Ya en septiembre los productores agrupados en la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) se habían movilizado a la Plaza de Mayo para repartir miles de kilos de verduras con el propósito de hacer visible su reclamo. Hoy, 5 meses después, repitieron la protesta y regalaron 20 mil kilos de verdura frente a la Casa Rosada que no tardaron ni una hora en extinguirse.
Los productores denuncian que la política del gobierno nacional ha generado una situación que los ha llevado al peligro de extinción.
En un comunicado que emitieron para explicar los motivos de la protesta aseguran que la devaluación sufrida a principios del año pasado, el aumento de tarifas sostenido, la inflación, la apertura de las importaciones, la caída del consumo, sumado a la grave situación estructural de los distintos sectores, lleva a una gran crisis productiva que genera la pérdida de trabajo, la caída de la producción y por lo tanto de la soberanía alimentaria de nuestros pueblos.
Luego de la medida en la Plaza de Mayo se dirigieron al Congreso de la Nación para reclamar mediante un abrazo la aprobación de la ley de acceso a la tierra con la que aspiran a la creación de un fideicomiso que permita otorgar créditos blandos que les permitan un acceso definitivo a la tierra que trabajan.
Alberto Aquino, integrante de la Unión de Trabajadores de la Tierra, señaló a Tiempo que queremos créditos blandos para pagar nuestra tierra. Somos 5 mil familias y la mayor parte alquilamos en el cinturón hortícola de La Plata, Florencio Varela y Berazategui. Alquilar una hectárea para producir cuesta 7 mil pesos pero además hay que invertir para bajarle línea de luz, bombas sumergibles y maquinaria para mover la tierra. Con este gobierno los costos han aumentado un 300 a 400%.
Acerca de las respuestas que lograron desde que comenzaron con su reclamo, Aquino explicó que el gobierno en septiembre prometió que iba a abrir 60 mercados para que podamos vender sin intermediarios pero no cumplió. Por el contrario abrieron las importaciones de Chile y Brasil que tienen costos mucho más bajos».
Además reclaman una regulación del mercado para que disminuya la brecha que existe entre lo que perciben los productores y el precio final de góndola que, según ellos, llega con remarcaciones de hasta el 400%: «no hay ninguna fiscalización ni registro de cada margen de ganancia, es una lotería. Nos pagan un cajón de lechuga de 15 kilos a 40 pesos, el camión se lo vende al Mercado Central por el doble, que a su vez se lo vende al doble a las verdulerías. El consumidor paga 50 o 60 pesos el kilo, graficó el dirigente de la UTT.