La estrategia argentina para terminar con la pandemia jugará el martes su carta más importante. Ese día se iniciará en todo el país la campaña de vacunación masiva contra el coronavirus que pretende inmunizar a unos 15 millones de personas antes de que llegue el otoño. La decisión fue tomada ayer por la tarde luego de una reunión del presidente Alberto Fernández con gobernadores de las 24 provincias.
“Tuvimos una enorme posibilidad de acceder a las vacunas como nadie en el mundo de la periferia ha accedido”, destacó el mandatario que pidió seguir extremando los cuidados.
El objetivo sanitario de reducir la mortalidad del virus priorizando la vacunación de las personas más expuestas podría cubrirse íntegramente gracias a la provisión de la vacuna Sputnik V, que ayer recibió aprobación del gobierno ruso para ser aplicada en mayores de 60. Se espera que Anmat haga lo propio en los próximos días.
Mientras tanto, el gobierno prepara una campaña de comunicación federal para fomentar la vacunación y elevar las acciones de cuidado. Las curvas de contagio continúan creciendo y vuelven a poner presión sobre el sistema sanitario. Se estudian restricciones que no impliquen cierres de actividades.
Las 300 mil vacunas de Sputnik V ya fueron distribuidas en las conservadoras para mantener la temperatura por debajo de -18°C y están camino a las provincias. La mayoría va por tierra, aunque a Santa Cruz y Tierra del Fuego llegarán en avión. Tal como dispuso el gobierno nacional, esta primera tanda será aplicada a los trabajadores de la salud y alcanzará para cubrir un 40% de los empleados de todos los niveles de atención. La prioridad la tendrán aquellos con mayor nivel de exposición al coronavirus.
“Según los ensayos clínicos, uno alcanza la inmunidad con la primera dosis. La segunda lo que hace es extender esa inmunidad y por eso debe aplicarse después del día 21 y antes del día 90”, explica Sonia Tarragona, subsecretaria de Medicamentos e Información Estratégica del Ministerio de Salud. La segunda tanda de vacunas está programada para ser recibida en los últimos días de enero, proveniente de Corea del Sur o la India, donde también se produce la Sputnik V. Todo depende de la capacidad de producción de los laboratorios.
Para entender el desafío que enfrenta el país basta saber que la campaña récord de vacunación hasta el momento fue la del H1N1, en 2009, y tardó seis meses en cubrir a 12 millones de personas. Hoy se pretende reducir esos tiempos a menos de la mitad. Pero no es la única diferencia.
“La Sputnik V necesita conservarse a -18º C y acá nunca aplicamos vacunas congeladas. Eso implica una organización muy grande para la que nos venimos preparando hace tiempo. Vos tenés siete minutos desde que sacás el vial (envase) del congelador y preparás la vacuna. Después tenés 30 minutos para vacunar. Como cada vial tiene cinco dosis, vos ya tenés que tener preparadas cinco jeringas, a los cinco vacunadores y a las cinco personas que vas a vacunar. Todo un desafío para el sistema de salud”, precisa Tarragona.
¿La vacuna rusa es segura?
“Lo que usa como plataforma la Sputnik V son vectores adenovirales. Es decir que son adenovirus que se modifican para simular un ataque viral que no genera cuadros respiratorios pero igual produce una respuesta inmune”, explica Claudia Perandones, directora científica del ANLIS-Malbrán, el centro nacional de referencia para enfermedades respiratorias. “El Instituto Gamaleya, que la produce, tiene muchísima experiencia en adenovirus y por eso se les ocurrió mezclar dos vectores distintos, lo que hace que la respuesta inmune sea mayor y a la vez más perdurable en el tiempo”, añade.
Con respecto de la seguridad, Perandones aporta un dato crucial para llevar tranquilidad a la población. “La vacuna usa plataformas que ya se usaron y que no incorporan vectores al genoma humano. Así que no hay que dejarse llevar por temores infundados. Entre los desarrollos del Gamaleya está la vacuna contra el ébola, que usa la misma plataforma que Sputnik V y que le salvó la vida a muchas personas en África”, precisa.
¿Cómo sigue la campaña?
La segunda tanda de vacunas tendrá 5 millones de dosis. Y en febrero llegarán otros 14,7 millones. En el contrato firmado con el Fondo Soberano de Rusia, la Argentina tiene la opción de adquirir incluso 10 millones de dosis más a partir de marzo, pero la ejecución de esa cláusula está supeditada a la disponibilidad de vacunas que haya en el país y la capacidad de producción de los laboratorios.
El Ministerio de Salud definió los grupos poblacionales para recibir la vacuna según el riesgo que tienen de sufrir una enfermedad grave y su exposición al virus. También garantizó la provisión gratuita a todo el país. Pero la aplicación y la definición de las prioridades llevará la firma de cada jurisdicción según la necesidad epidemiológica (ver aparte). Entre los grupos prioritarios están los mayores de 60 años que, aseguran desde el Ministerio de Salud, también podrán recibir la Sputnik V. Ocurre que los ensayos de fase clínica ya estaban concluidos pero aún no habían sido revisados por el gobierno ruso cuando la Argentina aprobó el uso de emergencia de Sputnik ante la recomendación de Anmat. Ayer, las autoridades rusas hicieron pública su recomendación para aplicar en mayores. Anmat haría lo propio en los próximos días.
La llegada de la vacuna fue motivo de celebración, pero en el gobierno insisten en no equivocar el mensaje: la pandemia no terminó y está en vías de agravarse. “La gente no se está cuidando y el virus está creciendo en todas las provincias”, detalla Tarragona. En el Ejecutivo coinciden en que no es posible imaginar un escenario de nuevos cierres, pero sí de posibles ajustes. Mayores regulaciones para la realización de fiestas y para la actividad nocturna o más controles sobre la capacidad de personas en espacios cerrados son las medidas que por ahora se están estudiando. «
Gratis y voluntaria
La vacunación será en etapas, gratuita, voluntaria e independiente del antecedente de haber padecido la enfermedad.
Participan 116.000 integrantes de equipos de vacunación en 7749 establecimientos.
El operativo insumirá $3500 millones para la compra de equipamiento, logística, recurso humano y otros insumos.
El Ministerio de Salud definió los grupos poblacionales para recibir la vacuna según el riesgo que tienen de sufrir una enfermedad grave y su exposición al virus. Los grupos son:
– Personal de salud (escalonado por riesgo)
– Mayores de 70 años
– Personas entre 60 y 69.
– Fuerzas armadas y fuerzas de seguridad
– Personas entre 18 y 59 años con comorbilidades
– Docentes y no docentes
– Población estratégica según jurisdicción y disponibilidad de vacunas.
Cada jurisdicción podrá alterar el orden de aplicación de la vacuna entre estos grupos según la situación epidemiológica y la estrategia sanitaria.
11.760.000 personas integran la población de riesgo. La Argentina aspira a tenerlos vacunados para fines de marzo.
Prioridad
“Argentina ya tiene contratos firmados para vacunar a 30 millones de personas. Ese compromiso alcanza para cubrir a toda la población objetivo y quita el apuro por comprar en un momento en el que todos los países están demandando lo mismo y los laboratorios te corren el arco”, explica Sonia Tarragona. A las 30 millones de dosis de Sputnik V se suman 22 millones de AstraZeneca y unos 9 millones del mecanismo COVAX de las Naciones Unidas.
Según el Plan Estratégico para la Vacunación contra el Covid-19 en la República Argentina, elaborado por el Ministerio de Salud de la Nación, al que tuvo acceso Tiempo, la población definida como prioritaria para recibir la vacuna totaliza entre 23 y 24 millones de personas. Allí se cuentan 763 mil trabajadores de la salud (incluido el primer nivel de atención); 7.279.394 personas mayores de 60 años; 1,3 millones de docentes y no docentes; 500 mil integrantes de las fuerzas armadas y de seguridad; 5,5 millones de personas entre 18 y 60 años con alguna comorbilidad; y entre 7 y 8 millones de personas consideradas “población estratégica” (entre ellas, funcionarios públicos y personal penitenciario).
El orden de vacunación queda a discreción de cada provincia según su situación epidemiológica. La Provincia de Buenos Aires, por ejemplo, busca vacunar antes a docentes y no docentes para no afectar el inicio del ciclo lectivo.
El año que vivimos en peligro
1 de diciembre de 2019
Se confirman los primeros 27 contagios en Wuhan (China).
3 de marzo de 2020
Primer caso de Covid-19 en la Argentina: un viajero procedente de Milán (Italia).
7 de marzo
Primera muerte: un porteño de 64 años que había viajado a París.
11 de marzo
La OMS declara la pandemia.
19 de marzo
Alberto Fernández decreta el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) en todo el país a partir del día 20, hasta el 26 de abril. La medida fue prorrogada varias veces.
4 de junio
Con el epicentro de la pandemia en el AMBA (más Resistencia, Rawson y Córdoba), 18 provincias pasaron a la etapa de Distanciamiento Social Preventivo y Obligatorio (DISPO).
21 de junio
Las muertes por Covid-19 llegan a mil.
7 de septiembre
Las muertes por Covid-19 superan las 10 mil.
19 de septiembre
Los casos en el interior del país superan por primera vez a los del AMBA. Varias provincias ya habían vuelto o debieron volver al ASPO.
9 de octubre
El día con mayor cantidad de decesos notificados: 432 personas fallecidas.
19 de octubre
El pico de la pandemia, con 16.268 nuevos contagios informados en un solo día.
9 de noviembre
El AMBA pasa de ASPO a DISPO. Y el 20, todo el país (excepto Bariloche y Puerto Deseado).
21 de diciembre
Última prórroga del DISPO, hasta el 31 de enero. La fuerza de la segunda ola podría obligar a endurecer esa medida antes de tiempo.
24 de diciembre
Arriba al país el primer envío de 300 mil dosis de Sputnik V.
28 de diciembre
Con más de un millón y medio de casos y más de 42 mil muertes, comienza el operativo de vacunación más grande de la historia argentina.