En medio de los tironeos que protagonizan macristas y radicales por el armado de las listas de Cambiemos en Córdoba y en la Provincia de Buenos Aires, la jefa de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, reunió a toda su tropa en Ezeiza y volvió a cargar contra dos de sus antagonistas preferidos dentro del entorno del presidente Mauricio Macri: la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich; el empresario de los juegos de azar, presidente de Boca Juniors y operador judicial del PRO, Daniel Angelici y el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó. “Nosotros somos Cambiemos pero no somos corruptos, que también los hay en Cambiemos, ni cómplices, no tenemos que ver con la mafia del fútbol, estamos en contra del financiamiento de empresas a los partidos políticos, defendemos los derechos humanos de todos y cada uno y la no violencia, nosotros nunca vamos a ser fascistas y vamos a seguir siendo ecuménicos y humanistas hasta el fin de los días”, bramó la chaqueña en el Congreso Federal de la Coalición Cívica, que concluyó con la elección del legislador porteño Maximiliano Ferraro como flamente presidente del partido.
Aunque los colaboradores más cercanos de la socia menor de Cambiemos aseguran a este medio que la mujer jamás tildó de “fascista” al Gobierno de la alianza que integra, volvió a diferenciarse ante la política de seguridad que implementa Bullrich, su ex compañera de bancada y blanco elegido por Lilita desde hace tres meses. Los últimos cuestionamientos resonaron la semana pasada, cuando Bullrich firmó una resolución para cambiar el reglamento de uso de armas de fuego para efectivos de fuerzas federales dependientes de la cartera de Seguridad. Tal como anticipó este diario, la resolución permite, entre otros puntos, disparar por la espalda sin dar la voz de alto en situaciones críticas de riesgo de vida para el uniformado. Carrió nunca estuvo de acuerdo con un cambio en el protocolo de actuación de los efectivos policiales y así se lo hizo saber a Bullrich desde que el policía municipal de Avelaneda, Luis Chocobar, mató por la espalda al joven Juan Pablo Kukoc, cuando intentaba escapar luego de haber apuñalado a un turista para robarle.
Luego de arremeter contra el nuevo reglamento para uso de armas, Carrió arremetió contra Bullrich por twitter y luego publicó una carta para los uniformados, con el fin de aclararles que no buscaba desprotegerlos, aunque a la vez les advirtió que el cambio reglamentario no les daba todas las garantías que reclamaban.
Este sábado, rodeada por la conducción de su partido, Carrió dijo que “se está instalando un nuevo racismo en todo el mundo y está surgiendo un líder en Sudamérica que lo está conduciendo. La Biblia es incompatible con las balas”, dijo la chaqueña en referencia a la inminente asunción del militar ultraderechista Jair Bolsonaro como presidente de Brasil. “No se trata de armar a la ciudadanía, se trata de desarmar a las bandas, a los narcos y el sistema que se armó en el Renar durante casi una década. El gobierno de la provincia de Buenos Aires lo entendió. Los únicos cambios eficaces la historia del mundo fueron por la paz y la no violencia. Tenemos que garantizar la paz y esto se logra sobre la construcción de justicia”, redondeó Carrió para cuestionar nuevamente a Bullrich. Luego del abanico de dardos contra sus aliados macristas, habló de corrupción y reivindicó el avance de la causa de los cuadernos. Consideró que la “Argentina es la Nación en la que, si avanza Cambiemos siendo fiel a sus principios, podemos lograr una revolución en paz y sin balas. Pero para eso hay que cambiar Cambiemos desde adentro. Que hayan sido citados por la Justicia el hermano y el padre del Presidente demuestra que hoy no hay blindaje para la impunidad. Es impresionante que hoy los máximos directivos de Techint estén procesados, ni yo me lo esperaba, que trabajé años para algo así”, arengó la chaqueña para reinvidicar el avance de causas judiciales por corrupción que ahora derivaron en la citación del hermano y el padre del Presidente, Gianfranco y Franco Macri.
Los mensajes altisonantes de la socia menor de Cambiemos fueron combinados con la ratificación de su permanencia dentro de la alianza que comparte con el PRO y la UCR, que esta semana reanudaron sus negociaciones internas para definir el armado de listas en la provincia de Córdoba y en Buenos Aires, dos distritos claves para el oficialismo. La enésima aclaración de Carrió para asegurar que no romperá Cambiemos, alimenta las sospechas sobre un intento de la Coalición Cívica para contener a los votantes desencantados de Cambiemos, por el avance del ajuste y por la política de mano dura. Lo más curioso del discurso que ofreció este sábado, es que “Lilita” apuntó a Macri, a sus familiares, a sus ministros y amigos, pero no dijo una sola palabra sobre la situación económica del país.
En el reparto de dardos también apuntó contra Monzó, que la semana pasada fue reelecto como presidente de la Cámara de Diputados por un año más. Durante su ratificación Monzó reinvidicó “la rosca política” para diferenciarse de la comunicación del Gobierno, concentrada en la utilización de las redes sociales: un tiro por elevación al jefe de Gabinete Marcos Peña.
La chaqueña, que insiste con el regreso del ex CEO de Farmacity, Mario Quintana al entorno de Peña, cargó contra Monzó. “Un señor, hace unos días, reivindicó el Parlamento como lugar de la rosca política, ese día me abrió la puerta de salida de ese lugar, que será cuando presente la jubilación. Adentro van a quedar los dirigentes de la CC que nunca fueron, ni van a ser parte de ninguna rosca”, inquirió la mujer, aunque inmediatamente echó mano al mismo recurso que utilizó Monzó, de anticipar su resignación de cualquier candidatura en las listas de 2019. “No tengo físico para ir al Senado de la Nación. Nunca quise ser senadora, pero ahora no puedo. Voy a estar más lejos de los cargos, pero más cerca de ustedes”, prometió la señora. «
“No somos buenos haciendo pronósticos”
La proximidad del fin de año no trajo estallidos sociales pero sí actos de sinceramiento en la coalición gobernante. A las declaraciones realizadas ayer por la diputada Elisa Carrió la precedieron las expresiones vertidas en una entrevista con La Nación + por el ministro del Interior, Rogelio Frigerio.
El funcionario reconoció que uno de los “errores” del gobierno fue haberse puesto la vara muy alta”. “Le hicimos creer a la sociedad que podíamos superar los problemas de muchos años en poco tiempo”, afirmó, y admitió que el propio gobierno es el que propició “tal nivel de descontento en la sociedad”.
“No somos buenos haciendo pronósticos”, ironizó, aunque sostuvo que el gobierno debe “seguir por este rumbo, que no es fácil, pero es el único que puede garantizar el desarrollo que tanto anhelamos”.
Frigerio sostuvo que pese a que el gobierno tiene «minoría parlamentaria» el balance legislativo «no es malo”. «Somos el gobierno más débil en el Congreso y ser minoría es muy desgastante pero encontramos la forma de ver al otro como alguien que aporta», dijo.