El Tribunal Oral Federal 1 de La Plata dio inicio este viernes al juicio por los crímenes de lesa humanidad cometidos contra Alejandro, María Ester y Carlos Ramírez, quienes, con 2, 4 y 5 años, en 1977 fueron secuestrados y sufrieron tormentos y abusos sexuales en un hogar de menores. El debate también abarca dos operativos represivos en los que fueron asesinadas seis personas, entre ellas su madre, Vicenta Orrego.
La audiencia consistió en la lectura de la acusación de la fiscalía y las querellas en las dos causas acumuladas para el juicio. Los 9 imputados, entre quienes se encuentran el exministro de Gobierno bonaerense Jaime Smart y el ex director de Investigaciones de la Policía Bonaerense, Miguel Etchecolatz, siguieron la lectura de manera virtual, la mayoría desde sus casas, mientras que el Tribunal y algunos representantes de las partes estuvieron presentes en la sala en La Plata.
La causa denominada Hogar de Belén investiga los delitos cometidos durante 6 años contra los hermanos Ramírez, quienes fueron abandonados luego de un operativo militar y policial en el que fue asesinada su madre, el 15 de marzo de 1977, y luego entregados al Tribunal de Menores 1 de Lomas de Zamora.
Quedaron entonces a cargo de la jueza Martha Delia Pons, ya fallecida, quien decidió no investigó las razones por las que habían llegada allí y evitó contactar a su familia: en ese momento, su padre, Julio Ramírez Domínguez, era presos políticos de la Unidad Penal N°9 de La Plata. En cambio, los envió a un hogar de menores, el Hogar de Belén, que dependía de la parroquia Sagrada Familia de Nazareth de Banfield y que estaba a cargo de Dominga Vera y Manuel Maciel. En ese lugar, fueron sometidos a todo tipo de vejaciones, malos tratos y abusos. También intentaron borrar su identidad, ya que los inscribieron como hijos de Vera y Maciel.
El poder judicial
El rol del poder judicial, durante la dictadura y en la actualidad, es central en esta causa. Por un lado, se podrá ver en el debate el papel que desempeñó el Tribunal de Menores de Lomas de Zamora, que bloqueó los intentos de la familia de los niños para ubicarlos y los mantuvo privados de su libertad hasta 1983. “Se les otorgó un trato degradante, suponiéndolos hijos de padres subversivos, para así tratar de borrarles sus identidades y ‘castigarlos’ por el compromiso político asumido por sus progenitores», señaló el juez Carlos Ferreiro Pella al procesar a los entonces cuatro civiles imputados.
En tanto, las demoras del poder judicial actual para que la causa llegue a juicio seis años después de su elevación provocaron que ninguno de los acusados por los abusos a los hermanos Ramírez esté en el debate ya que 10 de ellos murieron en esos años y otros 3 fueron apartados por problemas de salud. Tal es el caso de Vera, Maciel y el ex padrino del Hogar, Juan Carlos Milone. La única imputada en esa causa es la ex secretaria del juzgado de Pons, Nora Susana Pellicer, acusada sólo por la sustracción, retención y ocultamiento de los niños y la niña.
El padre salió de la cárcel en 1981 y se exilió en Suecia. El juzgado rechazó sus intentos por lograr la tenencia basados en informes falsos que labraba la psicóloga María Teresa Gómez (también apartada del juicio) en los que aseguraba que los niños no debían ser entregados a la familia. Recién en 1983, el padre obtuvo un dictamen de la Corte Suprema y lograron reunirse en Europa.
Los dos operativos
En el juicio también se investigará a los responsables de dos operativos represivos realizados el 15 y el 16 de marzo de 1977 en la provincia de Buenos Aires en el que fueron asesinadas seis personas. Por esos hechos están acusados Smart, Etchecolatz, el ex jefe del centro clandestino de detención Pozo de Banfield, Miguel Wolk, y otros 5 exmiembros de la Policía Bonaerense.
Esta causa se unificó con la del Hogar de Belén en 2019 ya que en uno de los operativos fue el de la casa en la que vivían los hermanos Ramírez con su mamá, Vicenta Orrego. Ocurrió el 15 de marzo de 1977 en Adrogué, partido de Almirante Brown.
Las fuerzas policiales y militares dispararon sobre la casa durante 15 minutos. Tras pedir un alto al fuego, Vicenta comenzó a evacuar a sus hijos por una ventana, quienes eran dejados solos en un baldío por los efectivos. Por último, salió ella con un trapo blanco y fue fusilada cuando tenía aún al menor de los niños en brazos. También fueron asesinados María Florencia Ruibal y José Luis Alvarenga, sus compañeros de militancia que habían llegado a la casa hacía poco tiempo escapando de la represión.
Al día siguiente, en la localidad de Lavallol, partido de Lomas de Zamora, unos 200 efectivos rodearon la casa done se encontraban Narcisa Adelaida Encinas, Andrés Steketee y el médico Pedro Juan Berger, padre de María Antonia, una de las sobrevivientes de la Masacre de Trelew. Los tres se rindieron, salieron con las manos en alto y a pesar de eso fueron acribilladas en el lugar y sepultadas como NN en el cementerio local.
El juicio continuará el próximo viernes 11 al mediodía y se puede seguir en vivo por La Retaguardia: