El gobernador peronista Juan Schiaretti compite este domingo con Hacemos Por Córdoba por su reelección y apuesta a capitalizar el triunfo que le adjudican todos los pronósticos. La estrategia es provincializar, al menos en el corto plazo, los resultados. Por eso decidió no invitar a los festejos a sus aliados de Alternativa Federal. En las encuestas lo siguen de lejos los radicales Mario Negri –candidato del oficialismo nacional– y Ramón Mestre, quien compite con la tradicional Lista 3 y se ubica en el sector crítico del centenario partido.
Este domingo puede ser la primera vez que uno de los cuatro integrantes fundacionales de Alternativa Federal (AF) gane una elección desde aquella foto que reunió a los precandidatos Juan Manuel Urtubey, Miguel Ángel Pichetto, Sergio Massa y Schiaretti. Hasta hace un par de semanas, el peronismo cordobés estaba alineado detrás de la precandidatura presidencial de Roberto Lavagna. Ya no. El «Gringo» Schiaretti, acompañado en la fórmula por Manuel Calvo, hará pesar sus votos para definir la metodología de las PASO por sobre el acuerdo el «operativo clamor» anhelado por el exministro de Economía.
El nuevo escenario alumbró luego de varias señales. Primero fueron las elecciones de Santa Fe, donde ganó un «peronismo amigo» por sobre los socialistas que se encolumnan detrás de Lavagna, lo que desinfló un poco su candidatura. Después, en plena caída de su imagen, el gobierno nacional intentó el acuerdo de los diez puntos y logró foto con dos de las figuras de AF, Urtubey y Pichetto. Ninguno –al igual que Massa– está invitado al búnker que tendrá Schiaretti este domingo en un coqueto hotel del norte de la ciudad.
Además, a diferencia de Entre Ríos o Santa Fe, el peronismo cordobés no tiene ni una pizca de kirchnerismo. El triunfo será cosecha propia.
La mala relación entre Cristina Fernández y Schiaretti data de cuando la senadora era presidenta, por lo que la posibilidad de una eventual alianza electoral en la provincia era nula. Sin embargo, desde Buenos Aires se optó por bajar la lista que iba a armar Pablo Carro con el Frente Córdoba Ciudadana a fines de marzo, dos días después de haberse lanzado.
Algunos vieron en esa decisión un gesto de Cristina, ya que su espacio, que contiene sectores de Kolina o el Frente Patria Grande de Cecilia Merchán, al no tener candidato, tuvo que resignar la disputa de cargos legislativos. A eso se suma que dos dirigentes kirchneristas salieron esta semana a expresar su apoyo al gobernador. La diputada nacional de La Cámpora Gabriela Estévez llamó a «votar por el peronismo» y Aníbal Fernández dijo: «Deseo que gane el Gringo».
De hecho, antes de morir en un accidente de tránsito, el exgobernador José Manuel de la Sota había comenzado a tender puentes con Cristina. «Olía lo que se venía antes que todos nosotros», reconoce un histórico compañero suyo. Schiaretti no continuó ese tejido.
La seguridad del triunfo peronista se basa en que la brecha que mostraban las encuestas entre Schiaretti y Cambiemos se abrió aun más cuando la alianza de gobierno se quebró en la provincia a principios de marzo. Las posibilidades de recomposición electoral post elección provincial son cada vez más escasas. «Mario Negri no está dentro del partido. Los que compiten contra la UCR quedan desafiliados automáticamente», sostenía un candidato a legislador.
Por su parte, el intendente capitalino Mestre, acompañado en la fórmula de su par de la ciudad de Bell Ville Carlos Briner, hará base en la sede partidaria de la UCR, frente al Patio Olmos. Si se acerca a un empate con Negri, tal como lo mostraron las encuestas estas últimas semanas, el sector crítico del radicalismo –que oscila entre la ruptura con el PRO y la competencia en unas PASO con candidato propio–, irá con más pretensiones a la convención partidaria de Parque Norte del 27 de mayo. En cambio, si Negri, presidente del bloque Cambiemos en Diputados, acompañado del macrista Héctor «Coneja» Baldassi, marca una buena ventaja sobre su rival con el frente Córdoba Cambia, el sector de los radicales amarillos se verá fortalecido. La provincia aporta 21 miembros la Convención, de los cuales uno solo (el de Negri) es cercano al PRO.
En la búsqueda por su reelección, Schiaretti llevó adelante una campaña de pocas definiciones. Sólo se pronunció sobre el narcotráfico luego de las acusaciones de Carrió, que cayeron muy mal en Río Cuarto, donde le restó posibilidades a Negri, que apostó a nacionalizar su campaña. Fue la única vez hasta ahora en que María Eugenia Vidal visitó a un candidato. También fueron el gobernador jujeño Gerardo Morales, Carrió y Horacio Rodríguez Larreta. «
El escenario es parejo en la capital provincial
Córdoba capital es la única cancha con resultado incierto. Los tres candidatos corren parejo. Desde la llegada de la democracia hasta ahora siempre había sido un bastión radical. Sin embargo, el triunfo de Schiaretti, con ayuda de la boleta única de papel, puede arrastrar a su candidato, el diputado nacional Martín Llaryora, y convertirlo así en el primer intendente peronista. Sin embargo, algunos desconfían de su triunfo porque dicen «viene transplantado» de la ciudad de San Francisco, en donde ya fue intendente.
Por el espacio de Negri, Córdoba Cambia, le compiten el exintendente capitalino Luis Juez, repatriado luego de su paso por la Embajada de Ecuador. En tanto, el mestrismo radical lleva a Rodrigo de Loredo, que si bien es el suegro del ministro radical Oscar Aguad y tuvo categoría de funcionario nacional como presidente de Arsat, en la interna cordobesa quedó ubicado en contra de la línea de Negri aliada al PRO.