Sin foto oficial, Federico Salvai, jefe de Gabinete bonaerense, y Carlos Bianco, mano derecha y delegado de Axel Kicillof, dieron el primer paso para comenzar la transición con el foco puesto en la deuda de alrededor de 50 mil millones de pesos que dejará la gobernadora María Eugenia Vidal cuando termine su mandato.

El encuentro, que se llevó adelante en las oficinas que la gobernadora y sus principales colaboradores tienen en el Museo Ferroviario de Retiro, duró una hora en la que Bianco trasladó a Salvai la preocupación del gobernador electo por el rojo de las cuentas bonaerenses. «Nosotros le pedimos que nos expliquen cómo piensan cubrir el pasivo que tiene la provincia», explicaron desde el equipo de Kicillof, y pidieron a Vidal que negocie una ayuda extra de Nación para cubrir el faltante.

En tanto, desde la Gobernación aseguraron que se trata de una deuda flotante, en su mayoría con proveedores, y que «es menor a la que Vidal recibió» de su antecesor, Daniel Scioli. Aclararon también que dejarán la Provincia «con fondos para afrontar el pago de salarios y aguinaldos» a los 600 mil estatales.

Bianco le anticipó a Salvai que pedirán información específica en cada área estatal y, en este sentido, acordaron que a partir de la próxima semana comiencen las reuniones de los equipos técnicos designados por las dos partes para realizar un diagnóstico.

El equipo técnico de Kicillof está liderado por Bianco, quien suena como futuro jefe de Gabinete bonaerense y es el dueño del famoso Renault Clío de la campaña, e integrado también por el ex secretario de Comercio Interior, Augusto Costa; la secretaria académica de la Universidad de José C. Paz y ex jefa de Gabiente durante su gestión en Economía, Agustina Vila; y el rector de la universidad de José. C. Paz, Federico Thea.

Vidal, en tanto, puso al mando del traspaso a Salvai junto al ministro de Economía, Damián Bonari y el subsecretario de Coordinación de la Gestión Emmanuel Ferrario.