Después de una semana de silencio sobre el escandaloso acuerdo entre el estado y el Correo Argentina, empresa gestionada por la familia del presidente, la diputada nacional Elisa Carrió salió este lunes en defensa de Mauricio Macri y del accionar del ministro de Comunicaciones, Oscar Aguad, por el Correo Gate
El ‘milico’ Aguad, como yo le digo, me llama y me dice: ‘Te juro por Dios que yo le di una buena noticia al Presidente’. Él estaba convencido de que estaba haciendo lo correcto, contó Carrió a radio Mitre sobre el ministro de Comunicaciones, a quien consideró un hermano.
No hubo mala fe, hubo una operación para agrandar todo esto, señaló y acusó a la Procuradora general Alejandra Gils Carbó en una evidente operación para agrandar el tema.
«Lo que hace Aguad es correcto desde el punto de vista de una propuesta de un concurso preventivo. No se pude decir que está mal conforme a la ley, justificó y agregó: «Lo que está mal es no haber integrado todas las demandas del Grupo Macri, y está mal que no haya existido un mecanismo para que el Presidente se desprenda de toda decisión que tenga que ver con su grupo económico familiar, que es en lo que se está trabajando ahora».
Sobre el accionar de Aguad, señaló que el ministro creía que estaba haciendo las cosas correctamente y no percibía el impacto del conflicto de intereses, como tampoco lo sabía el Presidente.
Tenemos una falla que hay que corregir inmediatamente. No se pueden cometer más errores. La ineficiencia también tiene que ver con esto. No es lo mismo ser un CEO que trabajar en el Estado. No es lo mismo la evaluación de resultados en la gestión estatal que en la privada. El Estado es mucho más complejo y más difícil de manejar que una empresa privada. Ahí tenemos fallas en el gobierno, dijo Carrió.
En ese marco, sostuvo que la verdadera salida es la integración real entre políticos serios y gestores serios que puedan complementar la mirada política de toma de una decisión con sus consecuencias políticas, electorales y la mirada de un CEO, y consideró que esas miradas se tienen que integrar», ya que «no es cuestión de culpar a la vieja política de todo.