Casi desde el inicio de la historia peronista, la conmemoración del 17 de Octubre de 1945, la fecha de cumpleaños del movimiento, fue un asunto gubernamental. Perón ganó sus primeras elecciones presidenciales el 24 de febrero de 1946, pocos meses después de aquella concentración en la Plaza de Mayo, y por lo tanto fue durante su primer gobierno que se creó el Día de la Lealtad como efeméride de nacimiento -que competía con el 27 de noviembre de 1943, día de la designación de Perón como Secretario de Trabajo y Previsión de la Revolución Nacionalista-, y también la rutina de recordarla con actos multitudinarios encabezados por el propio protagonista.
Años después, golpe de 1955 mediante, el 17 de Octubre pasó a ser una celebración prohibida, y entonces la Lealtad comenzó a adquirir un nuevo significado, que perduró por décadas. Tras la democratización, en 1983, al 17 de Octubre se le agregó otra cuestión: la “competencia entre actos”. Los herederos contemporáneos de Perón siempre están dispersos y divididos, y han usado a la celebración del cumpleaños como escenario de la batalla para ver quién representa el “verdadero peronismo”. Con el ingrediente más reciente de que en octubre, cada dos años, se vota, y el 17 suele ser casi siempre una actividad más de la campaña.
En los 90, el adversario principal de Menem era el gobernador Duhalde, y en el tramo final de la década menemista expresaron su enfrentamiento con actos separados. En especial el último, el 17 de Octubre de 1999, a una semana de las elecciones presidenciales en las que Duhalde fue el candidato justicialista que perdió contra De la Rúa. Se especuló hasta el final con la presencia de Menem en esa última oportunidad de conciliación, pero faltó. Tal vez, si algunos votos menemistas hubieran ido a Duhalde y no a Cavallo o el propio De la Rúa, la historia de esa elección pudo haber sido distinta.
En la etapa kirchnerista, todos los 17 hubo pluralidad de actos. En 2008, el primero con Cristina al frente del Poder Ejecutivo, hubo al menos tres: el de Malvinas Argentina, con CFK escoltada por el gobernador Scioli, el vicegobernador Balestrini y los intendentes del conurbano, fue el principal. Y el más peronista de los 17 cristinistas. Pero el duhaldismo y sus aliados federales, fortalecidos tras la crisis del campo, había organizado el propio. Un año después, con el kirchnerismo derrotado en las urnas a manos de Francisco de Narváez, la celebración fue más dispersa y módica. Hubo un acto en La Plata, con la presencia del matrimonio Kirchner, otro en San Vicente, con Néstor Kirchner sin la presidenta pero acompañado de dirigentes y funcionarios, y otro más potente del peronismo opositor, en Obras Sanitarias, con los ganadores de la elección y algunos gobernadores.
A partir de ese momento, la relación de Cristina Kirchner con el cumpleaños del justicialismo fue cada vez más distante y esquiva. En 2010, con un Néstor Kirchner ya enfermo, no hubo conmemoración presidencial, y el acto principal fue el organizado por la CGT. A partir de 2011, habría que agregar que el cristinismo cuenta también con otra fecha conmemorativa en el mes de octubre: el 27, día del fallecimiento de Néstor Kirchner.
Merece también ser recordado el 17 de Octubre de 2015, a una semana de las elecciones presidenciales (primera vuelta) en las que se medirían Daniel Scioli y Mauricio Macri. Cristina dejó solo a su candidato, y algo similar ocurrió el 17 de Octubre de 2020, la celebración en plena pandemia y una “marcha virtual” que no funcionó. En ambos casos, se justificó la soledad de los elegidos de la líder del peronismo como gestos de generosidad: “darles aire, no opacarlos”. Sin embargo, hubo dos apariciones puntuales de ella, ya fuera del poder, en las que usó el 17 de Octubre para pasar un mensaje significativo a la sociedad. Una fue en 2016, su primer 17 como expresidenta, en el que participó -por videoconferencia- del acto el PJ porteño para criticar al macrismo y anticipar la futura unidad del peronismo. Anticipo que entonces pasó desapercibido. La otra fue en 2019, a diez días de las elecciones que coronaron el triunfo del Frente de Todos: entonces acompañó a Alberto Fernández a La Pampa e hizo una demostración de su lugar en la futura coalición gubernamental.
Desde hace más de diez años, los 17 de Octubre de Cristina son selectivos, con intervenciones puntuales. Ella decidió, después de 2009, ponerse por encima de la “competencia de actos”. El cristinismo, además, se convirtió en un movimiento en sí mismo, con su propio calendario de conmemoraciones. «