La inesperada renuncia de la Helena Highton de Nolasco a su lugar en la Corte Suprema tomó al presidente Alberto Fernández por sorpresa. Fue la misma jueza quien lo llamó por teléfono y le agregó una tarea inesperada: elegir a su sucesora en medio de una relación de fuerzas esquiva en el Congreso. Lo único que está firme es que ese lugar será ocupado por una mujer.
Una alta fuente oficial confirmó a Tiempo que el género es lo único que tiene claro el presidente para encarar este inesperado reemplazo, el día en que el oficialismo sintió la falta de quórum en Diputados. Highton de Nolasco dirige también la Oficina de la Mujer de la Corte, creada en 2009 para desarrollar políticas de género para los usuarios del sistema de justicia y para los empleados del Poder Judicial. Y que, entre otras tareas, confecciona el Registro Nacional de Femicidios y contiene a la Oficina de Violencia Doméstica.
Es que para que la candidata sea designada necesita una mayoría de dos tercios en el Senado. El Frente de Todos tiene en la Cámara Alta mayoría simple con 41 voluntades y necesita 48. Todavía es una incógnita cómo quedará compuesto el Senado Nacional tras las elecciones del 14 de noviembre, por lo que se descarta que el nombre se defina luego de que quede conformado el Congreso.
El presidente viene de perder una de sus primeras batallas en el terreno judicial cuando postuló a Daniel Rafecas para reemplazar al procurador interino Daniel Casal, designado por Mauricio Macri. Sin embargo, el desacuerdo sobre la cantidad de votos para su designación dejó en su cargo al interino con un mandato ya de cuatro años y contando. La semana pasada el ministro de Justicia, Martín Soria, y su viceministro, Juan Martín Mena, se reunieron con Rafecas.
A los miembros del alto tribunal los elige el presidente con el acuerdo del Senado por dos tercios de sus miembros presentes, no totales. Antes, el candidato o candidata debe superar el período de observaciones que debe abrirse para que tanto ciudadanos como organizaciones opinen sobre el postulante. Los requisitos para convertirse en parte del Tribunal Superior son tener treinta o más años de edad y ser abogado con ocho años como mínimo en el ejercicio de la profesión.
Las últimas designaciones en la Corte fueron las de Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz, quienes fueron designados por Macri por decreto y luego revalidados en el Senado con una votación.