Celso Amorim, excanciller brasileño en los gobiernos de Itamar Franco y Lula da Silva, analizó la situación que vive el continente y alertó sobre la actuación de las élites locales contra la candidatura de Alberto Fernández en las próximas elecciones. «Todas las fuerzas externas y las élites locales apuntarán contra Fernández. Nosotros subestimamos ese aspecto en Brasil. EEUU, el llamado ‘Estado profundo’, los intereses financieros nos consideran su patio trasero. En función de todo eso habrá una presión muy grande para evitar que tengamos nuevamente gobiernos progresistas», dijo en una entrevista con el programa Voces del Mundo, que emite la AM770.
Funcionario de carrera en Itamaraty, Amorim lamentó que la proyección regional –e incluso mundial– de Argentina y Brasil, las economías más grandes y desarrolladas de Sudamérica, esté desdibujándose. «No estamos en contra del acuerdo Mercosur-Unión Europea, pero es apresurado hacerlo en un momento de gran debilidad, sobre todo por la elección y la crisis financiera argentina. No se puede negociar cuando se está amenazado, porque el interlocutor lo percibe. Nadie leyó la letra pequeña del acuerdo, estoy seguro de que será muy grave para la reindustrialización de nuestros países», sostuvo.
Amorim, extitular de la cartera de Defensa durante la presidencia de Dilma Rousseff, cuestionó fuertemente al exjuez Sérgio Moro y se mostró esperanzado con la posibilidad de la prisión domiciliaria para Lula. «La parcialidad del juez Moro se devela en los detalles y el visible acuerdo entre él y los fiscales, y por sí mismo demuestra que el proceso es insostenible. Mantenemos la esperanza firme y luchamos por la libertad de Lula, pero cada día se intentan cosas nuevas. El cuadro político es hoy más favorable. Podríamos llegar a la salida de Lula en dos meses, con prisión domiciliaria», indicó. Amorim destacó la solidaridad del Premio Nobel de la Paz, Pérez Esquivel, y del papa Francisco.
Respecto a las filtraciones publicadas por el sitio The Intercept -cuyo fundador, el estadounidense Glenn Greenwald, fue amenazado por el presidente Jair Bolsonaro-, Amorim aseguró que «hay indicios fuertes de la cooperación real y profunda» entre autoridades brasileñas y funcionarios del Departamento de Justicia norteamericano.
En la entrevista con el equipo que dirige la periodista Telma Luzzani se habló del vínculo entre Bolsonaro y el sector militar. «Creo que con Bolsonaro vieron la posibilidad de estar de nuevo en el poder, algunos por ideología y otros no. Los militares estuvieron sin ocupar cargos de importancia por 20 años. Es una cosa un poco compleja la posición muy conservadora, reaccionaria diría, de algunos militares contra el PT y la izquierda. (Pero también) hay un cierto malestar entre ellos y el gobierno. Por ejemplo: estuvimos muy cerca de una guerra con Venezuela bajo el pretexto de la ayuda humanitaria. Fueron los militares, con mayor noción, los que impidieron ese escenario», apuntó el excanciller.
Más adelante, caratuló al gobierno de Bolsonaro como a la derecha incluso de los dictadores del perìodo 1964-1985. «Ni siquiera en esa época gobernó un tipo de extrema derecha, con las características ideológicas como las de Bolsonaro, con odios reprimidos de clase, raciales, de género».
Y abundó: «Lo más grave son los intentos de facilitar armas a la población, que pueden terminar en manos de las milicias irregulares, también una amenaza para la población más pobres, para las minorías o los negros, como pasó con Marielle Franco (la activista asesinada en Río de Janeiro en 2018».
«Fui diez años canciller y miembro de la diplomacia durante 40 años. Nunca vi algo así. Ahora hay una política expresa contra lo que es progresista», concluyó el embajador.