Con un ocho. Así calificó Mauricio Macri a su Gabinete en la previa del retiro espiritual que comienza hoy en el complejo turístico de Chapadmalal. La generosa nota fue el modo presidencial de bajar la tensión de una cumbre precedida de ruidosos cruces internos, copioso fuego amigo y rumores de desplazamientos en el elenco gubernamental. El propio Macri se hizo cargo de esas versiones cuando desmintió modificaciones. No planeo ningún cambio trascendente, le dijo al periódico La Capital de Rosario. Dejó abierto así la posibilidad de intervenir ministerios a través de incluir espadas en las segundas líneas, un modo de retocar ministerios sin pagar el costo político de despedir ministros en el primer año de gestión. No es, por cierto, un gesto de confianza a los funcionarios cuestionados: la mesa política del Gobierno considera que todavía es pronto para utilizar esa válvula de escape, que suele servir para oxigenar a los gobiernos cuando escasea el oxígeno. Prefieren guardar esa chance para cuando el aire se vuelva irrespirable.
El retiro -un ejercicio clásico del PRO- comenzará con una cena y continuará hasta el sábado al mediodía en la Unidad Turística Chapadmalal, ubicada 23 kilómetros al sur de Mar del Plata. Allí se hospedarán los 32 ministros (o funcionarios con rango de ministros) del gabinete, además de la vicepresidenta Gabriela Michetti, el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, y el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, quien acaba de retener su cargo con una táctica clásica: vociferar sus diferencias con el presidente para vender su eventual eyección del cargo como una sanción. Macri, con la misma lógica que usa con los ministros, decidió que mantener a Monzó era menos costoso que degradarlo.
En esta primera jornada también estará la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, que por la mañana alfombró el camino con actos en Mar del Plata. En un acto junto al ministro de Hacienda de la Nación, Alfonso Prat Gay, anunció beneficios fiscales para el sector pesquero, uno de los pilares económicos de la Ciudad. Otro, el sector turístico, se declaró en pié de guerra luego de que se difundiera la intención oficial de eliminar los feriados puente.
Alarmados por ese anuncio, gremios y cámaras empresarias evalúan trasladarse a Chapadmalal para expresar su descontento frente a los edificios donde el Gabinete intentará recobrar su espíritu luego de un año que termina con todos los indicadores económicos y sociales en rojo. Y en la previa a un año electoral que el propio Macri consideró importante ganar.
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