Dos días después de la fecha en que debieron realizarse las elecciones para gobernador y vice en Tucumán, la Corte Suprema se salió con la suya. En su acuerdo del martes, levantó la medida cautelar con la que exactamente una semana atrás había prohibido votar en la provincia, consolidó la exclusión de Juan Manzur de la fórmula sin siquiera pronunciarse sobre si podía o no postularse y devolvió las actuaciones al lugar de dónde nunca debieron haber salido: la justicia local.
Tucumán va a votar fuera de la fecha fijada y sin un candidato autorizado por sus tribunales locales, los únicos competentes según establece el sistema representativo, republicano y federal consagrado en la Constitución Nacional.
La troika dominante del máximo tribunal, integrada por los jueces Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Juan Carlos Maqueda, dispuso que, ante el nuevo escenario generado por la renuncia de Manzur a ser candidato a vicegobernador, “corresponde admitir el pedido de levantamiento efectuado por la Provincia de Tucumán”. Eso significa que los tucumanos podrán votar pero Manzur quedó definitivamente excluido de la contienda.
Rosatti, garantía de confianza
El lunes por la tarde, en la celebración de los 95 años de la Asociación de Magistrados, Rosatti pronunció un discurso en el que se autopercibió como el garante del cumplimiento de la Constitución. Está claro que las leyes dicen lo que los jueces quieren que digan. Y la Corte, como último intérprete de la Constitución, se arroga esa facultad excluyente y ciertamente privilegiada de hacerle decir a la Carta Magna cosas que no estuvieron en el espíritu de los fundadores del sistema, hace dos siglos.
El federalismo y la autonomía de las provincias se vieron avasallados por los últimos fallos, pero la Corte entiende que defendió la Constitución. ¿Quién se lo puede discutir, si son ellos los que deciden qué está bien y qué está mal, en cualquier orden de la vida institucional?
“Un Poder Judicial unido, un Poder Judicial que se sabe independiente; un Poder Judicial firme, que es lo que demanda la sociedad, lo que demanda nuestra comunidad en el contexto de la forma republicana de gobierno y de la división de poderes. La independencia del Poder Judicial es un elemento fundamental para la salud de cualquier república, y es esto lo que queremos ofrecer a la sociedad porque es esto lo que la sociedad nos reclama». Así se autopercibe la cabeza del Poder Judicial.
“¿Cómo reconocer a un juez o jueza que cumple con su función? Simplemente, cuando aplica la Constitución y las leyes sin mirar quién puede verse beneficiado o perjudicado. En todo proceso judicial hay alguien al que se le da la razón y otro al que no. Lo importante es, por sobre las razones, los motivos y los argumentos de las partes, situar la lógica, la argumentación, la letra de la ley y, fundamentalmente, de la Constitución. Esos son los jueces y juezas que la república reclama», proclamó Rosatti.
Porque la Corte Suprema quiere
Horas después, levantó la prohibición de realizar las elecciones en Tucumán. “Dada la renuncia a la candidatura impugnada –aceptada por la Junta Electoral Provincial- corresponde admitir el pedido de levantamiento efectuado por la Provincia de Tucumán”. De la entrelínea surge que Tucumán vota porque la Corte quiere.
Y la Corte quiere porque “la Provincia de Tucumán puso en conocimiento del Tribunal que el postulante al cargo de vicegobernador por el Partido Político Frente de Todos por Tucumán para el período 2023-2027, Juan Luis Manzur, renunció a dicha candidatura en los términos que surgen de la nota presentada ante la Junta Electoral Provincial el 11 de mayo del corriente año y solicitó el levantamiento de la medida cautelar”.
En el barrio, eso se llama hocicar. Nada peor para un engreído que darle muestras de su poder.
“Las medidas cautelares subsistirán mientras duren las circunstancias que las determinaron. En cualquier momento en que éstas cesaren se podrá requerir su levantamiento”, autorizó la nueva mayoría automática.