La Corriente Federal de los Trabajadores, que reúne a un arco de sindicatos de la CGT que se caracterizan por su posición combativa frente al gobierno, anunció este miércoles que el próximo 7 de agosto se movilizará a la Iglesia de San Cayetano del barrio porteño de Liniers para realizar una marcha por el Trabajo y la Justicia Social. La CFT, cuyos dirigentes más conocidos son el secretario general de La Bancaria, Sergio Palazzo, y su par de la Federación Gráfica, Héctor Amichetti, convocó a “las organizaciones sindicales hermanas” y a “todas las fuerzas populares” a sumarse a la concentración. “Será un hito en la resistencia contra el proyecto neoliberal imperante y el comienzo de una etapa de esperanza popular”, adelantó la CFT, a través de un comunicado.

El tono del documento de la CFT es durísimo. Y no es casualidad que el llamado a movilizarse el próximo 7 de agosto se haya producido justo el mismo día en que el secretario general de SiVenDia (canillitas), Omar Plaini, encabezaba un acto en la puerta de su gremio para denunciar la intervención del sindicato y, también, para exigir la convocatoria a una movilización con cese de tareas. O un paro general. “El gobierno sigue empecinado en eliminar toda resistencia obrera mediante un plan sistemático de baja de salarios, despidos masivos y suspensiones que permitan, de hecho, imponer una flexibilización laboral que borre todos los derechos y conquistas históricas de los trabajadores argentinos”, denunció la CFT.

En otro párrafo del texto, el ala combativa de la CGT condenó la ola represiva y la intervención de organizaciones sindicales, como la de SiVenDia, el SOMU (obreros marítimos unidos), los trabajadores de la seguridad de UPSRA (Unión del Personal de Seguridad) y los afiliados del sector de la azúcar de la FEIA (trabajadores del azucár). Esos cuatro gremios están intervenidos por orden de la Justicia y con la aprobación de la gestión de Cambiemos.

“El gobierno acompaña esta ofensiva económica a través de una campaña mediática ignominiosa contra las organizaciones sindicales, equiparándolas a las ‘mafias’ y difamando a sus dirigentes. En ese propósito cuenta también con una casta judicial que interviene sindicatos, procesa a líderes obreros y falla en contra de los trabajadores en todo litigio. Asimismo, reprime salvajemente y criminaliza toda protesta social, como lo ha hecho contra los maestros y contra miles de trabajadores en todo el país”, denunciaron desde la CFT.

La realización de protestas multitudinarias en torno al santuario de San Cayetano, patrono de los desocupados, y bajo la consigna “Paz, pan y trabajo”, es una tradición del sindicalismo peronista. La primera movilización a la iglesia de la calle Cuzco 150, Liniers, se concretó en agosto de 1981, con el recordado dirigente Saúl Ubaldini como uno de los organizadores. La procesión a Liniers se repitió al año siguiente, el 30 de marzo de 1982, cuando se desarrolló una nueva marcha hacia el templo de San Cayetano: la participación se había multiplicado, y las banderas de la marcha eran “paz, pan y trabajo” y “luche y se van”.

El año pasado, la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), la central sindical que reúne a los precarizados, desocupados y subocupados en la que tiene una injerencia importante el Movimiento Evita, convocó -junto a la Corriente Clasista Combativa y Barrios de Pie- a otra marcha desde San Cayetano, en Liniers, hasta Plaza de Mayo. La consigna, en esa oportunidad, fue “paz, pan y trabajo, tierra, techo y trabajo”: la convocatoria confluyó sobre Plaza de Mayo para reclamar un paquete de medidas destinadas a los trabajadores de la economía social.