El recinto estuvo más polarizado que nunca. Cambiemos aplaudió y vivó con euforia para tapar los gritos de la bancada del Frente para la Victoria. En el medio, ni el Frente Renovador, ni el Bloque Justicialista, ni el Peronismo para la Victoria, ni el GEN ni Libres del Sur, fueron parte de ese juego, que da cuenta que no sólo comenzaron las sesiones ordinarias en el Congreso, sino también el año electoral. Así lo mostró el propio presidente Mauricio Macri en su desencajada alocución final. El escándalo del Correo Gate sobrevoló toda la sesión de apertura.
El punto más álgido fue cuando anunció que iba a firmar dos decretos sobre juicios y contrataciones para la gestión de conflictos de intereses. De esta manera, el gobierno intenta recoger el guante tras el escándalo del Correo Gate, pero no a través de una ley, ya que en el Congreso hay varios proyectos que regulan la relación entre las empresas y los funcionarios, sino por DNU. Los diputados de la oposición se quejaron porque el presidente anunció la firma de decretos justo en el ámbito legislativo, donde se deben elaborar las leyes.
La ética y la transparencia no es sólo una obligación del sector público sino que compromete también al sector privado. Por eso, siguiendo los más altos estándares internacionales, pido al Congreso que debata y sancione la ley de Responsabilidad Empresaria, dijo Macri. Correo, correo, le cantaban desde la oposición.
Macri empezó su discurso hablándole a la ex presidenta Cristina Fernández. No creemos en los liderazgos mesiánicos. Vinimos a la política a aportar soluciones, dialogando y trabajando juntos, comenzó. Lo escucharon gobernadores, miembros de la Corte Suprema, autoridades militares y un solo sindicalista: el Momo Venegas, de los peones rurales.
De los ejes que se habían anunciado, Macri mencionó la reforma del sistema penal juvenil, tema que había impulsado a principios de año su ministro de Justicia Germán Garavano, y adelantó que mandará un proyecto para reformar la Justicia. Lo escuchaban los integrantes de la Corte Suprema en pleno: Ricardo Lorenzetti, Elena Highton, Juan Carlos Maqueda, Carlos Rosenkrantz y Horacio Rosatti.
Otra de las novedades que develó la alocución presidencial fue el reconocimiento de Macri de la derrota que tuvo en el Congreso el año pasado con la reforma política. Si bien volvió a insistir, dijo que quiere que esté implementado en 2019, lo que da cuenta que ya bajó los brazos para imponerlo este año para las elecciones legislativas.
Otro de los puntos que más griterío desató de un lado y del otro fue cuando habló de la obra pública, de la que dijo que tiene que dejar de ser sinónimo de corrupción. Calcaterra, Calcaterra, le gritaban desde la bancada peronista, en alusión al primo del presidente, Ángelo, quien tiene la adjudicación del soterramiento del tren Sarmiento, sospechada de estar involucrada en el Lava Jato, el escándalo de corrupción brasileño.
Uno de los momentos más álgidos fue cuando se equivocó al anunciar las cifras de femicidio y levantó la bandera de Ni Una Menos. Macri dijo que 37 horas una mujer muere por violencia de género y en realidad es cada 30 horas. Además, el año pasado recortó un total de 67 millones de pesos del Consejo Nacional de las Mujeres y el Plan contra la Violencia a Mujeres.
También se desbordaron los ánimos cuando habló de los docentes. Les pido que sancionen el proyecto que agrava las penas a quienes los atacan, pidió con buen tono Macri. Y le gritaron Baradel, en referencia al titular del Suteba, quien fue amenazado de muerte hace tres semanas. no necesita que nadie lo cuide», se le escapó.
También habló de la coparticipación de las provincias. Comenzamos a devolver a las provincias el dinero de coparticipación que les correspondía para hacer un país realmente federal, dijo. Lo escucharon Alfredo Cornejo de Mendoza; Juan Manuel Urtubey de Salta, Claudia Abdala de Santiago del Estero, María Eugenia Vidal de la provincia de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta de la ciudad, Alberto Rodríguez Saá de San Luis y Miguel Lifschitz de Santa Fe.
Los cartelitos tan temidos por Cambiemos y tan exhibidos por el FpV mostraron frases que luego se viralizaron por las redes. Yo te vi bajar las jubilaciones, yo te vi sacarles las qunitas a los bebés, yo te vi robarnos con el tarifazo, se leían en la tipografía y con el colorido diseño del PRO. También se repetían las hojas impresas con la cara de Milagro Sala.
Miguel Ángel Pichetto, senador del PJ pero afín a las políticas del Ejecutivo, se mostró adusto y no aplaudió ni una sola vez al presidente. Lo mismo hizo su par Alberto Rodríguez Saá.