Desde el Frente de Todos en el Congreso salieron a responder una nueva ofensa de la candidata a vicepresidenta de La Libertad Avanza, Victoria Villarruel, que volvió a negar los 30.000 desaparecidos y mencionó durante el debate de candidatos a Juan Amelong, condenado por crímenes de lesa humanidad.
En diálogo con Tiempo, el presidente de la Comisión de Derechos Humanos y Garantías de la Cámara de Diputados, Hugo Yasky cuestionó la defensa de Villarruel a “un represor, un genocida con frondosos antecedentes”.
El diputado del Frente de Todos opinó que “el intento de volver a instalar la idea de la impunidad para los que convirtieron crímenes de lesa humanidad, al igual de la expresión del candidato a presidente (Javier) Milei pretendiendo instalar la idea que hubo un enfrentamiento entre dos bandos, y exceso de un lado y del otro, es un hecho gravísimo que a 40 años de la democracia no nos puede mantener indiferentes”.
“Pretender instalar la impunidad, pretender que lo que sucedió no fue ni genocidio ni terrorismo de Estado es tratar de generar las condiciones para que esa historia vuelva a repetirse y el nunca más es nunca más”, agregó Yasky.
Y es que la Comisión que preside viene manteniendo reuniones informativas con distintos actores de derechos humanos en el marco del debate de proyectos presentados por fuerzas políticas que buscan “incorporar como causal -en la ley antidiscriminatoria- el antisemitismo; crear el Observatorio para la Convivencia Democrática, modificación del artículo 213 del Código Penal de la Nación, sobre sanción para actitudes negacionistas y/o apologistas de genocidio y crímenes de lesa humanidad; y regular el Empleo público y la función Pública con modificaciones sobre erradicación de discursos de odio”.
En ese sentido, el legislador explicó a este medio que “estamos tratando de aprobar en el Congreso una ley contra el negacionismo que se basa en dos puntos fundamentales: uno es la educación para que todos los que ejerzan en cargos públicos deban recibir información sobre que fue el genocidio, el terrorismo de Estado, qué fueron los juicios a las Juntas, qué sucedió en la Argentina en el año 1985, y qué pretende la democracia tras 40 años sobre la base de memoria, verdad y justicia. El otro punto es que quienes incurran en discursos negacionistas no puedan ejercer ni aspirar a cargos públicos”.
“Son los anticuerrpos de la democracia que hoy tenemos la obligación de reforzar si no queremos sufrir recaídas en cuestiones que para los argentinos, para la democracia quedaron saldadas y como parte de un pasado que no se puede volver a repetir, eso es parte de la política del nunca más”, señaló Yasky.
Dentro del oficialismo parlamentario, también salió al cruce a través de su red social X, el santafesino, Eduardo Toniolli quien recordó que en la última sesión de Diputados le pidió a la libertaria que “cuando visite a sus amigos genocidas en la cárcel, que les pregunte dónde están los cuerpos de nuestros compañeros. Hoy me entero de que frecuenta a Juan Daniel Amelong, condenado por la desaparición de mi viejo”.
Villarruel tomó el guante y le respondió: “Entiendo y comprendo el dolor que como hijo sentís y que es totalmente válido, pero es importante dar contexto. Tu papá era miembro de Montoneros. Terroristas de Montoneros asesinaron al padre de Amelong en democracia. Raúl Amelong era un civil asesinado frente a su hija de 16 años en la vía pública en Rosario. Era padre de 11 hijos que quedaron huérfanos simplemente porque su padre era subgerente en Acindar. Su hijo que es militar fue condenado por lesa humanidad, pero no lo veo hace muchísimos años porque lo entrevisté para su papá, pero quiero que estén presos los asesinos de su padre o sea los camaradas del tuyo. Digamos todo”.
Amelong integró el Batallón de Inteligencia 121 bajo cuya órbita estuvieron los centros clandestinos La Calamita (en Granadero Baigorria), Quinta de Funes, La Intermedia (en La Ribera), Escuela Magnasco, Ceferino Namuncurá y la Fábrica Militar Domingo Matheu de Rosario. El integrante de la patota ya recibió cuatro condenas a prisión perpetua y otra a 18 años de prisión.