Cristina Fernández de Kirchner le envió una carta a los bloques del Senado en la que instó a que el cuerpo legislativo autorice los pedidos de allanamiento de tres de sus propiedades, lo que había solicitado el juez Claudio Bonadio en el marco de la causa de los cuadernos. Si bien especificó una serie de condiciones para que no se vulnere su privacidad, aseguró en la misiva: «A esta altura de las circunstancias, no tengo ningún inconveniente en que el cuerpo autorice lo solicitado por» el juez.

«El Senado de la Nación debe garantizar que las medidas que se lleven adelante sean sólo para cautelar prueba relacionada con el objeto de esta investigación y no para obtener imágenes o filmaciones sobre el interior de mis viviendas y de los objetos que forman parte de ellas, al efecto de su posterior difusión mediática con intencionalidad política», agregó la ex mandataria.

Cristina se dirigió a los legisladores y legisladoras de la oposición que hace una semana se negaron a convalidar el planteo de juez y no bajaron al recinto a dar quórum: «Tengo muy claro que dicha actitud no fue por solidaridad personal ni “corporativa”, sino que, por el contrario, obedeció a la firme decisión política de no convalidar la utilización del Poder Judicial como instrumento de persecución política a los opositores y de distracción mediática para la población, por la grave situación económica y social que atraviesa nuestro país con motivo de las políticas aplicadas por el gobierno de Mauricio Macri».

La misiva de CFK avanzó, entonces, sobre las negociaciones que existían entre sectores del oficialismo y de la oposición para que se pudiera tratar en la cámara el pedido de Bonadio y no se repitiera el escenario del miércoles 15 de agosto.

La reunión del Senado está prevista para hoy y se descuenta que la actitud de la ex presidenta hará que se habilite rápidamente la posibilidad de que la Justicia proceda al allanamiento de sus propiedades.

El texto completo de la carta de Cristina Fernández de Kirchner es el siguiente:

Buenos Aires, 21 de agosto de 2018.

Quiero dirigirme, en primer lugar, a los senadores y senadoras que, de distintas bancadas opositoras, se hicieron cargo de los críticos momentos que atraviesa el Estado de Derecho y el sistema de representación democrático en Argentina y no prestaron quorum para autorizar el –literalmente- inédito pedido de allanamiento múltiple sobre mi vivienda en esta ciudad y El Calafate y mi domicilio en la ciudad de Río Gallegos.

Tengo muy claro que dicha actitud no fue por solidaridad personal ni “corporativa”, sino que, por el contrario, obedeció a la firme decisión política de no convalidar la utilización del Poder Judicial como instrumento de persecución política a los opositores y de distracción mediática para la población, por la grave situación económica y social que atraviesa nuestro país con motivo de las políticas aplicadas por el gobierno de Mauricio Macri.

Sin embargo, le he pedido al presidente de mi bloque que, en la reunión de labor parlamentaria convocada para el día de la fecha, comunique al resto de los jefes y jefas de bloque que, a esta altura de las circunstancias, no tengo ningún inconveniente en que el cuerpo autorice lo solicitado por Bonadío. Corresponde aclarar que esta decisión no implica convalidar la irracionalidad de las medidas dispuestas por Bonadío en su cruzada persecutoria contra mi persona, sino que tiene por principal objetivo terminar, de una vez por todas, con el show montado alrededor de estos allanamientos sin fundamentos.

Y es en este sentido que el Senado de la Nación debe garantizar que las medidas que se lleven adelante sean sólo para cautelar prueba relacionada con el objeto de esta investigación y no para obtener imágenes o filmaciones sobre el interior de mis viviendas y de los objetos que forman parte de ellas, al efecto de su posterior difusión mediática con intencionalidad política.

Por lo tanto, solicito que en cada uno de los procedimientos que este cuerpo autorice;

  • No haya cámaras de televisión ni fotográficas, para evitar así la posterior difusión de imágenes en programas oficialistas con clara intención de humillación y hostigamiento hacia mi persona. Debo recordar a los senadores y senadoras que, durante meses, fui objeto de escuchas judiciales ilegales, siendo luego mis conversaciones privadas así obtenidas, anunciadas y difundidas en distintos programas de televisión y radio, como siempre oficialistas y con abundante pauta del Estado. A su vez, este fin de semana se ha difundido el registro fílmico de una inmobiliaria que está desocupada por orden de Bonadío y que había sido allanada hace más de 3 años, también por orden de Bonadío –siempre es Bonadío-, en el marco de la causa “Hotesur”. Como si todo esto fuera poco, hace unos días hemos denunciado y acompañado videos que dan cuenta de la vigilancia que, sobre mi persona en el Instituto Patria, hacen permanentemente personal de inteligencia del Estado por órdenes de este gobierno. Toda esta situación de persecución política, inédita desde el advenimiento de la democracia en 1983, parece ser ignorada por algunos integrantes de este cuerpo.
  • Estén presentes mis abogados, al efecto de garantizar mi defensa y el control de legalidad de los mismos.
  • Esté presente un senador o senadora, designados por mí, al efecto de garantizar lo que disponga y ordene este cuerpo.
  • Se resguarden los objetos de uso personal y de aquellos que conformen el ajuar de las casas. Para ser más clara señores senadores y señoras senadoras: si encuentran lingotes de oro, millones de dólares o piedras preciosas en bolsas, se los pueden llevar; pero si encuentran un anillo o un collar, está claro que son objetos de mi uso personal.
  • Y finalmente que Bonadío no rompa nada y disponga que se utilicen los instrumentos técnicos necesarios con los que cuentan las fuerzas de seguridad y los organismos de inteligencia, para escanear paredes, divisiones y/o cielo rasos de durlock. Debo aclarar que en mis viviendas se empleó esta forma de construcción, especialmente en mi casa de El Calafate. En esta solicitud no me moviliza sólo impedir el daño material que puedan llegar a ocasionar. Es que, en mi casa de El Calafate, el 27 de octubre de 2010, se produjo el momento más doloroso de mi vida y por lo tanto su preservación tal como está es, para mí y para mi familia, muy importante. Tampoco este pedido es caprichoso. Al contrario, obedece claramente a hechos objetivos provocados por Bonadío. Ningún senador o senadora puede ignorar la espectacularidad mediática y la rotura de paredes ordenada por Bonadío en los allanamientos de otros departamentos del edificio de Juncal y Uruguay, el 13 de agosto próximo pasado –día en que fui citada a prestar declaración indagatoria- al ser informado por el personal actuante que había paredes huecas. Además, por si todo esto fuera poco, la existencia de este tipo de paredes fue confirmada por otra propietaria de ese edificio en un programa televisivo de denunciadores seriales “anti-K” transmitido el domingo próximo pasado. En dicha emisión la propietaria recorrió, junto a una periodista, su departamento ubicado exactamente arriba del mío diciéndole a la audiencia como sería el 5to piso, o sea mi casa. Es que, señores senadores y señoras senadoras, así están las cosas en esta Argentina: todo vale con tal de no hablar y no mostrar lo que está pasando con la economía y la vida cotidiana de nuestros compatriotas.

Sin otro particular, saludo a todos los señores senadores y a todas las señoras senadoras muy atentamente