las cámaras y los reporteros gráficos, una sala de prensa que combinaba tablones de madera y caballetes con pantallas planas. 

Bajo el techo adornado con una bandera gigante con los colores de Argentina, y por sobre las cabezas de los periodistas y los voluntarios de la campaña de Unidad Ciudadana, sobrevolaba un drone registrando todo. 

A las 22:30, la ambientación viró a música electrónica pero el sonido quedó aplastado por los gritos de la multitud que había copado el salón: los militantes corearon otro clásico, el “No nos han vencido” de la gloriosa Juventud Peronista. En ese momento fue todo cantito, hinchada y fervor. Arengas para enfrentar un día difícil.

Cuando el reloj marcó las 23:15, y mientras en las pantallas se veía a la gobernadora María Eugenia Vidal terminar su discurso, en el predio de Sarandí se empezó a preparar todo para que apareciera Cristina.

Frente a las cámaras, y con todo el país observándola, la esperaba su primer discurso tras una derrota electoral. Una experiencia que su esposo, Néstor Kirchner, vivió en persona en el recordado año 2009. 

Y entonces llegó Cristina. En el palco la acompañaban Taiana más todos los candidatos de la lista de diputados nacionales. Fernando Espinoza, Taiana y Fernanda Vallejos eran los más próximos. “Unidad Ciudadana es una semilla de esperanza política. Y la vamos a regar todos los días”, fue su frase más aplaudida, con resonancias hasta poéticas. Una frase que, en simultáneo, era proyectada detrás suyo, en la pantalla LED que completaba la escenografía. 

La despedida apuntó a mantener el compromiso, a seguir activos. “Muchas gracias y que mañana (por hoy), lunes, que empiece el trabajo de Unidad Ciudadana”, convocó entre aplausos y demostraciones de entusiasmo.