El gran tema que sobrevoló en la última reunión del martes en la casa de Juan Cabandié, con Cristina Fernández como asistente inesperada, fue la necesidad de seguir reunificando al peronismo. Esa búsqueda de ampliar los límites del espacio opositor que impulsan el PJ bonaerense y el kirchnerismo fue el rasgo compartido de todos los discursos que se escucharon. La convocatoria en el quincho de la residencia de Cabandié, en el barrio porteño de Caballito, agrupó alrededor de una mesa a CFK, a varios referentes de La Cámpora y a un número creciente de intendentes, entre ellos Martín Insaurralde (Lomas de Zamora), Gustavo Menéndez (Merlo), Verónica Magario (La Matanza), Mario Secco (Ensenada), Jorge Ferraresi (Avellaneda), Leo Nardini (Malvinas Argentinas), Francisco “Paco” Durañona (San Antonio de Areco), Juan Ustarroz (Mercedes), Ariel Sujarchuk (Escobar), Juan Pablo De Jesús (Partido de la Costa), Pablo Zurro (Pehuajó) y Walter Festa (Moreno). También estuvo el titular del peronismo bonaerense, Fernando Espinoza, clave en el polo de poder que se está gestando en torno al tándem de La Matanza con los dirigentes camporistas que comanda el diputado Máximo Kirchner.

La cita de los martes en la casa de Cabandié se instaló ya como un clásico de todas las semanas. El próximo 9 de mayo, en el mismo escenario, continuará la saga de reuniones. Este martes, la lista de comensales sumó a otros intendentes, quienes no habían participado de los encuentros previos. Eran Alberto Descalzo (Ituzaingó), Mariano Cascallares (Almirante Brown) y Hugo Corvatta (Saavedra). También se acercaron los diputados nacionales Gustavo Arrieta y Mayra Mendoza, y el diputado bonaerense Juan José Mussi, jefe del bloque peronista en ese cuerpo. En representación del kirchnerismo, junto a Cristina -que llegó a las 23, comió carne y se retiró a las 2 de la madrugada porque al día siguiente tenía que presentarse en Comodoro Py-, estuvieron los diputados Eduardo “Wado” De Pedro, Andrés Larroque y el anfitrión Cabandié.

Uno de los acuerdos de la reunión fue que es necesario insistir, por lo menos hasta último momento, en el intento por hacer posible una lista de unidad. De hecho, la propia Cristina reconoció que Florencio Randazzo y hasta Sergio Massa son dirigentes con proyección que surgieron del gran espectro del peronismo. Incluso tuvo palabras elogiosas para con ambos, según pudo saber Tiempo. “Tenemos que estar todos los que venimos del campo popular. A pesar de las diferencias, a pesar de los desencuentros, nadie puede dudar de que Florencio (por Randazzo) es alguien del peronismo y alguien valioso. No tenemos que discutir entre nosotros. Por el contrario, la necesidad es trazar una línea que determine lo que nosotros consideramos perjudicial para el país y para los sectores populares”, fueron más o menos las palabras, citadas por un testigo, que pronunció la ex presidenta.

Otro concepto clave de la charla -una recomendación de CFK para todos sus interlocutores- fue que los dirigentes del peronismo se desentiendan de la pelea política de coyuntura y que pongan el foco sobre la realidad social y económica. Cristina se mostró muy informada sobre la actualidad -dramática, que fue contada por los intendentes presentes en la cena- del Gran Buenos Aires. La ex mandataria aconsejó a sus compañeros que se “mantengan cerca” de los vecinos, con presencia en los territorios, junto a ellos frente al ajuste en marcha. Cristina también advirtió a los presentes que luego de las elecciones de octubre la administración de Cambiemos intentará avanzar sobre el sistema jubilatorio, porque pretende hacerse de los fondos del ANSES y privatizar su gestión para favorecer a los bancos.

En la conversación, tanto la ex jefa de Estado como los intendentes y legisladores presentes analizaron otros aspectos de la realidad económica, como la incidencia de la circulación del dinero, el esquema impositivo actual, mayormente regresivo, y el inédito nivel de endeudamiento que está dejando como herencia la gestión de Mauricio Macri. “En un año y medio, Macri endeudó a la Argentina más que toda la dictadura”, fue uno de los balances que se escuchó durante el asado. Otro de los puntos comunes de la charla fue que los jefes comunales se mostraron confiados en que se podrá acercar posiciones con los intendentes que se mantienen alineados con Randazzo, como Juan Zabaleta (Hurlingham), Eduardo “Bali” Bucca (Bolívar) y Gabriel Katopodis (San Martín). Lo que parece imposible, al menos por ahora, es que Randazzo desista de presentarse en las primarias con una lista propia.

De buen humor y muy llana en el trato con todos, Cristina también se animó a plantear y a escuchar opiniones sobre las equivocaciones cometidas durante los últimos años del kirchnerismo, errores tanto tácticos como políticos. Se reconoció que la desunión, el individualismo y los egos provocaron rupturas en el movimiento, un factor que contribuyó al resultado del ballotage de 2015. Antes de despedirse, los participantes acordaron que en los próximos días se iniciará una saga de reuniones de trabajos por sección electoral (en la provincia son 8) para establecer una agenda programática común de cara a la campaña.

“Vamos a organizarnos por sección electoral, tanto los intendentes como los dirigentes ‘sin tierra’, de los lugares en los que el peronismo y el FpV no tienen intendente. La idea es armar una agenda de los temas que va a proponer el peronismo para volver a enamorar. ¿Cómo vamos a llegar nuevamente al corazón a los votantes, cómo vamos a enamorar? Con mejores ideas de las que tiene el gobierno, con propuestas. Y contando las dificultades que estamos atravesando”, adelantó a Tiempo Argentino el intendente de Merlo, Gustavo Menéndez.