Carolina Píparo encabeza la lista de diputados provinciales de Cambiemos por La Plata. Es una víctima emblemática de la inseguridad: en 2010, estando embarazada de nueve meses, motochorros le dispararon para robarle y, como consecuencia del ataque, perdió al bebé y además estuvo al borde de la muerte. Es licenciada en Trabajo Social y es la primera vez que se postula a un cargo político. Conoció a María Eugenia Vidal en 2014 y desde entonces se sumó a la Fundación Pensar.

La gobernadora la eligió para ser una de las espadas en la Legislatura bonaerense en materia de seguridad, una problemática que está al tope de las preocupaciones de la gente. Entrevistada por Tiempo, defiende la idea de bajar la edad de imputabilidad aunque asegura que uno de los factores para bajar el delito es “construir más cárceles”. Señala que la situación económica es mala “desde hace rato” y que “no puede ser un orgullo haber dado la Asignación Universal por Hijo”.

-¿Cuándo conoció a Vidal y cómo le propuso Vidal ser candidata?

-Conocí a la gobernadora en 2014 cuando era vicejefa del Gobierno porteño. Cuando me reuní por primera vez, ella me preguntó qué me había faltado como víctima. Le dije que “nada” porque cuando ocurre un caso tan original como dispararle a una embarazada de nueve meses, aparece la televisión y aparecen los funcionarios y un Ejecutivo a disposición. Tuve al mejor infectólogo del país, al mejor cirujano; yo tuve todo lo que necesité. Y entonces le planteé a Vidal que esa situación daba vergüenza porque se dio porque el caso estaba en televisión. Ahí empecé a entender por qué el resto de las víctimas me decían: “Tuviste suerte”.Ella se comprometió a acompañar a las víctimas y lo hizo desde el primer día como gobernadora. Ella me dijo que me sumara a la Fundación Pensar y lo hice de a poco. Después me uní a Usina de Justicia, una organización apartidaria, para trabajar en los derechos de las víctimas. Se fue dando todo de manera muy gradual.

-¿Qué cree que puede aportar al debate en la Legislatura?

-Yo me dediqué casi obsesivamente a lo que tiene que ver con injusticia e inseguridad. Creo que hay mucho por cambiar pero hay que ser realista con los recursos que tiene la Provincia. Yo siempre hablo de un cambio en el Patronato de Liberados y también me gustaría una justicia diferencial para los menores en el sentido de que si hay ocho juzgados de familia, haya uno especializado en menores. No es lo mismo un menor en riesgo que un juicio por alimentos o un divorcio. La justicia para los menores debe funcionar mucho más rápido de lo que funciona y darle la prioridad que se merece.

-¿Son proyectos que ya está trabajando con los familiares de víctimas o con el gobierno?

-No, por ahora es mi idea y es lo que yo vengo hablando hace mucho. Con el ministro de Justicia, Gustavo Ferrari, hablo. Siempre digo que para mí la necesidad de construir cárceles es urgente pero hoy Ferrari no tiene los recursos. Es un tema que se está hablando con Nación. Es un tema fundamental: tener cárceles y trabajar de manera diferente en las cárceles, sino no vamos a lograr ningún cambio.

-¿Cómo evalúa la gestión de Seguridad y de Justicia de Vidal? ¿Qué medidas deberían aplicar y no están en marcha?

-Como cualquier ciudadano que es de Cambiemos, como yo, tenía la ilusión de un cambio casi de un día para el otro y cuando más te involucrás te das cuenta que eso no puede ser por la situación en que se encontraron las cosas. Yo en esto era consciente porque trabajé en el Ministerio de Seguridad desde 2004 y sabía que se pretendía capacitar a los policías en tres meses y que salgan a la calle. Todo eso lo viví antes de lo que me pasó. Sí me parece que Cristian Ritondo está haciendo un esfuerzo en re capacitar a los efectivos, ya recapacitó al 40% de la fuerza. Otra cuestión fundamental son las DDJJ y los exámenes toxicológicos o los policías separados de la fuerza…

-¿Sigue sosteniendo que hay que bajar la edad de imputabilidad pese a que Vidal y Carrió le bajaron el tono al tema?

-No sé si se le bajaron el tono… Carrió no se lo bajó porque ella tiene una propuesta hace años. Sostengo la postura pero no me parece lo esencial. Estuve todo el año pasado en los debates que se hicieron en el Ministerio de Justicia de la Nación y el eje central no era la edad. Sí me parece bajar la edad porque cualquier delincuente -sea menor o mayor- merece un proceso que hoy no tiene, porque así como el asesino de Brian (Aguinaco) se terminó yendo a Perú podría haber terminado en un instituto de menores, eso depende de un juez nada más. Tampoco podemos ser hipócritas: hay chicos de 14 años que están en el Instituto Almafuerte porque lo decidió un juez. Creo que todo el proceso que atraviesa un delincuente mayor debe atravesarlo un menor y, si es consciente del acto que ha realizado, merece una pena.

-¿La crisis actual y el aumento de la pobreza no empeoran la inseguridad?

-La droga y la marginalidad son potenciadoras pero el delincuente no representa al pobre en lo absoluto. Esa es la primera idea contra la que voy a batallar porque si uno va a una villa se da cuenta que los sectores vulnerables son los que más sufren la inseguridad. Según un estudio criminológico, hay 200 mil delincuentes en el país. En un país con más de 12 millones de pobres, ¿a quién representan 200 mil personas? En la provincia con 5 millones de pobres, hubo 90 mil robos, entonces nadie me va a venir a decir que un pobre sale a robar. Sé que hay gente que la está pasando muy mal pero lo último que se le ocurre es salir a robar.

Hay familias que se dedican al delito, que ahí es donde la justicia de menores debe actuar rápidamente. Hay madres que revientan una vidriera y hacen que sus hijos roben. ¿Qué oportunidades tienen esos nenes si les hacen hacer eso? Por eso yo hablo de la importancia de las cárceles, de que un padre pueda decirle a su hijo que lo que hizo está mal, que estar en la cárcel no está bueno, que no es “un trabajito que le salió mal”. Ese es el trabajo que necesitamos para el futuro de estos chicos.

-¿Cómo ve la situación económica del país y de la provincia?

-Hace rato que la situación económica del país es mala. Si a mí me parecen carísimos los pañales -hace seis años que los compro- siendo que tengo un excelente trabajo y mi marido también, imagino lo que debe ser para alguien con ingresos básicos… Creo que eso está cambiando y va a llegar de a poco, pero no creo que esto se solucione con el subsidio, con la AUH, creo que la gente merece otra cosa. La AUH corresponde y se da en cualquier país del mundo ante una emergencia laboral o económica, pero el hecho que se hayan otorgado de esta manera…

-¿A qué se refiere, a que se otorgó a gente que no la necesitaba?

-No, se le dio a los que la necesitaban y la siguen necesitando lamentablemente. Pero alguien hizo las cosas muy mal al no generar el trabajo que se tenía que generar. Vidal y Macri apuestan a un país con trabajo genuino, a que la gente no tenga que pensar el voto porque la amenazan con quitarle la asignación. No puede ser un orgullo haber dado asignaciones, un orgullo es dar trabajo.