En el marco de la lucha por los derechos humanos, la identidad y la memoria cobran un papel crucial para asegurar la verdad y la justicia. En este mes dedicado al Derecho a la Identidad, la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires organiza diversas actividades. Una de ellas tendrá lugar en el ex Pozo de Banfield, un sitio que carga con la historia de los horrores cometidos durante la última dictadura cívico-militar.

Este martes 8 de octubre, a las 9.30, se llevará a cabo una charla con el nieto restituido Daniel Santucho Navajas. A las 11, una recorrida guiada por el ex centro clandestino de detención, tortura y exterminio permitirá a los presentes conocer más sobre lo sucedido en las calles Siciliano y Vernet de Banfield, donde funcionó este centro durante los años más oscuros de nuestro país.

Daniel Prassel, militante de derechos humanos de Lomas de Zamora y miembro de la Mesa de Trabajo del Pozo de Banfield, destaca la importancia de seguir generando conciencia sobre estas luchas: “Entrando en el mes de octubre, donde trabajamos fuerte el Derecho a la Identidad, nos parece fundamental seguir generando aportes concretos que además de visibilizar lo ocurrido en el marco del Terrorismo de Estado, permitan también comprender las luchas actuales como la búsqueda de los nietos y nietas que todavía no han sido encontrados.”

Prassel resalta también que revisar nuestro pasado reciente no es solo un ejercicio de memoria, sino una necesidad para comprender los desafíos que enfrentamos hoy en día. Además, subraya el papel que juega en el fortalecimiento de la democracia y la conciencia popular: “Es necesario seguir transmitiendo memoria. Revisar el pasado reciente nos da la posibilidad de entender mucho de lo que estamos viviendo.”

En relación con Daniel Santucho, Prassel señala que “su historia es tremendamente valiosa como la de cada identidad robada por la dictadura que logra restituirse por el trabajo incansable y noble de las Abuelas de Plaza de Mayo, que no descansan un solo día sin seguir buscando, investigando y luchando por encontrar a los más de 350 niños, hoy hombres y mujeres que nos arrancaron como pueblo.”

Este tipo de actividades, como la charla y recorrido en el Pozo de Banfield, se alinean con la tarea de mantener viva la memoria colectiva, algo que Prassel considera vital: “No hay dudas que la actividad de mañana va de la mano con todo eso, por eso invitamos a toda la comunidad a compartir la jornada en el Espacio para la Memoria y la Promoción de los DDHH Pozo de Banfield, para robustecer la memoria colectiva y la defensa irrestricta de los DDHH.

Historia de una apropiación

Daniel Santucho Navajas es hijo de Cristina Navajas y Julio César Santucho, militantes del Partido Revolucionario de los Trabajadores – Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP). El 13 de julio de 1976, su madre Cristina fue secuestrada en el departamento de su cuñada en Villa Crespo. En ese momento, Cristina ya tenía dos hijos, Camilo de 3 años y Miguel de siete meses, y además, según una carta que dejó a su pareja, creía estar embarazada nuevamente. Julio Santucho se encontraba en el exterior.

Gracias a los sobrevivientes, se supo más tarde que Cristina pasó por los centros clandestinos “Automotores Orletti”, “Proto Banco” y finalmente el Pozo de Banfield, donde dio a luz. Mientras tanto, sus hijos fueron rescatados por su abuela, Nélida Cristina Gómez de Navajas, una de las fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo, quien logró llevar a sus nietos al exterior para reunirse con su padre en Italia.

En este contexto, octubre también es un mes especial debido a la conmemoración del Día Nacional del Derecho a la Identidad, el próximo 22 de octubre. Este día, establecido en 2004 en honor a la incansable labor de las Abuelas de Plaza de Mayo, recuerda su lucha desde 1977 por restituir la identidad de los bebés robados durante la dictadura. Hasta la fecha, han logrado encontrar a 130 nietos y nietas, aunque aún quedan más de 350 personas por hallar.

El Pozo de Banfield

Este lugar, que alguna vez fue un espacio de represión y muerte, hoy se ha convertido en un sitio de memoria. Bajo la supervisión de la Brigada de Investigaciones de Banfield, entre 1974 y 1978, por sus celdas pasaron al menos 253 personas, de las cuales 97 aún permanecen desaparecidas. Al menos 16 mujeres dieron a luz en la clandestinidad de este centro. Estos crímenes fueron juzgados en el Juicio Brigadas, iniciado el 27 de octubre de 2020, y culminado el 26 de marzo de 2024, con condenas a prisiones perpetuas y a 25 años.