La Corte de Apelaciones de Santiago de Chile condenó este viernes a 106 agentes de la policía secreta de la dictadura de Augusto Pinochet por el secuestro y desaparición de 16 opositores como parte del Plan Cóndor, en este caso con la colaboración de los regímenes dictatoriales de la Argentina y Brasil, y que figuran entre las víctimas del montaje de desinformación denominado Operación Colombo.
El juez especial para casos de derechos humanos Hernán Crisosto otorgó condenas de entre 541 días y 20 años de prisión a los ex agentes de la policía secreta de Pinochet, por su responsabilidad en los secuestros del arquitecto Francisco Aedo Carrasco y otras 15 personas.
Entre los sentenciados se encuentran los generales César Manríquez Bravo y Raúl Iturriaga Neumann, además de los ex brigadieres Pedro Espinoza Bravo y Miguel Krassnoff Martchenko, miembros de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), entre otros.
De acuerdo a la investigación realizada por el magistrado, las 16 víctimas que militaban en el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) y en el Partido Socialista, fueron detenidas por agentes de la DINA entre el 17 de junio de 1974 y el 6 de enero de 1975, en diferentes sectores de la región Metropolitana. Posteriormente, fueron repartidos a distintos centros de tortura y detención clandestinos, donde se les vio por última vez.
Los nombres de estos desaparecidos fueron publicados el 25 de junio de 1975 en la revista Novo O’Dia de Curitiba, Brasil, y algunas semanas después en la revista Lea de Buenos Aires, Argentina, que registraron ediciones únicas.
Varios medios de comunicación chilenos se refirieron a aquellas listas acerca de un supuesto destino de esas personas, en una maniobra de desinformación concertada entre los regímenes latinoamericanos para exterminar a sus opositores, para ocultar la desaparición forzada de las víctimas.
El caso Francisco Aedo y otros es el último de los procesos que instruyó el ministro Hernán Crisosto en la serie de causas de víctimas de la denominada Operación Colombo, que encubrió la desaparición forzosa de 119 prisioneros políticos y contó con la colaboración de las dictaduras militares de Argentina y Brasil.
En el aspecto civil, el Fisco deberá pagar 5.065 millones de pesos (unos 7,5 millones de dólares) a los familiares de las víctimas que detalla la sentencia.
Durante la dictadura de Augusto Pinochet, según cifras oficiales, unos 3.200 chilenos murieron a manos de agentes del Estado, de los que 1.192 figuran aún como detenidos desaparecidos.