Las posiciones de unos y otros han quedado claras de cara al Comité Central Confederal que se realizará mañana en el histórico edificio de la calle Azopardo. Los secretarios generales de la mayoría de los gremios plantearon ayer en la reunión de Consejo Directivo la necesidad de convocar a un paro general. Por ahora el triunvirato apuesta a la prudencia y es funcional a la estrategia del gobierno nacional que convocó a los dirigentes sindicales a una reunión con el ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay, para el 29 de septiembre.
El clima social no parece resistir que los popes de la CGT jueguen a la alta política. Los trabajadores reclaman acciones concretas. Mientras la conducción de la central obrera termina de planificar el Confederal la situación que se vive en las fábricas y sindicatos comienzan angostar la capacidad de maniobra.
La semana que culminará, por lo menos para el sindicalismo, con la reunión en la sede de Azopardo dejo expuesto el clima que se vive dentro del movimiento obrero. La bancaria movilizó por reapertura de paritarias, docentes y estatales confirmaron un nuevo paro nacional, las plantas de Coca Cola bloqueadas, Camiones se hizo cargo del sueldo de los empleados de OCA, despidos masivos en Bimbo, un nuevo paro de médicos bonaerenses, paro de estatales en Neuquén por la represión policial, conflicto en LAN y Aerolíneas, sólo por citar algunos casos. Ante ese panorama y luego de diez meses de gobierno algunos de los dirigentes sindicales tomaron como una provocación la invitación a una reunión con Prat Gay para el 29 de septiembre. Juegan a dilatar. Es casi una cargada. Saben que acá hay algunos culposos que no quieren ir al paro porque creen que el gobierno es débil, sentenció uno de los históricos hombres de la calle Azopardo.
Uno de los dirigentes que no quiere ir al paro es Gerardo Martínez. El titular de la UOCRA lo manifestó ayer en la reunión del Consejo Directivo. En la mesa del Consejo Martínez señaló que no quiere que se utilice a la CGT como ariete para debilitar al gobierno. La postura y los argumentos del hombre de la UOCRA son apoyados por una minoría. La mayoría de los Secretario Generales, no comparten la visión, y apuestan a forzar mañana la convocatoria al paro general.
A esta altura nadie cree que la conducción de la CGT convoque a un paro al término del Comité Central Confederal. La apuesta será facultar al triunvirato para que convoque a las medidas que crea necesario cuando sea necesario. En ese marco, algunos dirigentes comienzan a mirar sin respeto a la flamante conducción.