El contraalmirante retirado Horacio Luis “Pantera” Ferrari logró esquivar la justicia durante más de 45 años pero finalmente le llegó. El Tribunal Oral Federal 5 de CABA lo condenó este lunes a prisión perpetua por su responsabilidad en los crímenes cometidos  contra más de 200 personas en el centro clandestino de detención, tortura y exterminio que funcionó en la ESMA.  

La jueza Sabrina Namer y los jueces Fernando Machado Pelloni y Enrique Méndez Signori lo encontraron culpable de privaciones ilegítimas de la libertad y tormentos contra 230 personas, 18 apropiaciones, 3 violaciones y más de 70 homicidios. 

Ferrari fue miembro operativo del Grupo de Tareas de la ESMA entre 1977 y 1978. Sin embargo, no fue hasta 2013 que logró ser imputado en la justicia, cuando fue reconocido como el represor que utilizaba el alias “Pantera” y que había sido mencionado por sobrevivientes desde 1979 como parte del GT 3.3.2.  Cuando fue detenido por orden del juez Sergio Torres, Ferrari ya se había retirado de la fuerza y era vicepresidente del Centro Naval de la Armada Argentina

Debieron pasar más de 11 años para lograr una condena: estuvo acusado en el juicio ESMA IV, en el que fueron condenados 8 represores en febrero de 2021 pero poco antes de conocerse la sentencia pudo escurrirse una vez más: su defensa recusó por parcialidad a dos jueces que también habían integrado el tribunal durante el juicio anterior y, a partir de un fallo de la Corte Suprema de Justicia, fue apartado y tuvo que ser juzgado en este nuevo debate con una nueva integración del TOF 5.  

Durante el juicio oral se pudo probar que Ferrari falseó su legajo de concepto para que no figura su paso por la ESMA en las fechas señaladas por los y las sobrevivientes. Su principal argumento fue que durante 1977 estuvo destinado en el Destructor ARA Rosales.

A parte de la documentación histórica del buque, obtenida por el equipo de relevamiento de archivos de las Fuerzas Armadas que fue desmantelado por el ministro de Defensa Luis Petri, la acusación logró determinar que el represor recibió el pase de sus jefes en enero de 1977 para ir a la ESMA y retornó recién a partir del 6 de febrero de 1978.

La condecoración recibida por Ferrari por el jefe de la Armada, Emilio Massera, junto al resto de los integrantes de la patota también desestimó su coartada. En una resolución secreta firmada por el integrante de la junta militar, Ferrari es reconocido por su “Heroico Valor en Combate” en el marco del terrorismo de Estado. 

Como parte del veredicto, el TOF ordenó extraer testimonios para que se investigue la adulteración del legajo de conceptos de Ferrari y del libro de navegación del ARA Rosales como parte de las estrategias de encubrimiento de estos crímenes

Ferrari siguió la audiencia en la que fue condenado por primera vez desde su casa, donde cumple prisión domiciliaria. Por ahora, continuará detenido allí pero, a partir de la solicitud de las querellas y la fiscalía, se comenzará a analizar el pedido de revocatoria de ese beneficio.

Este fue el octavo juicio oral por crímenes de lesa humanidad cometidos en la ESMA, con más de 60 represores condenados.